Miguel Bahachille M. |
Los
progresistas privilegian el número y calidad de sus viviendas para determinar
los índices de bienestar y desarrollo de sus respectivos países. No es un
factor asumido caprichosamente. La tesis se sustenta en el principio que el
arraigo del hombre al hábitat garantiza el progreso pues desde "la casa
propia" se fomentan los valores éticos y afectivos propios; de la familia
y su grupo. El régimen "revolucionario" que tanto vocifera de
humanismo igualitario ha sido visiblemente ineficaz para fomentar la construcción
de viviendas "en propiedad" para sectores medios y más desposeídos.
Los
gobiernos de Medina Angarita (1941-1945) y Pérez Jiménez (1952-1958),
conscientes de esa inaplazable necesidad, priorizaron proyectos habitacionales
masivos para todos los estratos. Entonces el Estado, como es ahora, propietario
de casi todas las tierras, las puso a disposición de empresas privadas y en
conjunción se materializaron extraordinarios desarrollos. Las entidades
estatales como El MOP, Inavi, Mindur, entre otras, indiscutibles escuelas de
ingeniería y arquitectura, jugaron papel relevante para impulsar planes urbanos
a gran escala.
Esa
dinámica continuó con rigor a partir de 1958 cuando se crea la banca
hipotecaria. Créditos a largo plazo incitaron la adquisición masiva de
viviendas originando el más extraordinario ascenso social de Venezuela en más
de un siglo. Por ejemplo, en el último año de la segunda administración de
Rafael Caldera, por cierto sucedida por Chávez, con el precio del barril de
petróleo a 7 dólares, se construyeron más de 100.000 unidades.
¿Qué
ocurre hoy? Se confiscan suelos urbanos para que empresas extranjeras (como
bielorrusas o chinas) levanten edificios bajo la fórmula Fast track sin
respetar variables urbanas en lo que respecta a porcentajes de construcción y
ubicación, densidad poblacional, servicios para dotación de agua, electricidad,
estacionamientos, etc. Basta observar "el nuevo patrón
arquitectónico" de la avenida Libertador, repetido en Caraballeda, Catia y
en todo el país, para corroborar cómo la falta de planes orgánicos llevan
irreductiblemente al caos urbano.
Más
grave aún es que el ocupante precario de esas viviendas bajo "formato
revolucionario", al estilo soviético por cierto ya abolido, jamás será
propietario. No es posible otorgar legitimidad registral del inmueble si el
vecino, en ocasiones ni el Estado, es propietario del suelo donde se levantan
las torres. Sin la posesión legítima de la parcela es imposible elaborar el
Documento de Condominio para determinar la propiedad individual y su alícuota,
áreas comunes, fondos de mantenimiento y operatividad, etcétera.
Mientras
el Parlamento se distrae con leyes como la de "Tierras Urbanas" para
arremeter contra la industria privada mediante decretos y resoluciones, el
hacinamiento se agudiza en los refugios, barrios y hasta en urbanizaciones. Es
"normal" observar en las invasiones conjuradas hasta 3 grupos
familiares cohabitando en 100 m2. Además de pervertirse la paz necesaria por
carencia de servicios, esos centros se trasfiguran en incontrolados guetos de
perturbación.
Elevados
costos del suelo, carestía de materiales, corrupción, más el acoso contra el
particular, han tendido un manto de sombra sobre la industria de la
construcción. A las parejas jóvenes, y no tanto, les es imposible adquirir una
vivienda. La dicotomía salario-inflación ha creado el más craso proceso de
degradación social que confronta nuestra generación y, por lo que se ve,
también generaciones sucesivas. La inflación no es un simple indicador
económico; es un factor de perturbación que atenta contra la estabilidad
familiar y el sosiego colectivo.
Barrio
Tricolor, Misión Vivienda, Casas Dignas y tantas otras, son figuraciones que ya
no seducen. Más de 300 planes de mejoramiento de barrios a lo largo de 15 años
enseñan que no es asunto de nombres pomposos sino de atender con seriedad un
drama real que inquieta a la mayoría. Ya basta de artificios semánticos. Hasta
al prestidigitador más ecuménico se le acaban los trucos.
Miguel
Bahachille M.
miguelbmer@gmail.com
@MiguelBM29
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, DIARIO DE OPINIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.