Un
gobierno socialista o de cualquier otro signo ideológico que tenga como norte
la defensa de los intereses de la población de menores ingresos, la devaluación
como la que viene implementando el Presidente de la República, sin tomar
primero un serie de medidas, como aumento de sueldos y salarios, que
compensaran en parte, si no en su totalidad, el impacto negativo en el bolsillo
de esos sectores populares ha desplomado la popularidad de Nicolás Maduro.
Después
de asegurarle a los venezolanos y al mundo que la economía nacional estaba
blindada, gracias a las políticas económicas que el gobierno había
implementado, alguno de los ministros le ha debido explicar la realidad al heredero
de Hugo Chávez, que los miles de millones de dólares que
ingresarían al Fisco Nacional por las exportaciones petroleras no alcanzarían
para que continuara la regaladera a otros gobiernos y para el gasto público
necesario para mantener las misiones y financiar la próxima campaña electoral.
Para
tratar de engañar incautos el Presidente de la República se ha limitado a
hablar por las plantas oficiales y llama ajuste a lo que en práctica es la gran devaluación del siglo XXI al estilo
neoliberal, del bolívar, que tendrá
repercusiones negativas contra la capacidad de compra de los más pobres, de la
clase media y de todas aquellas personas que tengan un ingreso fijo, porque el
bolívar ha perdido su valor superior al 50% para comprar algunos alimentos y de
un 100% para comprar, por ejemplo, unos zapatos o una nevera.
Y
lo más grave del paquete económico aprobado por el Presidente en reunión de
gabinete, es que los grandes beneficiarios serán en lo inmediato los
especuladores, que esconderán mercancías importadas a 6,30 bolívares por dólar,
para luego vender al doble, como si la hubiesen
adquirido a 11, 30, tal como fue establecido por el gobierno en el Sicad
I.
De
allí que el bienestar de la población seguirá siendo una esperanza, porque si a
los apagones de luz eléctrica, al racionamiento de agua, a la inseguridad que
viven pobres y ricos y al desempleo, se le agrega un más alto costo de la vida
de los últimos tiempos, la mayoría de los venezolanos podrá constatar que el
socialismo del siglo XXI, es el mismo del siglo XX aplicado en la Unión
Soviética donde fracasó rotundamente, y en China donde ha sido desechado para
buscar una economía productiva que le dé bienestar a sus mil y tantos millones
de habitantes.
Finalmente,
el principal beneficiario será el gobierno que obtendrá más bolívares por cada
dólar que venda a los importadores, quienes trasladarán a los consumidores el
aumento de sus importaciones, encareciendo el costo de la vida en más del doble
del que existe hoy en el país.
Lanzará a
la calle más bolívares devaluados para buscar votos para los candidatos
oficialistas a la Asamblea Nacional,
aunque según las últimas encuestas ya
parece demasiado tarde para mantener el engaño: el socialismo del siglo XXI que
heredó del difunto Comandante Chávez ha
resultado un gran fraude, no sólo para quienes le han hecho oposición desde que
asumió el poder, porque ya lo sabían y lo habían denunciado, sino para millones
de hombres y mujeres humildes que creyeron en las palabras de un Teniente
Coronel incapacitado para gobernar y hasta para escoger a sus ayudantes y
herederos, que han resultado los más corruptos e ineficientes de nuestra
historia republicana.
Juan Paez Avila
jpaezavila@gmail.com
@jpaezavila
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