Por donde quiera que se mire Venezuela se ha convertido en un País muy
aburrido. Ejemplos.
+Mercosur. Haber visto alguna conferencia de
este organismo es verlas todas. Cada presidente tratando de destacar con
parecidos y repetidos discursos. Un local cargado de banderas y adornitos.
Cantos a la importancia de Mercosur y a la necesidad urgente de profundizar los
intercambios comerciales. Hasta el presidente Mujica con su hablar campechano
ya solo puede repetir lo del mundo de alta tecnología, de gran velocidad y que
nos quedamos atrás. La cara de Dilma es
un poema al ver que le quitan su protagonismo
que le corresponde. Una sinfonía al aburrimiento.
+El congreso del PSUV. Ninguna sorpresa.
Elección “a dedo” y los asistentes solo los convenientes que dirán sí a todo.
Los temas repetidos. El comandante eterno, el plan de la patria, la
independencia, el socialismo y el anti imperialismo. Después de quince años de
disco rayado solo se logran bostezos pero la sesera no da para más.
+Los medios de comunicación. Con el tiempo su
capacidad de crítica al régimen se ha venido perdiendo. Ya pocos programas de
TV y pocos de prensa se mantienen en la pelea. De tal manera que prender la
televisión es para deleitarse con entrevistas a algún artista, un deportista o
conocer lo bueno o malo que hacen en otros países. Igual cosa con la
prensa comprada furtivamente por testaferros que se autocensuran con
astucia y precaución. Se acabó la antigua diversión.
+La oposición. Difícil describir que pasó,
pero pasó. Poco claro cómo está todo y muy aburrido no ver alguna luz de
solución. Uno se animaba cuando salía algún opositor come candela dándole
pasión a la escena pero hoy desaparecieron. Aburridos todos.
+La escasez. De tanto repetirse pareciera que
nos vamos acostumbrando. No hay leche, aceite, papel, veremos. El revendedor lo
tiene a diez veces su precio. No hay luz, bueno ya vendrá, no hay agua pero uno
se las arregla a totumazos, no hay medicinas pero se rebuscan y así, lentamente
la tragedia colectiva pasa al mundo de lo aceptable con unos ciudadanos que
preferimos el aburrimiento al combate por la dignidad.
+La economía. Ya convivimos con una inflación
absurda sin levantar un dedo. Mendigando dólares al régimen y aceptando todas
las consecuencias de su escasez. Ni afeitadoras, ni repuestos para vehículos,
aires acondicionados o lo que sea. La sensación de estar preso en el propio
país sintoniza con la falta de pasajes que ya luce irresoluble.
¿Cuál es nuestro futuro?. Por lo pronto se ve muy mal. Un país miserable
en casi todas las áreas de actividad y un régimen tratando de sobrevivir
mediante el único mecanismo que ha usado siempre: pedir fiado.
Algunos ciudadanos buscando oportunidades en otros sitios y el resto
calándose al país más aburrido del planeta.
Solo nos queda esperar que nuestro demonio interno despierte de su
letargo y cumpla la sabiduría de los refranes “Cuando el diablo no tiene que
hacer mata moscas con la cola”.
Eugenio
Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67
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