Dos posiciones esenciales para el país están en el
tapete de la discusión. Una el diálogo, otra el escenario parlamentario del
2015. La oposición se anota un tanto con el Diálogo cuya realización arrancó en
una primera etapa el 10 de abril próximo pasado.
El régimen se dio cuenta de lo débil de su defensa y del fracaso de sus
políticas. Por primera vez en 14 años el país oyó otro discurso y contrastó con
la realidad de los problemas sociales y económicos de la retórica oficialista.
Obviamente Nicolás Maduro congeló el debate público por todos los medios y
prácticamente desconoce el Diálogo. No podía darse el lujo que los estudiantes en
un debate transmitido por los medios le metieran al régimen una goleada
superior a la de Alemania sobre Brasil. Cómo al gobierno no le conviene el
Diálogo le da una patada a la mesa de negociaciones, todavía el gobierno no ha
previsto las nefastas consecuencias políticas que en su contra le traerá
desconocer el Dialogo.
Sí toda la oposición entendiera el beneficio político del discurso del Diálogo
le sacaríamos más provecho nacional e internacional a la vocación anti-dialogo
del gobierno.
Pienso que debería hacerse un activismo social-político para concienciar a las
masas de las razones que tiene el gobierno para persistir en su política
represiva y antipopular y por ende anti-dialogo.
La otra posición es el escenario 2015. Frente a esto surgen tesis distintas.
Desde la Asamblea Nacional Constituyente, la renuncia presidencial, elecciones
presidenciales adelantadas, hasta hablar de una transición cómo que si el
gobierno hubiese caído. Se descarta la Asamblea Nacional a priori. Y creo que
debemos ser prácticos y tener visibilidad de consecuencias de algo muy sencillo
en el combate político: nunca se debe hacer lo que el enemigo quiere que
hagamos.
Somos una fuerza mayoritaria, vayamos a la calle a consolidar nuestra fuerza
política promoviendo y garantizando la Unidad. Vinculando la lucha social y la
política La elección parlamentaria esta a la vuelta de la esquina ¿ Acaso ese
espacio público-político no puede ser el que inicie la transición teniendo una
nueva mayoría en la AN?.
Sí queremos reconstruir la Patria debemos estar conscientes que una transición
hacia una democracia plena debe sustentarse en la Unidad Nacional, en contraste
al gobierno sectario y de una sola colectividad política que tenemos
actualmente.
Que inmadurez demostraría la oposición si antes de ser gobierno prolifera la
descalificación y, como lo dijera Rómulo Betancourt el 21 de octubre de 1958
“el desfogue personalista”. Siendo que para la reconstrucción del país se va a
requerir la unidad de todos.
El carnaval de injurias para nada va a servir, sino que todos los partidos políticos, organizaciones civiles y sociales, gremiales, académicas, estudiantiles, universitarias, empresariales, obreras, etc, cada uno en su espacio respetándonos y buscando lo que nos une y no lo que nos divide, buscando un denominador común venezolano para restablecer el equilibrio de una democracia profunda con acento nacionalista y venezolanista cómo “empresa de todos” va a ser imprescindible.
William Dávila
william.davila@gmail.com
@williamsdavila
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