Este
régimen nos destruyó el presente. Parece que también nos confiscó el futuro.
En una pequeña reunión de petroleros de los de “antes”, Arnold Volkenborn nos
hizo una presentación del futuro de la industria petrolera venezolana que
recoge información dispersa y la organiza de manera tal que las premoniciones
fatalistas que todos teníamos se convierten en algo que se aproxima casi a una
certeza, aunque el futuro tiene tantas incertidumbres que, por lo general, nos
equivocamos en las predicciones.
Para
reforzar el concepto de la incertidumbre del futuro, recordamos que hace 10
años los expertos pronosticaban que nuestro continente (Norte, Centro y
Suramérica) sería, por siempre, importador neto de unos 6 millones de barriles
diarios (b/d) de hidrocarburos.
Desde entonces ha habido una revolución tecnológica. 1) Se desarrolló la
perforación horizontal que permite acceder con un pozo vertical a horizontes de
varias arenas de producción para la cual se requería antes hasta de 24 pozos.
2) Se desarrolló una tecnología que permite perforar “costa afuera” a grandes
profundidades. 3) Se desarrollaron tecnologías para “fraccionar” las lutitas y
extraer gas y petróleo en abundancia que hasta hace poco no podían producirse.
Los resultados han sido espectaculares. En Estados Unidos el petróleo de lutita
es ya (2013) 2,7 millones (b/d) y 7,4 millones (b/d) de petróleo convencional.
Para 2017 se calcula que se producirán de lutita 5 millones (b/d) y 10,4
millones (b/d) de petróleo convencional. Lo cual lo convertirá en el mayor
productor del mundo y en exportador neto.
Por
su parte, Canadá producirá de sus arenas bituminosas 5,8 (b/d) para el año 2030
(1,8 millones b/d en la actualidad) Gran parte de esta producción estará
interconectada a través de oleoductos (muchos ya existentes) con Estados Unidos
pero tendrá que buscar también otros mercados. Mientras todo esto se desarrolla
Venezuela redujo sus exportaciones a su mercado natural (Estados Unidos) de 1,5
millones (b/d) a 700.000 (b/d). Brasil planifica producir entre 3 millones y 4
millones (b/d). México ha abierto su industria al capital extranjero. Argentina
ha incrementado su producción de gas, natural y de lutita. Colombia
posiblemente llegue a producir 1 millón (b/d). Perú exporta gas a Chile. Todo
lo cual apunta a que América del Sur no solo será autosuficiente a corto plazo,
sino que tendrá capacidad de exportación.
Los
expertos apuntan a que en el mundo podría haber, en el relativo corto plazo,
una oferta mayor que la demanda, lo cual plantea lo que haría, en ese caso, la
OPEP; ya esta organización ha reducido su expectativa de producción de 31.000
millones (b/d) a 30.000 millones (b/d) en 2020, lo cual visto desde la
perspectiva de hoy parece optimista.
No
incluiremos cifras para el gas pero las conclusiones son las mismas que para el
petróleo. Habrá gas en abundancia y ya Estados Unidos ha comenzado a
exportarlo. El desarrollo atrasadísimo del gas costa afuera en Venezuela ya no
encontrará mercado si alguna vez se terminan los proyectos actuales. (Estados
Unidos está transformando los terminales para recibir gas licuado en puertos
para exportarlo).
Hay
mucho pero mucho más. No hemos mencionado las energías alternas que tarde o
temprano reducirán la demanda por hidrocarburos.
Pero,
lo expuesto es suficiente como para concluir que:
1)
Será difícil desarrollar la faja petrolífera del Orinoco para producir petróleo
crudo comerciable, para lo cual se necesita de mejoradores que, si empezamos
hoy a construirlos, tardarán por lo menos 6 años para que estén
operativos.
2)
El gas costa afuera tendrá que utilizarse en Venezuela y será mucho más costoso
que el gas asociado que producimos actualmente y que ya no nos alcanza.
3)
Tenemos, todavía, petróleo liviano y mediano más fácil de comercializar que el
de la faja, pero no hay ni exploración ni recuperación de pozos
abandonados.
4)
Venezuela perdió el prestigio que conservó por muchos años de suplidor “seguro
y confiable” y buen pagador por los servicios que recibía su industria
petrolera.
5)
¿Qué mercados tendrá Venezuela si nuestro continente no solo será
autosuficiente sino un exportador neto de energía? Nos queda China y la India,
¿podemos competir para esos mercados con el Medio Oriente y el norte de África,
cuando se cierre el mercado de Estados Unidos?
Este régimen nos destruyó el presente. Parece que también nos confiscó el
futuro.
Alberto
Quiros
quiroscorradi@gmail.com
@quiroscorradi
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