Sabemos
del ingenio de los seres humanos en situaciones límite, y los cubanos que
sobrevivieron al periodo especial son un buen ejemplo de ello. Pero la sociedad
venezolana de hoy es la antípoda de la cubana en 1991.
La
hegemonía chavista se edificó acostumbrando a su base social a consumir sin
producir. Llegó la hora de pagar la cuenta. Mientras más lo pospongan será
peor.
Una
recesión es una desaceleración de la actividad económica, normalmente acompañada
de incremento del desempleo. No es el caso actual de Venezuela. Lo que estamos
padeciendo es el colapso de la vida cotidiana del país. Un proceso de parálisis
de las distintas actividades nacionales como consecuencia de la falta de
dólares, que hasta ahora han sostenido este curioso modelo petro-socialista,
importador y consumista.
Hay
un área que es clave y puede precipitar ciertos acontecimientos: el sistema de
transporte público nacional.
Lo
choferes y mecánicos venezolanos pueden “inventarse” muchas cosas para
“resolver” y salirle al paso a distintos problemas, pero lo que no pueden hacer
es que los vehículos funcionen sin cauchos, aceites lubricantes, baterías,
frenos, bujías, filtros, correas, rolineras, inyectores, bombas de gasolina,
pistones, bases para motor, alternadores, empacadoras, radiadores, piezas
eléctricas, etc.
En
su inagotable irresponsabilidad el “gobierno” de Nicolás Maduro se hace el loco
con la escasez de insumos que requieren los pacientes renales o que reciben
tratamientos contra algún tipo de cáncer; total alguien con mucho cinismo
dentro del alto mando político dirá que eso no afecta a la mayoría de la
población. Si las líneas aéreas internacionales reducen sus operaciones o se
van del país, no importa, la mayoría no viaja.
Si
faltan alimentos, los hermanos rusos o chinos siempre pueden prestar unos
cuantos millones de billetes verdes del odiado imperio para parapetear el
abastecimiento de bienes básicos. Y así sucesivamente.
Pero
donde no hay escapatoria, donde no pueden meter la cabeza en la tierra es con
la paralización total o parcial del parque nacional automotriz de carga y de
personas. No hay Guardia Nacional, Ejército o Milicia que valga a la hora de
controlar un problema de orden público consecuencia de la movilización a pie de
millones de personas. Piensen en eso.
Estamos
llegando a una situación que sólo tiene precedentes en el colapso económico
chileno del último año del gobierno de la Unidad Popular con Salvador Allende.
Sabemos
del ingenio de los seres humanos en situaciones límite, y los cubanos que
sobrevivieron al periodo especial son un buen ejemplo de ello. Pero la sociedad
venezolana de hoy es la antípoda de la cubana en 1991.
La hegemonía chavista se edificó acostumbrando a su base social a consumir sin producir. Llegó la hora de pagar la cuenta. Mientras más lo pospongan será peor.
Pedro
Benitez
pedropablofernando@gmail.com
@PedroBenitezF
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