Si algo se hace bien con la izquierda es la
propaganda y el proselitismo mediante la creación de imágenes y realidades
emocionales a través de la palabra. Frases como “control social”, “gobierno de
calle” o “estado comunal”, ya forman parte de nuestro vocabulario cotidiano, dando
forma además a un conjunto de entidades políticas de nuevo cuño, que
independientemente de su cuestionable utilidad, dejan un sensación de
mejoramiento institucional en adeptos y simpatizantes de la revolución y el
socialismos del siglo XXI, este último, por cierto, una ficción de construcción
verbal, semejante a las anteriores.
De entre esas singularidades políticas de raigambre
socialista, destaca sin lugar a dudas la del “poder popular”, un concepto que expresa las
posibilidades reales del poder que posee el pueblo cuando se organiza, pero que
más allá de eso no deja de ser una falacia. Hablar del poder popular a cada
rato y hacerlo creer participe de las
más altas decisiones del Estado, es una de las mayores y más sagaces muestras
de demagogia de que es capaz este gobierno y el chavismo en general. En la
Venezuela actual hemos llegado a un extremo tal de hacer populismo con el propi
pueblo, que a los Ministerios que conforman el Poder Ejecutivo junto con el
Presidente, les hemos antepuesto al nombre de la cartera correspondiente, la
rimbombante etiqueta de Ministerio del Poder Popular. Un cliché propagandístico
que pretende vender la idea de que los distintos Ministerios existentes en el
gobierno revolucionario, socialista y chavista emanan del poder popular y que
es el pueblo, realmente, quien gobierna por medio de ellos.
Chávez le dio además, al “poder popular” fuerza y
rango de ley de la república, definiéndolo
en su Artículo 2 como “el ejercicio pleno de la soberanía por parte del
pueblo en lo político, económico, social, cultural, ambiental, internacional, y
en todo ámbito del desenvolvimiento y desarrollo de la sociedad, a través de
sus diversas y disímiles formas de organización, que edifican el estado
comunal”; teniendo como finalidad
“garantizar la vida y el bienestar social del pueblo”. Todo ello sin
importar que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
estableciese en su Artículo 5 que “La soberanía reside intransferiblemente en
el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta
Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los
órganos que ejercen el Poder Público” o que en el texto constitucional se hable
más bien de “poder ciudadano”, en su art 273 y siguientes, que de “poder popular”.
Nicolás Maduro lo menciona igualmente, cada vez que
habla en cadena nacional, es decir, casi todos los días. Recientemente, desde
el estado Zulia, donde activó la segunda fase del Gobierno de Calle, recalcó
que el poder popular es una fuerza determinante de la historia venezolana, “es
el poder del pueblo para entender su patria, para construirla, para remontarse
sobre las dificultades, para no dudar jamás”.
En la Venezuela actual hemos llegado a un extremo
tal de hacer populismo con el propi pueblo, que a los Ministerios que conforman
el Poder Ejecutivo junto con el Presidente, se les ha antepuesto al nombre de
la cartera correspondiente, la rimbombante etiqueta de Ministerio del Poder
Popular. Un cliché propagandístico que pretende vender la idea de que los
distintos Ministerios existentes en el gobierno revolucionario, socialista y
chavista emanan del poder popular y que es el pueblo, realmente, quien gobierna
por medio de ellos. Pero la verdad es que basta con tener algún contacto con
algunos de esos Ministerios y ver las largas colas que hacen las personas, a
veces desde muy temprano, esperando algunos de sus servicios, para darnos
cuenta que el poder popular no está presente allí por ningún lado y que el
pueblo es más bien tratado como plebe y
no como ciudadanía con derechos.
Sin ir muy lejos, podemos visitar la página web del
Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la
Gestión de Gobierno, y bastará una simple lectura para percatarnos que no
obstante tratarse de un organismo del Estado al servicio de la gente, del
pueblo, de la ciudadanía en general, allí se resalta también como información
de la Presidencia de la República y de su Gestión de Gobierno, noticias
referentes al III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)
relativas a la lealtad y disciplina exigida por el presidente venezolano a las
Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (Ubch) o al interés que tiene dicho
congreso. Aunque por supuesto, alguien pudiera decir que el poder popular también
está en presente el PSUV y que, por lo tanto, es el propio pueblo el que ordenó
colocar aquella información en la página
del ministerio en cuestión.
Un “poder popular” que, al final de cuentas, ni
tiene poder, ni es del pueblo.
José
Luis Méndez La Fuente
xlmlf1@gmail.com
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