Pedro Briceño Méndez |
El
25 de enero de 1821, el general Pedro Briceño Méndez a nombre de Colombia,
dirigió al gobierno de su majestad el Rey de España una comunicación en la cual
propiciaba la paz entre las dos naciones, necesidad que fundamentó:
"en la
naturaleza, en la común utilidad y en la buena fe" y cuyos benéficos
efectos permitiese a España recuperar su: "antigua gloria, esplendor y
prosperidad" y a Colombia: "el rango de su propia fuerza, robustez y
riqueza" entre las naciones.
A tales fines, le notificó el nombramiento de
los comisionados José Rafael Revenga y a José Tiburcio Echeverría, para que
sostuvieran inmediatas negociaciones.
José Rafael Revenga |
Llevaban la importante misión de alcanzar
el reconocimiento de Colombia: "en toda su integridad" y sus límites
que en nuestro caso eran los: "que formaban antes la demarcación de la
capitanía general de Caracas" sin despojos y menos aún renuncias, tal y
como les instruyó Bolívar.
Ya
en la península desde hacía meses, nuestros representantes, el 20 de julio de
1821, protestaron ante las autoridades españolas los señalamientos publicados
en: "El Universal" de Madrid, en el cual se afirmaba que: "entre
los disidentes no se encuentra la más ligera idea de moralidad y buena fe"
y que la conducta de Bolívar constituía una: "violación del derecho
natural y de gentes, otros perfidia y descarada hipocresía".
En
respuesta a tales imputaciones, los comisionados exigieron a España
salvaguardar la quietud de: "millones de habitantes", el respeto a
sus autoridades y que no se revocase: "la gloriosa y merecida existencia
del gobierno de Colombia, que confiesan los jefes del ejército expedicionario
de Costa Firme; y que también ha mencionado de un modo digno de la Nación Española
su excelencia el señor Secretario de Estado del Despacho de la Gobernación de
Ultramar en su memoria leída en las Cortes el seis de marzo último".
España,
el 30 de agosto de 1821, ya conocida como era la derrota de su ejército el 24
de junio de 1821 en Carabobo, expresaba a los comisionados que: "el jefe
Bolívar" había quebrantado el armisticio: "abusando de la buena fe de
los generales españoles", que: "se había apoderado por la seducción y
la astucia de varios puntos importantes", además de haber: "faltando
a su palabra de honor y envilecido de este modo la honrosa profesión de las
armas", asegurando que también había estimulado la liberación de Maracaibo
antes de concluir el armisticio. Según ellos, los patriotas habían desconocido
la generosidad del Rey, quien autorizó la presencia de los representantes en la
Corte: "con el fin de allanar el camino a la pacificación de aquellas
provincias", posibilidad que se alteraba en consecuencia, resolviendo que:
"la presencia de V. era absolutamente inútil en España", razón por la
cual les fueron remitidos sus correspondientes pasaportes.
Revenga
y Echeverría, quienes desde febrero de 1821 se encontraban en Madrid,
contestaron haber esperado 95 días la realización de la aspirada conferencia y
manifestaron su rechazo a tales conceptos calumniosos y, en especial, a las
imputaciones de perfidia con las cuales acusaba a Bolívar y afirmaron que la
finalización del armisticio se debió, entre otras razones, a: "la mala
situación de sus tropas en Venezuela y la falta absoluta de subsistencia que
les amenazaba de una muerte cierta". Igualmente los ministros colombianos
afirmaron que los jefes españoles habían dilatado: "maliciosamente"
la aplicación del armisticio en su momento y, por su parte, haber: "hostilizado
con una crueldad inaudita a los
Colombianos en contravención con los artículos de aquel". Finalmente
expresaron a las autoridades reales: "cómo puede ser un obstáculo la
continuación de la guerra para tratar la paz".
En
tan difícil situación lo cierto era que otra realidad se había impuesto y a
pesar de ello, Revenga reiteró desde Burdeos al gobierno español, el 28 de
septiembre de ese año, su llamado a la paz pero al mismo tiempo destacando que:
"los españoles han debido convencerse en Carabobo de que ya no es dudoso
el resultado de la contienda, y que no sólo no deben contar con el apoyo de un
solo americano, sino que hasta los mismos soldados europeos instan un combate
dentro de su corazón, así que no siempre obtiene la victoria el hábito de
obedecer".
Gracias
a la victoria patriota en Carabobo, luego de tantos años de guerra fratricida,
la paz se hizo factible. Carabobo simbolizó una nueva y prometedora alternativa
para la convivencia y la hermandad. La fuerza, legítima y justificable como lo
era entonces, había impuesto la razón y el derecho a ser libres, bien
inestimable de los hombres, superior a cualquier individuo, autoridad o ley que
se atreva a negarla o pretenda destruirla. "Ya, pues, sois libres"
señalaba Bolívar después de la batalla como resultado y compromiso, para que
los venezolanos con honor y patriotismo, sentido de deber y sacrificio, no
dejásemos de serlo jamás...
Jose
Felix Diaz Bermudez
jfd599@gmail.com
@jfd599
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