El espectáculo más visto del mundo ya
invadió temporalmente nuestras vidas. Pero más allá del premio del gol hay
otras cosas útiles que deseamos comentar.
1- La puntualidad. Los partidos comienzan a la
hora prevista. Nuestra venezolana costumbre de “llamó Ronaldo que lo agarró una
cola y que si lo podemos esperar un ratico” no existe. La informalidad no solo
es llegar tarde es también hacer cosas a lo loco. “Estamos en cadena nacional”
es tan cotidiano que olvidamos que es un irrespeto colectivo.
2- Reglas claras. Todos los equipos y el
público las conocen y se trata de cumplirlas bajo el riesgo, de no hacerlo, de
una pita planetaria. En Venezuela nos encanta brincarnos las reglas y el
régimen es especialista en ajustarlas según convenga.
3- Respeto al árbitro. Lo que le falta a
nuestro CNE es usar el uniforme rojo. Tiene bien ganada su poca credibilidad.
Se quieren mostrar como transparentes y tener el sistema de votación mejor del
mundo pero se le ha vuelto un chiste que los cachacos con un sistema manual den
los resultados en una hora y que (oh tristeza) todos los crean.
4- El gusto por lo diverso. Fuera de la
necesaria igualdad en los uniformes de los equipos lo demás grita el gusto de
los humanos por lo diferente. Cada jugador lleva el peinado como quiere y los
zapatos con una asombrosa variedad de colores. En el público ni se diga, disfraces,
símbolos en la cara, tambores. Al ver los mítines del PSUV, todos sentaditos
donde debe ser y con una camisa roja, se puede intuir que es algo obligadamente
artificial.
5- Adiós al racismo. Casi todos los equipos
tienen en su plantel afro descendientes es decir negros. Esto afirma claramente
que el mundo ha superado la antipatía racial y lo que predomina es la calidad
del jugador. No sé cuál mente idiota de Venezuela dijo que nosotros teníamos
discriminación racial. ¿En qué planeta vive ese pendejo?, si hasta a las
mujeres les decimos “mi negrita” en señal de cariño aunque sean una tiza.
6- Ser rico es bueno. Casi todos los jugadores
de fútbol profesional ganan mucho dinero y los que participan en el mundial son
los mejores. Millones de niños ven en ellos su ilusión de vida. Ricos y
famosos. Que contraste con los acomplejados dirigentes chavistas haciendo coro
a su líder para exaltar la pobreza como cosa buena. No mi pana, lo que tenemos
es que dedicarnos a trabajar y salir de abajo. Los Países no los construyen los
malos gobiernos, los hacen los ciudadanos.
7- El arma del talento. Al igualar
numéricamente a los jugadores de fútbol se coloca en mesa que el ganador será
el más talentoso. Así, por ejemplo, Ghana le metió susto a USA. El talento es
indispensable para resolver problemas internos de una Nación y también los
externos. El empeño, difícil de entender, de este régimen que trata de hacer
trasplantes de corazón con albañiles o de pasarse la vida ladrando agudamente
como chiguagua asustado frente al gran danés gringo, lo revela como muy falto
de talento e inteligencia.
Pero
que viva el fútbol. El abrazo del planeta.
Eugenio
Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67
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