“Más rápido se coge al mentiroso que al cojo”, Proverbio castellano.
COMIENDO CUENTOS |
Una
de las cosas más perniciosas y que definitivamente desprestigio, en grado
superlativo, a los gobiernos de AD y COPEI, fue la llamada solidaridad
automática. Ante evidentes hechos de corrupción, la presión ejercida por los
más poderosos dirigentes de esos partidos, creó un escenario de impunidad tal,
que existían delitos sin delincuentes. Hechos de corrupción sin corruptos. El
manto de protección, no permitía que la justicia castigara a los responsables.
El mío con y sin razón, era la consigna. Una manera de perversa de ganar
adeptos.
Esa
descomposición y muchos otros errores políticos, económicos y sociales, dieron
al traste con un sistema democrático, que era modelo de ejercicio de libertad
en América Latina. La democracia Venezolana era ejemplo de alternabilidad
democrática, procesos electorales aceptables, libertad de expresión y con un
proceso de descentralización, que auguraban un futuro prometedor. La
democracia, al acercarla al pueblo, creaba mecanismos y anticuerpos para curar
sus males. Eso sólo es posible en libertad, pero la autocracia liquidó ese
proceso. La involución es evidente.
La
rendición de cuentas de alcaldes, gobernadores y Presidente de la República,
permitían evaluar, desde el punto de vista ético, moral y administrativo sus
gestiones. Todos los aspectos eran objeto de debate público. El que maneja
dineros públicos, está obligado a presentar cuentas al pueblo. La Contraloría
General de la República se manejaba con autonomía y sus informes eran
demoledores. La oposición hacia su trabajo de investigación y denuncia y nunca
fue acusada de conspiración por decir sus verdades. El Supremo Tribunal de la
Opinión Pública era implacable e
inapelable. “La primera de todas las fuerzas es la opinión pública” SB.
El
hombre público desde el punto de vista de su honorabilidad en el desempeño del
liderazgo y la administración pública, no es lo que él cree que es. Es lo que
la opinión pública, la primera de la todas las fuerzas, cree que es. No hay
razones válidas para generalizar. El pueblo identifica con precisión a cada
quien y lo ubica en su justo lugar. Ejemplo ¿Quién puede pensar, que la gente
no se imagine, quienes son los responsables, del robo de 25 mil millones de
dólares de CADIVI? Vuela la imaginación y apunta a la cúpula podrida de la revolución.
La cantidad es superior a las reservas internacionales del país por lo que la
solidaridad automática en ese caso es monstruosa. Despalillaron el tesoro
público de un manotazo.
La
gente no se come el cuento, según el cual, todos los que se dicen
revolucionarios son impolutos y, que todo el que disienta del gobierno más
corrupto y saqueador de la historia patria, es corrupto. Los ejemplos de hechos
públicos, notorios y comunicacionales de corrupción en revolución son
escandalosos. Los corruptos se dan la dolce vita, con los dineros robados,
disfrutando de la impunidad, que genera, la solidaridad automática en
revolución. Quizá no se ve la mano del
que roba, pero las manos que gastan se ven a mil millas. Fíjense que la gente
se fija y coge los mentirosos rapidito.
José “Cheo” Salazar
sjose307@gmail.com
@Cheotigre
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