Los
precios internacionales de nuestros productos petroleros: crudo, gas y
derivados, tienen una tendencia a la baja, producto de las fuerzas vigentes del
mercado. Mientras más crudo y productos haya y mientras más lejanos nuestros
clientes y menor el crecimiento del mundo consumidor, el resultado de nuestras
ventas tendrá que ser menor.
Nuestra realidad es que cada día le vendemos menos
a quien nos paga de contado y le entregamos más a quien no nos paga y a quien
nos presta. Además, nuestros mercados son cada día más distantes y conllevan
mayor componente de flete y su composición es peor en calidad. Si cada día
fiamos más y nuestras ventas son a clientes más lejanos y a muchos les estamos
entregando para pagar préstamos o para intentar tener un poder que no
utilizamos en beneficio de la gente, entonces no debe sorprendernos que nuestro
ingreso por concepto de petróleo sea cada vez menor. Esto por concepto de los
precios.
En
la variable producción/refinación. Otro hueco. En este sentido nos distinguimos
por nuestra habilidad para reducir la capacidad de producción y de refinación,
mezclote de una ineptitud para manejar la operación petrolera y de la
insuficiencia presupuestaria para nuestra producción directa y para la
participación en las empresas mixtas, a las que además perjudicamos en razón de
los esquemas cambiarios y administrativos. Ni hablar de eficiencia en
refinación que se ha reducido como producto de la falta de mantenimiento y de
ampliación, producto de la mala gerencia y de la incapacidad financiera del
estado. Aunque Pdvsa "es de todos", mucha gasolina que consumimos no
es de Pdvsa sino importada con una relación infernal de precio de compra versus
precio de venta.
En
la variable calidad, por la incapacidad operativa y financiera de Pdvsa y el
freno impuesto a la ampliación de la producción de las empresas mixtas, no
hemos desarrollado la producción de crudos liviano y medianos, ni tampoco la de
crudos pesados, así que cada día tenemos menos producción de crudos y, en mayor
proporción, crudos de peor calidad y más costosos. Esto afecta a la reducida
refinación: importar crudo livianos/medianos.
El
mercado interno, incluyendo el contrabando de extracción, crece por razones
demográficas y de relación de precio con nuestros vecinos, y se suple a través
de la combinación de generación hidráulica/térmica y de la relación de los
precios interno/importación. Como el estado incapaz no ha podido combinar las
variables en cuestión y "para hacerlo más eficiente" ha absorbido su
manejo en su totalidad hasta el punto de que paga en vez de cobrar por vender,
genera inmensas pérdidas, aún con la reducción de la planta industrial privada.
Sumando lo antes enunciado y debido a que cada día nos vamos distanciando más de un futuro petrolero promisor en razón de nuestros errores al usar el petróleo con el fin de tratar de mantener la preponderancia insostenible de una ideología "fuera de moda" e improductiva en cuanto a Desarrollo Humano y por desatender la dinámica del mercado (producción/consumo/mercados/competitividad), nos hemos rezagado irremisiblemente. Tenemos que entender y aceptar que nuestra realidad petrolera y, más aún, nuestro futuro petrolero requieren acciones de cambio urgentes si queremos desviarnos del camino de convertirnos definitivamente en un "expaís".
Odoardo
León-Ponte
odoardolp@gmail.com
@ooleopon
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