El
cuerpo tiene su propio lenguaje para interpretar el entorno y enviar mensajes
clarividentes. En el año 2008 fui sometida a una intervención quirúrgica,
recuerdo y retomo hoy en el 2014, las lecciones aprendidas:
Era
benigno el intruso de 15 cm. que habitó dentro de mí por encima de mi útero,
trompas y vísceras. Me pregunto desde cuándo mi cuerpo había decidido ceder ese
espacio celular sin que me percatara de ello. A cuenta de no ser maligno y
además ser producto de mi propio cuerpo, ¿Tenía derecho de invadir parte de mi
espacio vital?, ¿Hasta donde entra en juego mi voluntad en todo esto?, ¿Hasta
dónde mis vísceras, útero, trompas y ovarios tienen la potestad de decidir en
mi nombre, o la orden vino directa de mi cerebro?, ¿Hasta dónde la invasión se
produjo sutilmente, hasta llegar a convencerme de otorgar 15 cm. de mi cuerpo
con su diámetro incluido y además, convencerme de que mi
funcionamiento orgánico gozaba de estabilidad?
¿Qué
disfraz se habría colocado el espécimen durante mi teatro de vida para
consolidar la ocupación?, ¿De restos energéticos producto de matrimonios mal
acabados, de presión natural producto de 4 procesos de embarazo y parto, de
irresponsabilidad y malos cuidados?, o de impotencia, intolerancia, miedos,
opresión, tristezas, dolores del alma o furias ocultas y más, todo esto sin capacidad de salida?
Imagino
mis vísceras oprimidas por tanto tiempo como en un gueto nazi,
agradeciendo infinitamente cuando por
fuerza extrema y obligada lograban expulsar los residuos corporales. ¡Dios
santo, acabo de aprender a amar a mis restos corporales tanto como a mi cerebro
por el solo hecho de gozar de libertad de movimiento y acción, de libertad, sin
miedo ni retención!
Entonces
imagino el horrendo intruso que pueden estar cargando durante tantos años y sin
saberlo muchos venezolanos, en forma de invasión visceral de cuerpo y alma,
producto de auto sugestión, imposición,
coacción, violencia, injusticia, ultraje o miedo.
La
figura que intenta invadir nuestro espacio moral y social ha tratado de
adueñarse de nuestra identidad, utilizando el engaño, la burla, el descaro, la
mala intención, la agresión, la opresión, la inmoralidad, el robo, la
corrupción, la mentira. Vivimos entonces como en un gueto nazi, con reseñas
criminológicas semanales que superan los porcentajes oficiales de muchos países
en el mundo, por citar solamente este aspecto de salud social.
Mi
cuerpo físico corrió con mejor suerte que nuestro “cuerpo social país”, en mi
caso el tumor no era maligno. El espécimen que nos invade se disfraza de
supuesta democracia llamada “Estado soy yo”. Los que estamos intentando hacer
cirugía de reconstrucción, produciendo en positivo por y para Venezuela, nos
valernos del poder de nuestras ideas que se mantendrán LIBRES, apoyados por la
voluntad de servicio y el amor auténtico a nuestra tierra, basado en nuestra
fuerza moral, personal, familiar, empresarial y social para encontrar sanidad
sin que el cuerpo país termine de enfermar, se desintegre y muera. MAA 2008
Hoy en el año 2014, yo me mantengo sana pero mi Patria está enferma y se me muestra más desfigurada que hace seis años casi con visión de cadáver, y olor a pólvora, azufre, torturas y cárcel. Se necesita atrevimiento y cordura para interpretar los eventos y ejecutar una cirugía con láser, se juegan las entrañas de los venezolanos.
¿Harán
la intervención los ciudadanos formados y preparados para ello? Se necesita
academia, praxis política y económica, sensibilidad social, alma y “pulso,
mucho pulso y precisión para no seccionar nuestros principios y tradiciones más
profundas.
El
espacio pre operatorio lo han montado exitosa y valientemente los estudiantes,
los conductos sanguíneos se están disgregando en las calles, es necesario
evitar más desangramiento.
El anticuerpo llamado LIBERTAD está activo para evitar la septicemia. La operación debe ejecutarse sin demora, la distracción en guiones de justificación de lado y lado, están produciendo escalofrío de muerte. Se nos va la Patria y ni siquiera ha entrado en la mesa de operación.
¿Qué
recordaré dentro de 5 años como lección aprendida?
Tengo
escalofríos, a una semana de operada, pienso que puede ser producto todavía de
la anestesia, o de la movilización interna que sufrió mi cuerpo, o pensándolo
bien, no es un escalofrío normal, lo siento como escalofrío de PATRIA enferma,
de Patria que se despide de sus funciones vitales, de Patria invadida, de
Patria convulsionada.
Necesito
cobijo, las mandíbulas me tiemblan, me ofrecen una cobija pero no me calienta,
entonces pido mi bandera más grande, mi bandera de Venezuela y recuerdo una
frase que escribí en el año 2003: …
”Si
todo me fuere quitado, ruego a Dios que me permita conservar mi bandera más
grande para arropar a mis hijos, a mis
nietos y a mi LIBERTAD”……….
En
pie de lucha por una Venezuela libre y sana…
María
Antonieta Angarita Sergent
antonieta05@gmail.com
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