Ha
transcurrido el primer año de gobierno de Maduro desde que ganó las elecciones
en Abril 2013, pero realmente tiene gobernando desde diciembre 2012 cuando el Presidente
Chávez se fue a tratar su dolencia a Cuba con el desenlace que todos conocemos.
O sea, que la inmensa torta de Maduro es
de 16 meses, más o menos.
ESTA PONIENDO LA TORTA |
Naturalmente,
debe proceder a rendir un balance de su gestión-. Por encimita debo decir, no
la tiene fácil... Fuera de que nos preocupó su salud mental tan pronto se
juramentó, pues le dijo a todo al mundo, “que hablaba con un pajarito” como si
él fuera el Dr. Dolittle con un Chávez
reencarnado que pilla y se fue volando sobre los árboles en el cielo barinés. En aquel momento,
yo-personalmente-, me preocupé muchísimo y me dije: “Dios mío, tenemos un
problemita serio aquí”. Supongo, que el presidente Maduro recordará ese
episodio, en medio de una anécdota impresionante, increíble y medio rara.
Bueno,
el presidente se casó con doña Cilia Flores en un matrimonio relámpago e
íntimo, pues no lo compartió con la sociedad civil y tampoco se fue a vivir a
La Casona, donde viven extrañamente las hijas de Chávez, en otro extraño
comportamiento, que uno no entiende.
Entonces,
apreciados lectores al presidente Maduro se le ha ido más de un año montado en
un templete, como si fuera un Quijote peleando con una “guerra económica” que
uno no ve por ningún lado y entonces, emite una ley de precios justos y atacó a
los comerciantes en diciembre, generando
una especie de poblada que dejó pelados los comercios, hasta el sol de hoy.
De
esa manera, tenemos un país con unas políticas económicas que lo tienen a capa
caída. Tenemos la cesta básica en 10 mil bolívares y el sueldo mínimo en 3 mil
bolívares, tenemos la inflación más alta de Latinoamérica y una escasez de
productos que hacen temblar los estómagos.
Igualmente, muchos rublos hacen cola para ser atendidos y solucionar su
problema de desabastecimiento, tanto en víveres alimenticios, como
farmacéuticos, automotrices, etc.
Para colmo de males, hay otros problemas ínter conexos como la inseguridad, la espantosa corrupción comunista que no sabe explicar la “fuga” de más de 20 mil millones de dólares-una pelusita- , en entregas a boliburgueses que están despalillando el patrimonio nacional y que han llevado a la calle a los estudiantes y parte de la sociedad civil que necesita abrir la olla de presión y pedir reorientación, cambio de rumbo y hasta la salida de Maduro como el camino para salir del desmadre-¿Ya eso, es una cosa bien seria, verdad?-.
Todos
estos conflictos y convulsiones sociales han puesto sobre la mesa, asesinatos
que superan los 40 venezolanos, centenares de heridos, múltiples violaciones de
derechos humanos que están a la orden del día en las acciones de la Guardia
Nacional y los cuerpos paramilitares vinculados al gobierno como la guinda de
la tortita de un gobierno tambaleante que es cuestionado hasta en la
nacionalidad de su presidente.
Si.
La cosa no ha sido nada fácil durante este primer año. Más bien diríamos con
franqueza que este gobierno es una torta: la torta de Maduro.
Luis
Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
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