“Nuestro patrimonio histórico está siendo destruido. Salvémoslo”
En
los tiempos que se inició la gestación de la ciudad alrededor del pozo OG-1, se
dieron dos hechos singulares. El retiro de los bahareques que circundaban la
locación y la construcción de una cerca de Alfajol que sirvió de protección al
área dónde se desarrollaban los trabajos de perforación. Ese espacio protegido,
luego se convirtió en Campo Oficina. En ese amplio terreno, la industria
petrolera, construyó viviendas para los ejecutivos – margen sureste – otras
para los trabajadores, en la parte oeste y en centro edificaron la escuela, el
Comisariato, oficinas, laboratorios químicos, el campo deportivo y con la
organización y surgimiento del Club, cedieron una amplia vivienda, en el
costado que colinda con la calle Brisas del Caris, para la sede. Curiosamente
quedó frente a la histórica Casa New York. Coincidencias de la vida.
La
cerca de Campo Oficina, que inicialmente sirvió para proteger el área dónde se
perforaba el pozo, devino en una selecta urbanización con servicios públicos
independientes del resto de la comunidad. La industria petrolera contrataba el
mantenimiento del campo y sus instalaciones permanecían impecables. En la
década de los 90, los gerentes de la empresa, invitaron al eximio artista
cinético Juvenal Ravelo, para que presentara un proyecto, que permitiera
embellecer el edificio central de Campo Norte en San Tomé, que está sostenido
por pilotines y las entradas en las partes bajas, había que taparlas para
mejorarle la visual, para el selecto grupo humano que laboraba y visitaba esas
importantes instalaciones. Nadie mejor que un artista de artes plásticas para
esa tarea de embellecimiento. La estética tiene su importancia.
Lo
cierto del caso fue que, Juvenal Ravelo, hizo el trabajo y en la medida que
desarrollaba sus maravillosas destrezas artísticas, pensaron en cambiar la
original y vieja cerca de Campo Oficina. Le solicitaron que también, presentará
un diseño, para sustituirla y darle aires de modernidad, el cual presentó en el
término de la distancia. El diseño de originalidad artística, estaba inspirado
en el arte de la abstracción geométrica. Una técnica que permite la vibración
visual que le proporciona belleza y da la sensación de movimiento al
desplazamiento visual la viandante y a los conductores. Una obra de arte original, que tenía que ser
concretada por su autor, para que su perspectiva primorosa, fuese perfecta. No sucedió de esa manera, por
el surgimiento de la viveza criolla. Un ingeniero al ver el diseño, dijo “Yo la
hago”, lo plagió, le cedieron el contrato e instaló, lo que consideró, un
simple cambio de cerca. Crasso error. El arte no es juego de aprendices de
brujos.
Los
conocedores de esa pequeña historia, refieren que, Juvenal Ravelo, se marchó
muy molesto, no certificó ese trabajo, porque
no llenó sus expectativas. En Caracas continuó su carrera como artista
plástico en la corriente del arte cinético, ganó el premio Nacional del Cultura
(2006-2007) Mención Artes Plásticas. Este artista plástico, nacido en Caripito,
estudió la Sociología del Arte, en la prestigiosa universidad francesa, La
Sorbona. Es tan extraordinario su éxito que hace poco fue declarado Patrimonio
Viviente de la Humanidad y hoy por hoy, es uno de los más y mejor cotizado de
Venezuela y el mundo por su creatividad
pictórica en el arte cinético. Un genio de las artes plásticas.
La
cerca de Campo Oficina y el campo en general desde que llegó la revolución,
está prácticamente abandonado – la gráfica que ilustra está crónica lo
evidencia – la maleza, la basura, el deterioro de sus instalaciones y la cerca,
que aun cuando no es producto del diseño original, en su momento llamó la
atención, está seriamente averiada, tiene tiempo que no le echan una pinturita,
para mejorarle la visual y regularmente se convierte en un depósito de basura.
Los gerentes revolucionarios, deberían prestarle un poquito de atención a ese
espacio y recuperarlo para mejorar su aspecto, ya que alberga el monumento del
histórico Pozo OG-1, dónde nació El Tigre, se inspiró Miguel Otero Silva, para
escribir su célebre novela Oficina número 1 y se inició la explotación
petrolera en la Mesa de Guanipa. Salven ese patrimonio histórico. En estos
tiempos, de larga bonanza petrolera, creemos que no es mucho pedir. Dios la
patria y la comunidad os agradecerán.
Escribimos
este destello, conscientes de que, muchos dirán que nos ocupamos de nimiedades.
Empero, consideramos significativo, darle importancia a la estética de la
ciudad y a las instalaciones que están en su área urbana, máxime, si forman
parte de su patrimonio histórico. Hay que salvarlos, ya que son evidencias del
pasado, que nos ubican en el sitio exacto
de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. El estado
deprimente que presenta la cerca de Campo Oficina, que tiene origen histórico,
debería darle vergüenza a los encargados de la industria petrolera en la zona y
al nuevo alcalde, que se vanagloria, de pertenecer al equipo de gerentes
“eficientes” de PDVSA. No lo alardeen, demuéstrenlo, salvando esa pequeña parte
de nuestra primigenia historia. ¡Vale la
Pena!
José Cheo” Salazar
sjose307@gmail.com
@Cheotigre
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