La
semana santa o semana mayor, tiempo de reflexión cristiana, donde las iglesias
y la imagen de Jesús crucificado se convierten en el icono de la tradición
religiosa, tiempo para recordar el sacrificio de cristo para redimirnos del
pecado, revisión del transitar de nuestra vida retomando el carril de la vía que nos señalan los mandamientos
divinos.
Añoranzas de tradiciones pueblerinas muchas de ellas perdidas: El
Trompo y la Zaranda, el quiminduñe, la quema de Judas. Asueto universal que nos
sirve para el reencuentro familiar al volver a casa los que lejos se
encuentran, las comidas los dulces, los
pescados preparados en variadas y ricas formas y las sonrisas al recordar los
mitos de antaño, que por cierto no conocen nuestros hijos. Si te bañas el
jueves o viernes Santo te conviertes en Pescado, que no se te ocurra hacer
“cositas” con tu pareja porque te quedas
pegado, cuidado con comer carne, no barras la casa porque le estas
barriendo la cara al señor, qué tiempos aquellos y que triste nuestra actual
realidad.
Qué paradoja lo que vivimos año tras años por estas fechas, santo solo en el recuerdo del Vía crucis de Cristo, la Semana Santa parece un aparato de partida donde esperan la señal millones de venezolanos para raudo y veloz ocupar las carreteras en busca de playas y montañas, pero cada vez más lejos de las iglesias. Dios es omnipresente dirán algunos y allá lo encontraré, es cierto para los creyentes que dios está en todas partes, pero lamentablemente para muchos, la señal de partida del comienzo de la semana Mayor se convierte en la antesala de un encuentro prematuro con el señor en su hábitat del cielo, si es que hemos hecho mérito para ello, no hay razón para que por imprudencia adelantes la partida.
Todos
los años se repite la misma historia, reuniones previa de las autoridades a
grandes titulares en los medios de comunicación, números de funcionarios,
puestos de control, repartos de bolsitas y hasta condones, operativos en
balnearios, listados de playas aptas y no aptas. No podemos negar los esfuerzos
que han hecho todos los gobiernos de las distintas “Repúblicas”, no solo en
semana Santa sino en todos los asuetos y fechas del año, en las cuales se produce grandes
movilizaciones de personas. Pero al analizar los resultados de estos grandes
operativos, pese al maquillaje de las
cifras para que no se vean tan malas, los accidentes, los heridos, los muertos
y los daños siempre superan las expectativas. La Semana Santa comprende más
días de asueto y la movilización de personas es mayor, dios nos cuide y cuídate
tu de no aparecer en las estadísticas.
De
los accidentes y tragedias de Semana santa, somos nosotros los únicos
culpables, ellas no son obligadas en épocas de vacaciones, porqué no pasan en
las vacaciones escolares de Julio a Septiembre?, la respuesta es que no salimos
todos al mismo tiempo y el riesgo es menor. En Semana Santa viajamos a
descansar, yo te aviso, las colas tanto
de ida como de vuelta, el no encontrar hoteles, playas repletas donde el
hacinamiento está a la orden del día y en donde nos bañamos con todo menos con
agua, nos obligamos a comer porquerías
por las mismas condiciones, por lo cual las consecuencias posteriores te
sabotean la intención. El estrés desplaza a la intención del disfrute. Y en las
carreteras donde comenzamos la “diversión” por lo poco del tiempo el alcohol
limita nuestros reflejos y el ansia de llegar temprano que incita a la
imprudencia puede causarnos la muerte. Recuerda en semana Santa no eres tu el
que resucita al tercer día.
PILDORAS
DE TU MEDICO
• Si después de analizar los riesgos del
viaje en semana Santa decides salir, es necesario que tomes previsiones (no
alcohol). Prepara tu viaje en función del sitio de destino, realiza una exhaustiva revisión de tu
vehículo, cauchos, freno, luces, triangulo de seguridad, limpiaparabrisas,
extintor de incendios.
• Si viajas con niños prepara un maletín
con medicinas necesarias, con el asesoramiento de tu médico, recuerda que son
frecuente los mareos y los vómitos en
los viajes, es aconsejable llevar agua suficiente y comida para el camino si el
viaje es largo, si consumes en
restaurantes de carreteras compra bebidas embotelladas, ten cuidado con las
intoxicaciones y diarreas del viajero por comidas contaminadas.
• Si sufres de alguna enfermedad no
olvides tus medicinas.
VACUNA CONTRA EL ESTRÉS
Mami,
no me puedo casar con el novio que tengo.
-
¿Por qué mija?
-
Es que no es creyente.
-
¿En qué no cree?
-
No cree en el infierno
-
Mija, cásate tranquila, que entre las dos lo convencemos de que sí existe.
El
padre, en la homilía del domingo:
-
Hermanos, hoy vamos a hablar de la mentira y de los mentirosos.
¿Cuántos
de vosotros recordáis qué dice el capítulo 32 de san Lucas?
Todo
el mundo levanta la mano.
-
Precisamente, a eso me refiero. El evangelio de san Lucas sólo tiene 24
capítulos....
Carlos
Basanta
basantac@cantv.net
@drcarlosbasanta
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