“Hay muertos que en el mundo viven, y hombres que viven en el mundo muertos” Antonio Muñoz Feijoo
Hay
temas ante los cuales suelo seguir la sentencia romana “Tertium non datur” -No
existen términos medios-, y en este que voy a tocar lo seguiré fielmente.
Durante estos días aciagos, de protesta y represión, a los caraqueños casi nos
pasa desapercibido un desfile que se está preparando para realizarlo en Los
Próceres el próximo 5 de marzo con la excusa del aniversario oficial, oficial,
no real, de la muerte de Hugo Chávez en La Habana, Cuba.
A algunos nos
sorprendieron unas imágenes de camiones porta misiles camino a la capital y
esos vuelos de aviones militares el viernes y sábado pasado sobre el cielo de
Caracas; pensamos ingenuamente que se había producido un levantamiento militar
contra la tiranía castromadurista que sufrimos, pero pronto se nos advirtió que
no eran sino preparativos de un gran desfile militar que se celebrará para
conmemorar una farsa: el primer aniversario oficial de la muerte natural de
Hugo Chávez. Decimos farsa porque Chávez en verdad murió en La Habana en horas
de la mañana del 29 de diciembre de 2012, hecho ocultado para preparar la
fanfarria que vimos en enero, febrero y marzo del 2013, luego de construir hasta
un mausoleo en la vieja Escuela Militar de La Planicie. Pero al margen del
engaño y sus efectos legales y constitucionales, hay otros aspectos que quiero
comentar.
Que
recuerde, y al menos así ha ocurrido en mi corta vida de 69 años, nunca se ha
realizado un desfile militar en homenaje al aniversario de la muerte de Simón
Bolívar (17 de diciembre de 1830), ni del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio
José de Sucre (4 de junio de 1830), tampoco del General en Jefe josé Antonio
Páez (6 de mayo de 1873), por cierto, el verdadero fundador de Venezuela, ni
del Presidente General Carlos Soublette (11 de febrero de 1870), menos aún la
del gran civil, José María Vargas (13 de julio de 1854), ni de Antonio Guzmán
Blanco, ladrón modernizador, (28 de julio de 1899); no se ha desfilado tampoco
en recuerdo de las muertes de los tiranos modernos de nuestra historia como
Cipriano Castro (5 de diciembre de 1924), real creador del ejército moderno de
Venezuela, ni su compadre y sucesor forzado, otro dictador, como lo fue el
General Juan Vicente Gómez (17 de diciembre de 1935). Las muertes de los
ilustres Presidentes militares Eleazar López Contreras (2 de enero de 1973) e
Isaías Medina Angarita (15 de septiembre de 1953) no han sido recordadas con
homenajes militares, aunque sí fueron acompañados por el pueblo hasta sus
últimas moradas, en manifestaciones de cariño y valentía; lo mismo ha ocurrido
con los Presidentes civiles de la era democrática, Raúl Leoni ( 5 de julio de
1972) Rómulo Betancourt (28 de septiembre de 1981), Luis Herrera Campins (9 de
noviembre de 2007), Rafael Caldera (24 de diciembre de 2007) y Carlos Andrés
Pérez (25 de diciembre de 2010). No recuerdo ningún homenaje militar en los
aniversarios de las muertes de esos dos
buenos venezolanos que ocuparon la Presidencia, Vicealmirante Wolfang
Larrazábal Ugueto (27 de febrero de 2003) y el Dr. Edgard Sanabria (24 de abril
de 1989).
De
nuestros próceres nada tenemos que agregar y para mí no están en el lote de los
presidentes, pero en relación con éstos podemos afirmar que nunca traicionaron
a la patria; dictadores o demócratas, fueron muy celosos en la defensa de la
soberanía de Venezuela, cumplieron su deber patrio. Por el contrario, Hugo
Chávez desde el inicio de su tiranía se entregó en los brazos del dictador
cubano Fidel Castro, con una emoción temblorosa que algunos generosamente han
calificado de filial. Entre sus primeras decisiones se cuenta la entrega, a
fondo perdido, de nuestro petróleo a Cuba, en cantidades que excedían las
necesidades energéticas de la isla para que el remanente fuera comercializado
en beneficio de esa nueva metrópoli. Se acogieron, protegieron y financiaron en
nuestro territorio a narcoterroristas de las FARC, y se les permitió asegurar
algunos ingresos adicionales cobrando “vacunas” a nuestros ganaderos y
agricultores. En fin, bajo la égida de Chávez se montó el todavía vergonzoso
experimento inédito de “Cubazuela”, del que se han ufanado públicamente y por
prensa los hermanos Castro. Se trajeron a ocupar cargos y posiciones estratégicas
a comunistas cubanos, en la administración pública y en nuestros cuarteles. Se
traicionó a Venezuela. No obstante, para Hugo Chávez se va a celebrar un
desfile militar por un aniversario de su muerte, mientras que para Simón
Bolívar nunca. Será un hecho vergonzoso.
Además,
y por si fuera poco todo lo anterior, este desfile coincide con la ocurrencia
de hechos muy graves que estamos sufriendo los venezolanos. Me refiero a la
brutal represión que sufren nuestros estudiantes, mujeres, hombres, nuestro pueblo,
de manos de unos malandros armados y dirigidos por el mismo gobierno que
organiza el desfile del miércoles próximo.
En la represión a nuestro pueblo han intervenido, además de los irregulares “colectivos”, un cuerpo paramilitar, “Guardias del Pueblo”, que sin lugar a dudas tendrá participación destacada en el espectáculo que se desplegará en Los Próceres. Estos represores, “colectivos” y Guardias del Pueblo, han actuado sin fronteras legales ni morales; han atropellado con sevicia a los ciudadanos que pacíficamente ejercían el derecho constitucional y universal de manifestar su disconformidad con su tragedia.
Pues bien, esos atropellos brutales a los ciudadanos han sido
sufridos sin que fuerza alguna haya salido en su defensa. Los venezolanos no han
contado con unas FAN que los protegiera; los han abandonado a los esbirros,
uniformados o no, que los han humillado y vejado, y de todo esto ha sido
testigo la opinión mundial. Son imágenes y narraciones que pesarán mucho tiempo
en la hoja de servicio de nuestras FAN. Las FAN que el miércoles van a
desfilar, a la orden de cubanos, sin duda, para conmemorar la muerte de un
traidor.
Oficial
de nuestra FAN, infante, marino, aviador o guardia, este miércoles 5 de marzo
de 2014, marcha tú, por tu conveniencia, sumisión o cobardía, pero no deshonres
a tus soldados; ellos son nuestro pueblo en armas y no merecen esa indignidad.
Recoge tú los aplausos, desde las tribunas opulentas, de quienes han entregado
Venezuela a la dictadura comunista cubana, pero no manches a tu tropa y no
trates de confundirte entre ella. Las
banderas las lavaremos mañana, pero la vergüenza con que marcarás a tus
soldados, y sufriremos todos los venezolanos, no la merecemos, ni ellos ni
nosotros, tus hermanos. Si marchas, hazlo solo y sigue siendo ese muerto en
vida que denunció el poeta mexicano, cuyo verso arriba adorna, como epígrafe,
este escrito de pena por la Patria y sus soldados.
Luis
Betancourt Oteyza
@betaluis
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