Siempre
he pensado que cuando al nombre de una nación le agregan adjetivos para resaltar sus atributos de libertad es
porque existe cierta inseguridad en sus gobernantes. La República Democrática
Alemana era precisamente la comunista, la del muro de la vergüenza, la
antidemocrática. De igual manera, la Corea tiránica, dictatorial, la de las
deserciones masivas se llama República
Democrática Popular de Corea. Hoy
resulta que cuando un venezolano está en una reunión internacional lo confunden
con un boliviano porque el distintivo de identificación lee Bolivarian Republic of
Venezuela. Y cuidado con el disparate de añadir el fracasado adjetivo de
socialista.
Ni
hablar de haberles agregado a todos los ministerios el remoquete del Poder
Popular, cuando la mayoría de leyes se decretan por ley habilitante o de manera
inconsulta y dictatorial sin que el pueblo tenga nada que ver con ellas. Y
aquello de que ya no somos profesores universitarios sino trabajadores
académicos me trae a la memoria cuando le cambiaron el nombre al oficio de
prostitutas por el de trabajadoras sexuales. En ese caso se trató de una
reivindicación para la profesión más antigua, en el nuestro, una
descalificación para el loable oficio de la enseñanza de la ciencia o arte. Habrase
visto algo más cursi que cambiar el nombre de primera dama por el de “primera”
combatiente.
Pero
lo sublime rayó en lo ridículo con el nombramiento del Viceministro para la
Suprema Felicidad del Pueblo. Allí se perdió todo vestigio de recato. “Haremos el
esfuerzo, a través de la estructura y la dinámica del Gobierno, para incidir en
todos aquellos factores que perturban la posibilidad de que las personas sean
felices”, enfatizó como objetivo fundamental del viceministro. Muy emotivas,
románticas y bien intencionadas pero igualmente huecas por su falta de
consistencia y pragmatismo.
Maduro comunica que el culpable de la situación económica del
país es Obama, o sea, que podemos estar tranquilos y felices. Por su parte, el ministro de
turismo informa que según la ONU (para eso sí sirve) Venezuela “es
el 4to país más feliz de América Latina y el Caribe”. Lo que pasa es que no lo
sabíamos. Que oiga quien tiene oídos…
Ernesto Garcia
garciamacgregor@gmail.com
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