Cuando usted coloca una sola fuente de comida para varios perros, aun cuando estos se encuentren bien alimentados, tienden a tratar de alimentarse primero y los más fuertes se llevan los mejores bocados. Además tratan de comer la mayor cantidad de alimento en el menor tiempo posible.
La escasez de productos básicos, parece prender esa alarma en nosotros. Pueden colocar suficiente azúcar en un anaquel para todos los presentes en el automercado. Pero de inmediato en algunos se desencadena una respuesta primaria, agarrar todo lo posible de primeros. Así que esta búsqueda de alimentos por distintos lugares, además de hacer que perdamos tiempo, no lleva a un estadio primitivo, donde no hay lugar para pensamientos elevados, ni para la alta política. Esto aplica a otros productos básicos como las medicinas.
Sin duda de alguna forma esto beneficia al gobierno. No hay tiempo para pensar, discutir o lograr organizarnos. Al mediodía las tertulias de los empleados tomándose un cafecito se sustituyeron por grupos que recorren los supermercados en busca de alimentos con el teléfono presto a dar la alerta. Y es que ahí está el truco, nunca falta todo. Siempre se puede conseguir algo. La ausencia absoluta provocaría un levantamiento pero esto de en xx sitio hay tal producto produce un estado de ansiedad por obtenerlo y agota en el intento.
Familias enteras (manadas) hacen la recolección. Si no es a propósito igual el gobierno ha logrado llevarnos a un momento, donde privan los instintos primarios. En otros ámbitos comienzan a verse casos de robo de comida, linchamientos y fobias sociales.
Para muchos la existencia pasa por una continua lucha por sobrevivir. Agarrar el jeep en el barrio de madrugada, lograr entrar al metro a empujones, conseguir el dinero bien en un trabajo mal remunerado o en el comercio informal, luchar por adquirir comida a precios regulados con horas de cola y rezar para llegar a casa vivo. No hay tiempo para el análisis, no hay tiempo para compartir con la pareja y los hijos, no hay tiempo para pensar, ni tan siquiera para vivir.
Y si usted es clase media, pasará horas en las colas de la ciudad, se estresará en una lucha para mantener su estatus y calidad de vida, se levantará de madrugada y sentirá la frustración de sentir como poco a poco le roban sus espacios y nadie le da respuestas.
No hay autoridad ni ley que lo proteja. Una denuncia de un apalancado puede llevarlo a los tribunales. Los problemas entre arrendadores y arrendatarios comienzan a resolverse usando la fuerza pues la ley no es opción. Grupos anárquicos se apoderan de las calles ante la mirada asombrada de una ciudadanía que no ha encontrado por ahora cómo reaccionar y cuando lo haga puede hacerlo en formas impensables y con resultados desconocidos dado que no hay mecanismos legales, sociales y políticos para canalizar protestas o para proteger al ciudadano.
Así que los que piensan que el hambre y la inseguridad y los trabajos de la cotidianidad harán que el pueblo se levante pueden no tener razón, al menos en lo inmediato. El ser humano tiene una gran capacidad de adaptación. Se puede crear una desesperanza aprendida. La sensación de que no hay salida y mejor es acostumbrarse y aprovechar cualquier oportunidad (un mercal, el cupo Cadivi, el negocito del buhonero).
Por supuesto que este estado de anarquía hace que aumenten los episodios de violencia y las protestas aisladas, pero también que cada individuo se concentre en su supervivencia y la de su grupo familiar y deje de formar parte de los movimientos sociales, del activismo político, de la lucha organizada, al sentir que esta no tiene respuestas a sus problemas inmediatos.
Es así en las colas y los lugares públicos se consigue cada vez más gente que dice no creo en los políticos (de ningún bando), ellos solo están pendientes de sus intereses y no hacen colas ni pasan trabajos. Yo cuido lo mío. Con eso el Estado logra su objetivo: mantenernos en un constante estado de ansiedad luchando individualmente por sobrevivir.
Seria función de los políticos, del liderazgo individual y colectivo, de la oposición organizar esa lucha, darle sentido concreto, integrarse y visibilizar los problemas como sociales y no individuales. Antes de que sea demasiado tarde. Porque los países nunca tocan fondo. Observen el caso del continente africano o de Haití.
Siempre podemos estar peor y por supuesto siempre podremos luchar para estar mejor. De nosotros en colectivo dependerá el futuro y ahí la dirigencia de base, todo el que tenga capacidad de hablar, de formar grupos de discusión, de organizar, tiene una responsabilidad histórica.
Aurelia M.
En twitter: @aurelia2312
Enviado a nuestos correo por
Julio César Jiménez Gédler
http://bravapalabra.blogspot.com/2013/09/venezuela-puede-empeorar-o-mejorar.html
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.