El
que la gente no sea importante es una actitud moralmente cuestionable para
quien lo practica y para quien se resigna a sufrirlo.
Con
ocasión de la muerte de Carlos, Rodríguez Jefe de Bomberos del Distrito
Capital, un niño de 12 años preguntó: “¿Para qué centralizaron los bomberos en
el Distrito Capital si no se iban a ocupar de ellos?” Porque lo que le importa
al régimen no es la gente sino el poder y cada suceso es usado para sus fines.
Carlos
Rodríguez muere, no por culpa de los médicos de la clínica La Arboleda como
pretende hacer creer el régimen que endilga sus crímenes a otros, sino porque
la póliza de seguros a la cual tenía derecho estaba suspendida y porque la
salud pública ha sido desmantelada por este régimen, verdadero responsable de
esta muerte y de muchas otras.
En
un contexto totalitario sólo a través de la reflexión podemos colocar las
circunstancias que se viven en su punto justo. Si a este régimen le importase
la gente no hubiese cerrado la clínica La Arboleda ni perjudicado a los
pacientes, al personal y propietarios de la clínica, de manera injusta pues
Carlos Rodríguez si fue atendido, los médicos lo estabilizaron antes de ser
trasladado al Hospital, además todo servicio tiene un costo. Si las clínicas privadas
son obligadas a atender a la gente aunque no pueda pagar, no habrá salud
privada para nadie, no se puede operar gratis o con precios que no cubren los
costos.
Si
a este régimen le importase la gente no tuviese sin póliza de HCM un servicio
de alto riesgo como los bomberos; en vez de dilapidar la fortuna que ha y sigue
dilapidando en su proceso totalitario, hubiese invertido lo necesario para dar
un servicio de salud pública de calidad y haría efectiva la responsabilidad
administrativa, civil y penal de los funcionarios a cargo, quienes deberían ser
destituidos, obligados a pagar la cuenta en circunstancias como esta en las
clínicas privadas para solventar el deterioro causado intencionalmente en la
salud pública y en este caso enjuiciados por homicidio, pero como no le importa
la gente, miente, dice en los medios de comunicación que Carlos llegó sin
signos vitales al Hospital Pérez Carreño cuando lo cierto es que estuvo allí
consciente esperando pabellón desde las 10am hasta las 5:00 pm, cuando murió. Tampoco
castigará a los verdaderos responsables sino que usa y usará esta tragedia para satanizar a los médicos y
a las clínicas privadas, igualar la salud hacia abajo, acentuar el odio, el
resentimiento, la división y presentarse como el paladín de la justicia y
salvador de los pobres.
El
que la gente no sea importante es una actitud moralmente cuestionable y cuando
proviene de los gobernantes el daño es masivo.
La
gente debe asumir su responsabilidad individual de reflexionar sobre lo que
vive y las consecuencias de aceptar vivir bajo un régimen al que la gente no le
importa o de defender su dignidad.
@elinormontes
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