Me fascinan los refranes! No me canso de
celebrar su afilada sabiduría describiendo la estupidez que signa el quehacer
de los Hombres.
Y es que desde hace días no me sale de la
cabeza aquel que dice “Mucho cacique y poco indio”. Cada vez que veo cómo se
desdicen, entorpecen y contradicen los voceros del chavismo, veo cada vez mas
caciques “wannabe” …y veo mermar el volumen de indios.
He ahí el detalle, puedo hablar de esto con
propiedad, porque la oposición transitó por esa senda de caciquillos sin indios
por muchos años. Exactamente desde 1999. Salimos de ese molino destructivo
apenas el 12 de febrero de 2012 cuando finalmente, vía primarias, nos montamos
en la Unidad. El único camino que nos llevaba a la salida que estaba taponada
por tantos y tan ruidosos caciques.
Los días de la Coordinadora Democrática
fueron el epítome del caciquismo.
En una reunión de 20, 30 personas se discutía
a morir, se llegaba a un trabajoso acuerdo por mayoría, escasa, pero mayoría…y
no bien se levantaba la sesión, los que se creían caciques, corrían a declarar
y actuar en contra de lo decidido. Había no menos de 15 personajes que se
consideraban “presidenciables”, otros 500 que se consideraban “operadores
políticos” y no menos de 8.000.000 que sistemáticamente procedían bajo la
premisa de “¿De qué hablan que me opongo? ”. Cada uno cacique de un grupetillo
que ni siquiera llenaba la sala de su casa.
Si. Nos sobraban caciques…el detalle es que
no había indios.
Si la duda les frunce el ceño, recuerden la
imagen de estos autodenominados “presidenciables” –caciques- pescueceando para
salir en la foto, para montarse en la tarima…para hablar en ella, para ser el
orador de cierre…No se les olvidó?? O si?
El precio que pagamos por la abundancia de
caciques es incuantificable. Lo más caro sin duda, fue aquella franja gruesa y
horrenda de ni-ni’s que, por su culpa, mostraban las encuestas.
Tomó muchas caídas y muchas pérdidas asumir
la propuesta que apuntaba a lo medular de nuestro apremio: “hay que construir
una nueva mayoría”. Herejía! gritaron los caciques. Hubimos de pasar por las 5
fases del duelo para admitirlo. Negación, rabia, negociación, depresión y
finalmente aceptación. Cuando se reconoció la verdad profunda contenida en la
frase “hay que construir una nueva mayoría”, se hizo con la humildad que impone
derrota tras derrota. En ese instante los caciquismos empezaron a caerse por su
propio peso…o mas bien, por falta de él. Ahí comenzaron a forjarse los
liderazgos bregadores y por ende, esta vez reales. Verbigracia…hoy, a punta de
trabajar en esa dirección somos la primera fuerza política del país. Incluso
para el CNE.
Sin embargo, cuando un grupo ahora asoma con
perversa intención que TODA la permanencia del chavismo ha sido por fraude,
asumo la ingrata tarea de pisarles el freno a fondo y con fuerza. Con
antipaticura si es necesario.
Porque hasta antes del 14-A nos ganaron. El
chavismo nos ganó por muchos años. Cierto, no dejaron abuso sin cometer, ni ley
sin violar, ni arbitrariedad sin explotar. Pero aun así, eran mayoría.
Pero además de ser mayoría, el chavismo, a diferencia
de la oposición, tenía un solo e indiscutido cacique, Chávez.
Vimos –en hechos públicos y notorios- cómo
Chávez regañó y humilló en cadena nacional a los más altos funcionarios del
gobierno. Y éstos siguieron a su lado, mansos.
Vimos como el pueblo pedía a Lacava, y
pasando por encima de su deseo Chávez les impuso a Ameliach. Y votaron por
Ameliach…
Comentamos hasta el cansancio la frase “Con
hambre y sin empleo con Chávez me resteo”.
Escuchamos cuando Hugo les decía que no
importaba que no tuvieran luz, ni servicios, ni carreteras…la revolución estaba
por encima de sus necesidades personales. Y vimos al pueblo así maltratado,
rugir de emoción y gritar a continuación “Así, así es que se gobierna”…
Eso lo vimos y vivimos todos.
Olvidar que tuvimos que construir una nueva
mayoría sería el peor de nuestros errores. Uno que no podemos permitirnos.
Salir de ese capullo tóxico nos costó 12
años.
Y héte aquí, que ahora en ese tozudo círculo
que es la historia, se invirtieron los roles y ahora es el chavismo el que
empieza a transitar esa escabrosa ruta, la de muchos caciques…y cada vez menos
indios.
Cabello, Jaua, Jesse, Arreaza, J.Rodriguez,
Izarra, un ala militar, otra civil, otra pro-Cuba, un Giordani y un Merentes.
Todos ellos enfrentados entre sí y a la vez disputándole a Maduro el
caciquismo. Pescueceando ellos en las tarimas. Respirándole en el cuello a
Nicolás. Cada uno de ellos perdiéndole mas y mas indios al proceso. Ahora sí
haciendo trampa frontal.
Pero ahora, no antes.
La oposición ganó espacios a fuerza de dejar
de verse el ombligo. Cuando empezó a ir hacia los que, no una, sino muchas
veces, ratificaron a Chávez. Esa mayoría que hemos ido construyendo a punta de
trabajo, lágrimas y pérdidas, muchas pérdidas. Dejándonos la piel en el camino.
No sea cosa que perdamos lo ganado por
retroceder a lo que nos mantuvo anclados en el error.
Que el chavismo se ocupe de transitar su
camino. Les vaticino no menos de los mismos 15 años que invertimos nosotros.
Nuestro camino, EL camino, compacto en la
Unidad, es seguir construyendo esa mayoría. Agrandándola.
Los roles se invirtieron.
Hoy bajaron a segunda fuerza.
Hoy ellos tienen muchos caciques y pocos
indios.
Nosotros tenemos un líder.
@olgak6
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