GOLFREDO DÁVILA, LA IZQUIERDA FRENTE A ESTE RÉGIMEN FASCISTOIDE

El fracaso del llamado socialismo real, trajo efectos devastadores para la izquierda mundial, pero también lecciones que permiten una mirada más nítida al futuro. La izquierda se desmarcó de esos modelos hegemónicos y totalitarios, que impusieron el capitalismo de Estado.

Las atrocidades cometidas por los partidos “comunistas” en el poder, su desempeño arbitrario, reaccionario, conservador y de acentuados rasgos fascistas, paradójicamente, le causaron peor daño a las ideas comunistas que sus enemigos ideológicos. Los capitalistas, por supuesto, aprovecharon la debacle de los “comunistas” en el poder para vociferar el fracaso de la doctrina marxista. Hoy luce cuesta arriba desmantelar la enorme confusión político-ideológica creada, ¿cómo aclarar al mundo que aquello fue otra cosa?, si estos regímenes se encargaron de degradar los conceptos.

Lo mismo ha pasado con estos 14 años de desastre de un régimen que se autoproclama socialista, que pesca incautos a través del uso de los símbolos, del discurso y las consignas de la izquierda, valiéndose de su hegemonía comunicacional. Mantienen una retórica discursiva carente de contenido y una praxis anti socialista; reforzaron el petroestado capitalista, el centralismo y la dependencia económica; los enchufados desangran las riquezas del país; mientras crecen los problemas en educación, salud, costo de la vida, escases, desempleo e inseguridad; niegan la democracia y la participación; asumen las perversidades del populismo ramplón y del fascismo: el clientelismo político, el engaño, la mentira, el cinismo, el terror y la exclusión.

Un régimen corrupto, que tiene presos políticos, que reprime y viola los derechos humanos; que convirtió el insulto en política de Estado; que excluye, polariza y divide a los venezolanos; que ha quebrado el aparato productivo nacional, que entrega nuestra soberanía, que tiene una deuda pública de más de 225 mil millones de dólares, que devalúa el bolívar mientras mantiene la regaladera a otros países, que tiene una economía de puertos y la inflación más alta de América, es totalmente contrario a la izquierda. La ideología de estos supuestos revolucionarios, está impregnada de abuso de poder, de amor por el dinero y de hedor a fascismo.

Alguien de izquierda sintetiza conocimiento teórico, experiencia de lucha junto a los más débiles; convierte sus ideas en acción, combate la barbarie, es crítico, demócrata y humilde más no sumiso; defiende los intereses de los trabajadores y se rebela ante el abuso de poder y las injusticias. Desde el poder, haría todo lo contrario a esta farsa; construiría un gobierno de unidad nacional al servicio de la gente, eficiente, democrático, participativo, incluyente, soberano y orientado al desarrollo nacional; atacaría las causas de la pobreza y la inseguridad; con un desempeño político coherente con la ética, y los valores de respeto, tolerancia, solidaridad y honestidad.

golfredodavila@yahoo.es

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