Ayer,
pese a la tensión por tantos vivida hasta casi la media noche; pese al disgusto
y desasosiego inicial provocado por la repetición reiterada de la conducta
fraudulenta del CNE, quedaron definidos varios elementos que anuncian un
cercano y alentador futuro:
1)
Se demostró, definitivamente, la vocación democrática de la gran mayoría del
pueblo venezolano que no acepta vivir bajo dictaduras de ningún signo y, mucho
menos, de no ser libre e independiente de gobiernos de otros países, cualquiera
que sea su signo político o ideológico.
2)
Quedó definitivamente unificada la unidad de los partidos democráticos, como
condición superior a sus legítimos intereses y orientaciones partidistas.
3)
Se demostró, también definitivamente, que se acabó la crisis política de
dirección que se fue desarrollando desde los años 80 del pasado siglo y culminó
a partir de ser destituido el Presidente Carlos Andrés Pérez. Históricamente, en nuestro país, después de
alcanzada la Independencia, el poder político fue copado por las generaciones
que lo asumieron e impedían, sistemáticamente, que las nuevas generaciones
pudieran también alcanzarlo. De allí que los cambios generacionales de gobierno
se sucedían mediante la violencia armada orientada, en el siglo XIX, por nuevos
caudillos que rompían la "costra" en la que se cerraban sus viejos
antecesores.
En
efecto, recordemos que después de los caudillos de la 4a República de las
"Oligarquías" conservadora y liberal, surgieron los líderes de la
Guerra Civil y, entre ellos, el entonces joven Guzmán Blanco que, por 17 años,
controló el poder. La ruptura de la "costra" la realizó Joaquín
Crespo y, después de su muerte, Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez. Fallecido
éste, asumió el poder el Gral. López Contreras y, posteriormente, Medina
Angarita quienes, si bien más jóvenes, eran como una prolongación progresista y
semi-democrática del gomecismo. La "costra" gomecista fue rota el 18
de octubre de 1945 con el golpe cívico-militar que hizo Presidente a Rómulo
Betancourt, quien también presidió el tiempo realmente democrático iniciado
después de la caída de Pérez Jiménez. Este período se extendió hasta 1998. La
mal llamada 4a República, afectada desde la crisis económica manifestada el
famoso "viernes negro" de 1983, se fue disolviendo en las luchas
entre los partidos democráticos y en conflictos internos en el seno de los
mismos.
Se
puede decir que la victoria de Hugo Chávez Frías, en diciembre de 1998 y su
ascenso a la Presidencia en febrero de 1990, significa un cambio generacional
respecto al periodo 1945-1998. En la medida en que desarrollaba Chávez su
"proyecto", sectores de la juventud venezolana fueron asumiendo, cada
vez de manera más intensa, el participar en la política. Algunos jóvenes
llegaron a ser diputados de la oposición y del gobierno. Otros se incorporaron
a nuevos partidos políticos y a algunos de los anteriores. También surgieron nuevas organizaciones
políticas que se han desarrollado progresivamente, como es el caso de Voluntad
Popular.
Hoy
en día el liderazgo político opositor esta en manos de esa generación, bastante
homogénea en su orientación y conformación, si bien se distribuye en
organizaciones diferentes.
Escogido
mediante consulta abierta, para enfrentar la nueva candidatura presidencial de
Chávez, fue Henrique Capriles Radonsky, quien alcanzó amplia ventaja respecto a
otros cinco pre-candidatos. Todos recordamos su brillante campaña que culminó
en octubre del año pasado, en la que el vencedor fue Chávez. De nuevo, para la
elección realizada ayer, Capriles fue el candidato de la oposición.
Los
venezolanos estamos todavía bajo el recuerdo y la impresión vivida ayer
domingo. Las concentraciones realizadas en casi todas las capitales y algunas
ciudades más pequeñas fueron de magnitudes impresionantes. Por eso la sorpresa,
casi en la media noche, de los resultados anunciados por el CNE.
Buena
parte del país ha sido renuente a aceptar que los procesos electorales en la
Venezuela bajo el gobierno de Chávez han sido, casi desde sus inicios,
consecuencias de progresivos y variables formas de fraude. Ayer, quizá para
muchos, fue un descubrimiento el vivir la sistemática fraudulenta que ha regido
todas las elecciones desde 1999, cuando se designó la Asamblea Nacional
Constituyente con el famoso artificio del "kino".
La
contundente intervención de Capriles en la madrugada de hoy, su firmeza y fuerza
ante el nuevo fraude, así como su entrega y compromiso total con el pueblo todo
de Venezuela, fortaleció notablemente su indiscutible liderazgo.
Lo
que esta por venir, no lo sabemos. Lo que si sabemos es que Venezuela resurgirá
de nuevo y pronto.
@PedroPaulBello
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