La impugnación al proceso electoral del 14 Abril 2013 en Venezuela que
conduce a la apertura de cajas ( urnas electorales) cuaderno de votación (
firma y huella digital) Y actas de escrutinio ( actas reales y actas fraudulentas),
fue una decisión maratónica y forzada por la expresión de la mayoría del
pueblo, la presión internacional de gobiernos cercanos, intermedios y lejanos
de Venezuela que observan la crisis política de grave e inconveniente sobre
todo para el futuro del socialismo latinoamericano.
Los venezolanos que en su mayoría opina que
la conducción política de Henrique Capriles fue y sigue siendo acertada,
comprende que no puede oponerse al proceso constitucional que sigue su rumbo,
debió haber observado a quienes han asistido a un acto de solidaridad obligada,
ambigua y anti histórica donde la fetidez del fraude está latente.
Un ejercicio de matemática elemental, indica
que fuera cierto el empate en el 54% auditado, muestra nacional de todas las
mesas, es obvio que el comportamiento debe ser el mismo en el resto, o sea en
el 46% restante: y estadísticamente es imposible que un candidato supere
sustancialmente al otro, este escenario muestra en forma sencilla que decir con
seguridad que ganó un candidato en particular es una temeridad de resultados
catastróficos, engañosos y fraudulentos que en este caso, ha creado una crisis política, una duda
nacional que se ha revertido y el pueblo se siente ganador en conciencia y
acción.
La oposición democrática con acta en mano y
los resultados de todos sus comandos municipales y regionales tiene un
resultado que indica que en lo auditado está por encima del candidato
oficialista y de ser objetiva, clara y real lo que resulte de esa auditoria del
46%, de urnas, actas y cuadernos, no cabe duda que Capriles es el legítimo
presidente de la República por voluntad del pueblo soberano.
El proceso sigue con juramentación y actos de
gobierno y el poder ejecutivo continuará con su modelo y estilo ya conocido.
A partir del inicio de la auditoria la
tensión del país aumentará y la custodia de este proceso obliga a una
observación internacional, ya la iglesia se ha pronunciado al igual que otras
instituciones.
Quiere decir que la paz y la tranquilidad
está en suspenso, igual que la estabilidad del país.
Si a la llamada vanguardia revolucionaria
intenta llevar a cabo el debilitamiento de la oposición democrática y
especialmente y de H.C.R. la arrechera colectiva se desatará y no es exagerado
pensar (sin desearlo) en la Anarquía generalizada, como forma de acción que por
ningún motivo debemos darle la bienvenida.
La distancia y el acercamiento de opositores
y oficialistas será la forma de observar y opinar, en estos días de máxima
calma y tensión.
El gobierno en su afán arbitrario de exigir
lealtad a empleados, obreros y representantes de las instituciones, acrecentará
su debilidad y cualquier equivoco provocará un escenario no favorable para el
gobierno y el país.
La lealtad tiene un componente doctrinario
fundamental encuadrado en La Ética y la Moral y no existe solidaridad y lealtad
coercitiva y automática. Calma y Cordura...
Jesus Israel Fernandez G.
brumatenaz@gmail.com
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