La decisión de Dios de retirar de esta vida a
quien fuera nuestro Presidente durante catorce años, mas allá de la emotividad
con la que fue despedido, coloca al país en una situación bien difícil que
analizaremos pensando mas en todos los venezolanos que en los candidatos de
ambos sectores políticos
Si el 14 de Abril un árbitro parcializado
pero así aceptado le anuncia al país que el ciudadano Maduro obtuvo mayoría de
votos este supuesto heredero monárquico tendrá que dar la cara y asumir la
solución de los muy graves problemas que recibió como herencia. Inseguridad,
inflación, dependencia total de las importaciones, una enorme deuda externa,
etc. etc. Una tarea bien difícil por cierto para quien rechaza la colaboración
de los venezolanos más capaces que son quienes tienen los conocimientos
necesarios para poder superarlos.
Maduro y su equipo no tienen la capacidad para resolverlos y cada día los problemas serán mayores, crecerá la población afectada y el rechazo al eventual Presidente. Si el Teniente creó la crisis el sucesor lo que hará es aumentarla y con ella el descontento popular porque él no tiene el carisma de quien lo nombró para intentar sobrevivir.
Si el 14 de Abril la votación por Capriles
fuera tan numerosa que al árbitro no le quedara otra alternativa que anunciar
su triunfo para evitar un conflicto social de alto nivel y fatales
consecuencias, el nuevo Presidente será quien deberá asumir la responsabilidad
de resolver todos esos problemas tarea difícil que será aprovechada para culpar
a Capriles no solo de no haber superado los problemas que heredó sino de
haberlos agravados y el perdedor final seremos todos y cada uno de los
venezolanos. Tampoco esto contribuye al Bien Común de todos los que aquí
vivimos, oficialistas u opositores, pero todos VENEZOLANOS. ¿Qué hacer
entonces?
Si el candidato Maduro y el candidato
Capriles quieren ambos ser Presidentes en beneficio de Venezuela y de los
venezolanos se necesita que se comprometan, ante todo el país, a concertar sus
recursos políticos pues el interés de la nación está siempre por encima del
interés de un partido político bien sea este el PSUV o la MUD. Después de
catorce años de una confrontación muy destructiva que tiene el país al borde de
un caos, parece que ya es hora de reflexionar y copiar a los fundadores de esta
Patria quienes dejaron a un lado diferencias subalternas para conquistar el
derecho a la soberanía del pueblo, paso previo para su bienestar. Ni Estados
Unidos ni Cuba tienen que decirnos lo que nosotros tenemos que hacer. Esa meta
común requiere tanto el apoyo de quien resulte gobierno como de quien pase a
ser oposición. Ambos priorizando siempre el interés nacional por encima de
intereses políticos parciales.
Miren de frente ambos candidatos a los
problemas que deberán enfrentar y pesen su magnitud. Piensen que si unidos
todos será difícil resolverlos para la mitad del país será imposible. Entonces
sabremos quien quiere de verdad a Venezuela.
Profesor de Instituciones, Políticas de la U.C.A.B.
alenri@gmail.com
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