BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

jueves, 18 de octubre de 2012

EGILDO LUJAN, DE VUELTA A LA REALIDAD, FORMATO DEL FUTURO…

El argumento permanente del Presidente de la República ha sido que el gran fracaso de los conductores del pasado, fue haberle dado la espalda al pueblo y sometido a vivir bajos los efectos de la aplicación de políticas extremas, concebidas bajo un formato de  Neoliberalismo salvaje.

Ahora bien, hoy, a 14 años de un mandato a cargo suyo, ¿qué tenemos los venezolanos como referencia de lo que se ha hecho y cuáles han sido los resultados?: La Tercera Vía de Tony Blair,  el Programa Hambre Cero de Brasil (exitoso solamente en Brasil), el Capitalismo Social Chino y, finalmente, el Comunismo a la cubana, todos convertidos en componentes caprichosos de un llamado Socialismo del Siglo XXI a la venezolana, con los resultados que viven y desaprueban más de 6.500.000 de venezolanos, y que un poco más de otros 8 millones asimila y convierte en motivo de celebración y respaldo electoral.

¿Qué nos ha dejado este rosario de intentos?: la destrucción parcial de la estructura productiva que el país construyó durante el último siglo, la pérdida de una inmensa cantidad de recursos provenientes del negocio petrolero,  y  figurar hoy en los últimos lugares a nivel mundial en todas las listas de medidores de eficiencia, seguridad, desarrollo, inversión extranjera, educación, etc.  En fin, un panorama sombrío.

Ahora bien, nunca es tarde para rectificar. Si tomamos en cuenta que en las pasadas elecciones del 7-0, el candidato de la alternativa democrática obtuvo cerca de la mitad de los votos presentes en el acto comicial, y que el 70% de los votantes corresponde a ciudadanos menores de 40 años (con menos de 24 años cuando el actual Presidente llego al poder, por lo que nunca tuvieron nada que ver con la vapuleada Cuarta República), estamos en presencia de que una parte importante de la población ha reaccionado democráticamente contra el hecho de haber sido obligada a pagar injustamente,  en un ambiente de odio y culpa, por algo con lo que nada ha tenido que ver.

Lo que sí admite como suya esa población, es el disfrute, reconocimiento y admiración por la existencia funcional de un conjunto de obras publicas importantes que fueron construidas durante esa época,  y que si hoy exhiben condiciones de deterioro extremo, o desaparición progresiva, es como consecuencia de que no ha habido dedicación administrativa, competencia profesional y gerencial desde el Estado, para que eso haya sido evitado.

De hecho, gran parte de esa voluntad participativa estuvo identificada con la posibilidad de que con una nueva forma de gobierno al frente del Estado venezolano, ese proceso destructivo sería detenido, revertido y convertido en una realidad de progreso y bienestar. Nunca más de destrucción de obras, de sueños y de esperanzas.

Pero la alternativa democrática ofrecida y defendida por un Candidato joven, integrante de esa misma generación de votantes, no fue respaldada por la mayoría de quienes acudieron a las urnas el pasado domingo 7-0. No pudo con la fuerza del ventajismo brutal que se ha construido en el país durante los últimos años para fines electorales, y cuya mayor fortaleza se sustenta en la vigencia de una troika eficiente para tales propósitos: un partido, los fondos públicos de libre uso y la inexistencia de una plataforma institucional gubernamental dispuesta a hacer cumplir las leyes aprobadas para evitarlo.

Con razón, algún vocero de esa misma alternativa democrática explicó que, en estas elecciones, el liderazgo opositor y los seguidores estaban participando como si lo hicieran en un partido de balón pie, en un campo inclinado, teniendo que remontar la pelota y contra un equipo en el que, además de los competidores, también participaban los árbitros empeñados en mantener el juego con una pelota ¿de plomo?.

Lo cierto es que con 0ctubre de 2012, en Venezuela también se plantea la vigencia de un escenario político totalmente distinto al que existía hasta el pasado sábado 6; con la presencia de un grupo de electores que no necesariamente hicieron valer su respaldo de corazón, a un vencedor rodeado de ventajas incuantificables. Y el nacimiento de un liderazgo político dispuesto a trabajar para que el país se corresponda con lo que necesita y requiere toda la población, y no con la conversión de esa misma población en un instrumento al exclusivo servicio de quienes son depositarios de la confianza para que gobiernen para todos, nunca –como lo dice la Constitución- al servicio de una parcialidad grupal.

Mas de la mitad de los venezolanos no está de acuerdo con ser comunista a la fuerza. Quiere vivir en paz, sin violencia, y en un ambiente de verdadera libertad. Está dispuesta a reencontrarse con el espíritu de hermandad que siempre ha distinguido a la población venezolana, dentro y fuera del país. Quiere progresar y aportar esfuerzos. Rechaza la tesis de que SER RICO ES MALO Y QUE LO BUENO ES SER POBRE. La historia política del país ofrece nuevas páginas para la rectificación y la concordia. Y, si lo deseara, al Ciudadano Presidente le corresponde el honor de escribirlas adelantándose al futuro, a partir de una detenida meditación sobre su papel histórico.

Existe una gran familia de 30 millones de personas que insiste en verse de reojo, sobre los hombros, y no como la necesita el país: dispuesta a aportar, a trabajar en un ambiente de respeto, sin odios, ni resentimientos avidadores de la violencia y del revanchismo. Juntos somos un gran equipo, incluso para convertir a Venezuela en esa fuerza competidora a nivel internacional, a partir de la inversión y el esfuerzo nacional que nos libere de la obligación de estar dependiendo de los mercados internacionales, para satisfacer las necesidades de consumo interno. Pero se requieren los pasos supremos que conviertan esa expectativa y posibilidad, en una realidad de trascendencia perdurable.

El país espera un llamado a la unidad. Y que, inclusive,  se les permita a los venezolanos que algún día se fueron de su casa, a retornar a su tierra. Todos  somos necesarios. Porque todos somos venezolanos. Y Venezuela nos necesita a todos.

egildolujan@gmail.com

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