Personas avezadas lo
han denunciado, el chavismo no es más que una organización de comunicación,
propagandística y electorera. Que obedece a las previsiones de su dueño o mejor
dicho dueños, Fidel y Chávez.
Con un equilibrio frágil que se debate entre los recursos y la inteligencia, que al inicio beneficiaba al más joven. La debilidad producto de los años se inclinaba cual abuelo, ante el atrevimiento de la osadía y de la ignorancia.
Pero el operador extranjero que sabe más por viejo que por diablo, conoce bien que el autoritarismo latente puede jugar malas pasadas y crear situaciones de peligro irreversibles a sus proyectos.
Para garantizar su empresa se propuso controlarla desde la distancia, a través de satélites, cables submarinos y de la presencia numerosa de sus agentes en puestos claves de decisión, una manera de controlar las actuaciones impulsivas de su aprendiz.
Los planes de expansión se adelantaron con extrema rapidez y sucursales se abrieron en Nicaragua, Ecuador, Bolivia y pequeñas representaciones en satélites del Caribe, también suscribieron contratos de cooperación con Brasil y Argentina.
La empresa pareció funcionar a pesar de que chocó con la negativa de otros países que se negaron a dejarse manipular por la propaganda, conscientes de que un país es más que una emisión de TV.
Por eso no se han preocupado por la gestión del país, por eso presenciamos el deterioro por todas partes, por eso no les importa no cumplir, engañar o manipular el sentir popular, están convencidos que el éxito no depende de la realidad sino de la ficción que transmiten para crear la ilusión.
Es por ello que los recursos en vez de ser utilizados para construir, promover, reparar, educar, defender y garantizar un país, se emplean en costosa campañas de publicidad, donde se pulen las asperezas y las encuestas, se montan escenarios de utilería, se pinta todo, discursos, lágrimas en pantalla, fotos y clips publicitarios con corazones y viejitas de color rojo.
La paradoja es que nos han devuelto al pasado, a la época de la televisión en blanco y negro, mientras que el mundo ya transmite en colores.
Con el blanco y negro se dividió el país en dos pedazos, conmigo y los enemigos. Se volvió a escenarios catastróficos, empresas que explotan, puentes que se caen, motines en las cárceles, inundaciones que arrasan con pueblos, derrames petroleros, la falta de luz y agua potable, la destrucción de empresas y fuentes de trabajo, la escasez de alimentos y el insomnio que produce el no tener la garantía que los hijos vuelvan a casa con vida.
Pero la falta de gerencia, de planificación, de eficiencia, juega malas pasadas y comienza a notarse las costuras de un mal vestuario o de un escenario que se cae a pedazos.
El pueblo termina por apagar el televisor o la radio, tiene que salir a la calle para ganarse la vida, en ella comprueban que el discurso oficial supuestamente revolucionario o liberador no es más que el de una marioneta del siglo pasado.
Un títere cínico que se encuentra fuera de sí, porque el libreto no se corresponde con la dolorosa realidad, que se ve obligado a presentar tragedias como hechos gloriosos, los cuerpos calcinados no le impiden continuar su guión ni su discurso publicitario. Una versión distinta de la que nosotros percibimos.
Su proyecto mantenernos en una eterna telenovela, donde el pobre toma la revancha con la vida, solo que con él hay más pobres, menos esperanzas y la única salida es vestirse de rojo, quedarse callado, entregarle la riqueza petrolera, tu negocio, tu trabajo y hasta la vida de tus seres queridos.
Pero la tecnología en el mundo no espera por él, un nuevo director interesado en un proyecto real, recorre el país para dar verdaderas respuestas, para presentarnos soluciones y conducirnos por el camino de la concordia, del trabajo conjunto y del progreso. La vida de los hechos reales y concretos, una vida que no debe seguir siendo en blanco y negro en pleno siglo XXI.
Comenzaron por presentarnos una novela rosa y han terminado con una película de horror, el 7 de octubre en el estudio será el pueblo quien decida y dirá; ¡silencio!, cámara... corten y desde ese día comenzaremos a trasmitir en tecnicolor.
Excónsul de Venezuela en París
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
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