Mientras el gobierno de
Chávez arremetía contra el único canal de Venezuela que transmite 24 horas de
información, Globovisión, con una orden de "embargo ejecutivo" que
pasará a los anales de la historia interplanetaria como un adefesio jurídico
sin precedentes, en paralelo nos enterábamos del avance del hampa en el país.
La cónsul de Guatemala había sido víctima de un intento de
secuestro en la urbanización Bello Monte, a manos de 4 individuos que
fuertemente armados, la habían interceptado y bajado de su vehículo con placas
diplomáticas. Ella opuso resistencia y
milagrosamente no pasó a engrosar la cada vez más grande lista de muertes
violentas semanales en nuestro país.
Solo en el mes de junio, 437 cadáveres ingresaron a la morgue de Bello Monte, según
cifras extraoficiales. ¿Cuántos más entraron a otras morgues ubicadas en el
resto del país?
La violencia y la impunidad son tan grandes, que este domingo
leíamos con estupor la siguiente información: "Tropezó a un perro y el
dueño lo mató a tiros. El dueño del perro, cuyo nombre nadie sabe, amenazó a Ronald.
"Me tocaste al perro, te voy a matar". Luego se fue a su casa y
regresó en una moto, iba de parrillero. Alcanzó a Ronald y le disparó directo a
la mejilla derecha, después huyó. Ronald murió en el sitio. No dio tiempo de
llevarlo hasta algún centro asistencial".
La nota aparecida en este diario agregaba además: "El
viernes Ronald había cobrado su semana de trabajo y había recibido el dinero de
un "San" en el que se había inscrito. Llevaba por todo seis mil
bolívares en un bolso. Cuando los efectivos del CICPC llegaron dijo su madrasta
nos entregaron todas las pertenencias, menos el bolso. Esa cartera la metieron
en la furgoneta al lado del cuerpo y no volvió a aparecer. Exigimos que se nos
devuelva esa plata".
Hasta tropezar con un perro en Venezuela, nos puede costar la
vida. La impunidad y la corrupción están
tan extendidas que la policía se ha
hecho cómplice del delito.
Pero volviendo al inicio de esta columna, de otros hechos
lamentables y comprometedores nos enterábamos mientras el gobierno de Chávez
multaba a Globovisión por informar: La ministra de Defensa de Paraguay, María
Liz García, denunciaba que el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, intentó
"sublevar" a las Fuerzas Armadas de Paraguay cuando estuvo en el país
una semana atrás para seguir el juicio político contra el entonces presidente
Fernando Lugo.
La supuesta arenga de Maduro no tuvo asidero. García afirmó que "las Fuerzas Armadas
actuaron constitucionalmente y ajustadas
a las leyes, manteniéndose firmes en
responder a la autoridad legal y legítimamente constituida".
Ahora bien, la supuesta actitud del canciller es típica del
imperio chavista. Este régimen hace exactamente lo que critica. Exige respeto a
nuestra soberanía, pero intenta
intervenir en asuntos internos de otros países. Critica el bloqueo económico a
Cuba, pero bloquea el envío de petróleo a Paraguay.
Así es esta revolución.
Hacedor de trampas jurídicas para perseguir a la disidencia y acallar la
información y opinión. Mentiroso en lo
que dice defender. Ciego ante el actuar de la delincuencia. Indolente ante el dolor de los
venezolanos. Esto no se aguanta más.
pereznitu@gmail.com
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