Pasó desapercibido para quienes opinan en los medios y en la
red, un extraordinario artículo de Carlos Goedder publicado en El Universal del
lunes pasado titulado “La Responsabilidad Personal en una Dictadura” (ver en
http://www.eluniversal.com/opinion/120625/la-responsabilidad-personal-en-una-dictadura).
Y digo desapercibido porque ciertamente toca la esencia del hecho totalitario
en Venezuela y los estudios de quienes, como Hannah Arendt (1906-1975), han
investigado profundamente el fenómeno en el pasado y que de acuerdo con esa
experiencia se pueden detectar características y similitudes con lo que está
sucediendo con la conducta del venezolano de hoy y su posible respuesta en los
venideros comicios del 7 de Octubre.
CHAVISTA * VENEZOLANO |
El fondo del tema estriba en que no es posible asumir una culpa
general de la conducta permisiva que colectivamente le hemos delegado al
chavismo, o en general, a esta pesadilla socialista del Siglo XXI. De acuerdo a
Goedder, decir que "la sociedad venezolana" es la responsable por lo
que ocurrió bajo Chávez, es un pretexto inválido y que todos debemos dar cuenta
individualmente de lo que hicimos para evitar o bien coadyuvar a que este
desastre sucediera. Es bien interesante este concepto, en especial si está
fundamentado en una teoría que expusiera Hannah Arendt en su obra fundamental
“Los Orígenes del Totalitarismo” en 1951. Hablando en claro venezolano, todos
debemos responder a la pregunta ¿Qué hiciste tú en la época oscurantista de
Chávez? ¿Te refugiaste en la burocracia diciendo que te ordenaban hacer las
cosas que sabías que estaban mal hechas? ¿Tuviste una posición proactiva y
determinada en contra del régimen, corriendo riesgos de cárcel, desempleo y
apartheid político? ¿Qué hiciste?
La respuesta a estas preguntas es fundamental. No es que te
vayan a pedir a que rindas cuentas. Es como si te hicieran un examen con un
detector de mentiras y preguntes por el resultado. Solo tú sabes si mentiste o
no. Solo tú sabes qué hiciste o no.
Quiero hacer un alto en el camino y pararme en esta reflexión, e
invito a todos los venezolanos a hacerlo. ¡Cuánto empleado público, no solo de
la administración central sino de los municipios y gobernaciones debe hacerse
esta reflexión! ¡Y más aun considerando el hecho que hacia ellos va dirigida la
persistente campaña amenazante del CNE!
Hace más de un año escribí un artículo que circuló por las redes
en su momento y que titulé “El Ejemplo de Simon Weisenthal” (lo reproduzco a
seguidas en el blog porque no lo publiqué aquí y creo que ahora es un buen
momento para hacerlo. Verlo en
http://ticsddhh.blogspot.com/2012/06/el-ejemplo-de-simon-weisenthal.html) y que
tenía que ver con esa misma responsabilidad que no solo tiene Chávez como
cabeza de esta locura de 13 años, sino con todos aquellos funcionarios de baja
jerarquía que son tan o más responsables que él de la persecución atroz a la
que han sido sometidas personas inocentes, que hemos presenciado y de cuyas
acciones deberán dar cuenta algún día.
Pero ante el razonamiento de que absolutamente todos nosotros,
no solo los que tomaron decisiones relevantes durante el régimen, tenemos
nuestra cuota de responsabilidad en la perpetuación de un Estado
antidemocrático, la cosa se pone espeluznante.
Un funcionario que deja de ultima una solicitud de vivienda de
un prójimo que la necesita porque sabe que no es chavista y lo hace por quedar
bien; un individuo que pudiendo ver hacia otro lado cuando le piden saber si
alguien está en la Lista de Tascón y no lo hace; muchísimos casos en los cuales
alguien puede, aunque en una muy pequeña proporción, trabar o no dejar pasar
alguna injusticia “socialista” porque sabe de verdad que está mal hacerlo, y de
igual manera lo hace, son parte de todas estas cosas a las que nos referimos. Y
todas sintetizan un hacer inhumano producto de una maquinaria totalitaria que
destruye poco a poco el tejido democrático del país.
Formo parte, como muchos, de un grupo que tuvimos que salir
públicamente denunciando los atropellos y malos manejos del gobierno en el
Metro de Caracas, asumiendo desde el principio una posición que nos ha traído
desempleo y exclusión. Siempre pongo el ejemplo de mis compañeros de AC
Familiametro, quienes siguen en pié de lucha por el regreso de sus derechos
políticos y laborales atropellados desde aquella gesta del Paro Cívico y aún
así no se han cansado o han claudicado, yendo ya para 10 años denunciando
públicamente, exponiendo su bienestar privado por un mejor Metro de Caracas. No
buscan premios ni reconocimientos más allá de la restitución de sus derechos
violados, y el mejoramiento de una empresa que fue estandarte de servicio
público.
Como ellos hay muchos que no tuvieron mucha oportunidad de pasar
desapercibidos porque fueron excluidos y aún continúan luchando porque el
gobierno no cesa la persecución señalándonos como saboteadores. Después que
este desgobierno termine, nadie podrá echarles en cara que se quedaron tranquilos
ante los desafueros cometidos, aun a costa de su bienestar. Sin embargo también
quiero decir que Familiametro ha recibido mucha colaboración de compañeros que
aun estando en la empresa saben lo que se hace mal y colaboran con información
valiosa para la denuncia eficaz arriesgando sus empleos. Ellos están haciendo
algo, no se quedaron tranquilamente cómplices. Pero…¿y los demás? A ellos es
que va dirigida esta reflexión en el camino.
Lo primero aquí es que si usted desde su más humilde
responsabilidad puede evitar que se cometa un atropello antidemocrático en
contra de alguien, lo haga. Si puede realizar cualquier cosa que por su
conocimiento evite alguna injusticia, ¡hágalo! Eso no se lo reconocerá nadie.
Como en el ejemplo del detector de mentiras, solo usted lo sabrá. Pero si
muchos lo hacen, automáticamente habrá una desaceleración del totalitarismo por
aquello que indicó Hannah Arendt, si te niegas a participar caerá, así sea que
te niegues solo un poco.
Ni hablar del venidero proceso electoral. ¿Cuánta gente dentro
del CNE, y no hablo de los decisores políticos, sino de los técnicos honestos y
demás funcionarios que estuvieron en el antiguo CSE que saben de cierto y de
primera mano si hay algo podrido en el proceso, podrían colaborar silenciosamente
a que no se produzca un fraude de proporciones el 7 de Octubre? ¿Cuántos
venezolanos y sus familias desean una vuelta a una Venezuela noble, sin
exclusiones? ¡Muchos!
A cada venezolano le invito: dense la oportunidad de salir de
esta pesadilla diciéndose a sí mismos: yo si hice algo porque esto se acabara,
por más pequeño que sea. De esa manera, a la pregunta de ¿qué hiciste? nadie se
mirará al espejo y se irá a dormir sin una respuesta positiva…
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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