Porque se
botaron los reales miserablemente, hoy estamos sin luz, sin comida y
endeudados...
La apuesta del
Gobierno venezolano es muy fuerte: lograr con la ayuda de las cínicas
declaraciones de los ministros del área, que las profundas grietas de la
economía no se descubran antes del 7 de octubre. Crecer es crecer, no importa
cómo, dice Nelson Merentes. Con esta baladronada oculta una terrible verdad: la
economía nacional ha aumentado a costa de sí misma, de su propio
fortalecimiento y diversificación. Se expande el consumo con base en
importaciones y en un gasto fiscal continuo, que permanece indiferente a la
caída de nuestro aparato productivo, a la destrucción de la manufactura, la
agricultura y las empresas básicas. Otro ministro apunta: "hay que
producir alimentos, los bienes que necesitamos". Cómo, si todo lo
importamos.
Las
declaraciones de los altos funcionarios del régimen hunden en la más profunda
perplejidad, a cualquier lego en los avatares de la ciencia edificada por Adam
Smith. Para una persona normal resulta imposible entender tales
contradicciones: crecemos pero no producimos, o cada vez producimos menos.
¿Cómo comprender esta paradoja?
Las cifras
dicen que entre 2006 y 2011, del total de los ingresos petroleros recibidos,
55% se utilizó para importar bienes de consumo. La salida de capital privado
representó otro 23%. El BCV registra otro extraño dato: 87.004 millones de
dólares (14% de los ingresos) como "acumulación neta de activos públicos
en el exterior". El resultado es un claro incremento del consumo con base
en importaciones y fugas de capital al exterior sin ningún control
El otro dato
espeluznante se refiere a nuestra deuda externa. Lo que debemos todos nosotros,
en trece años pasó de 28.455 a 107.428 millones de dólares. Esto quiere decir
que ese rubro creció 3.78 veces. Una peculiar visión del desarrollo: financiar
gasto corriente con deuda, importar antes que producir y mantener recursos
depositados en fondos paralelos. Todo esto a pesar de los elevados precios de
petróleo en la última década.
Está creciendo
la economía, pero, ¿dónde están las carreteras, los hospitales, las escuelas,
la electricidad, el agua? Este modelo de "desarrollo" se parece mucho
a lo que critica Raúl Castro en sus confesiones ante el VI Congreso del Partido
Comunista Cubano: "Aún persisten miles y miles de hectáreas de superficie
cultivable esperando por brazos dispuestos a extraerles los frutos que tanto demanda
la población y la economía nacional, y que podemos cosechar en nuestros campos
para sustituir las cada vez más costosas importaciones de muchos productos, que
hoy benefician a suministradores extranjeros, en lugar de a nuestros
campesinos". ¡Increíble, esto ocurre medio siglo después de la Revolución!
Con todo y las
importaciones masivas los ministros insisten en que la economía crece. El
Presidente recalca que hemos recuperado la Independencia. A veces siento que
esos funcionarios conspiran contra mi cordura. Somos independientes, pero
debemos al exterior casi 4 veces más de lo que debíamos en 1998. Si en 1902,
tiempos de Cipriano Castro, Inglaterra, Italia y Alemania bloquearon y
bombardearon las costas venezolanas por unos piches 186.558.150,38 de
bolívares, ¿qué nos podría pasar ahora, que debemos el oro y el moro, que
dependemos para alimentarnos de la producción de otros países?
Para
tranquilizarme, busco una opinión neutral. Hablo con el analista financiero
Boris Segura, costarricense, quien describe nuestras perspectivas así:
"Como consecuencia de la caída de los precios del petróleo se prevé una
disminución importante en las importaciones, recorte del gasto público e
incremento de la escasez de bienes". Este profesional afirma desconocer si
el Gobierno cree que esta situación no se notará hasta después de las
elecciones presidenciales del 7 de octubre, o si los miembros del Gobierno
están tan confiados en ganar los comicios, que no les importa que esos
vaticinios se cumplan. La conclusión de Segura es que el plan de ajuste
macroeconómico deberá implementarse ante la vulnerabilidad de las cuentas
fiscales y, por ende, la devaluación y el incremento de precios marcarán el año
2013. Lo cual puede traducirse en: llegaron las vacas flacas porque se botaron
los reales miserablemente. Hoy estamos sin luz, sin comida y endeudados. ¡Peor
imposible! El colapso resulta cada día más evidente.
Sin embargo,
frente al caos generado por el comunismo del siglo XXI hay un camino. Lo otro
es avanzar hacia Cuba y su triste miseria.
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@cedice
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