ZENAIR BRITO CABALLERO, “EL LIDERAZGO ES CONFIANZA MUTUA”

Si un gobernante va perdiendo la confianza de sus seguidores, como lo hemos venido observando en Venezuela, después de 13 años de gestión, es posible que no haya ejercido ningún tipo de liderazgo sobre ellos. Lamentablemente, parece que la gente sigue perdiendo la confianza en los políticos socialistas-comunistas y en los programas demagógicos, populistas y manipuladores que ofrecen, los cuales prometen y no cumplen.

Pienso, que para ganarse la confianza del pueblo, el gobernante  revolucionario como suele llamarse, ha debido de manera prioritaria preocuparse por cumplir sus ofertas electoreras, ya que si no gana la confianza de sus seguidores es posible que no cultive ningún tipo de liderazgo sobre sus partidarios.

La desconfianza hacia los dirigentes e instituciones  de este gobierno socialista comunista apunta a un quiebre cultural y a la continuidad de políticas malogradas. El problema no es una falta de líderes, sino la falta de un clima de confianza donde el liderazgo sea posible.

La desconfianza alienta el rechazo, el retroceso interpersonal y despierta un comportamiento defensivo de la gente, por ello su expresión reflejada en los sondeos de opinión, que no son más que un llamado de atención ante la falta de credibilidad en el gobierno socialista-comunista y sus representantes.

Por lo anteriormente señalado, considero que es necesario edificar un modelo de autoridad basado en la verdad, el buen trato, la rectitud, la coherencia, la sabiduría y la humildad, sin pizca de arrogancia. Porque la confianza se gana con un largo proceso, donde el gobernante debe convertirse en modelo profundamente convincente y no en un politiquero más o demagogo.

La coherencia es ingrediente indispensable de la confianza y ésta del liderazgo para ser grandes .dirigentes. El gobernante debe dar ejemplo y cumplir primero lo que pregona. Hasta que no se construya una base de confianza, que no se ha logrado aun, es difícil implementar un programa de gobierno que en 13 años aun no se sabe que es el llamado socialismo del siglo XXI

La confianza es algo que si dejamos que se erosione termina derrumbando al gobierno más poderoso, al liderazgo más influyente, al carácter más fuerte y al amor más profundo. Pero si logramos desarrollarla, la confianza encierra el potencial de generar un éxito y una prosperidad sin parangón en todos los ámbitos, pero particularmente en un gobierno democrático con plenas libertades.

La buena noticia, es que existen tres reglas para hacer buenos gobernantes. La mala es que por ahora, en este que nos gobierna no sabemos dónde están. Si los gobernantes rojos-rojitos poco confiables de este mal llamado revolucionario socialismo-comunismo (mal calificados en los sondeos) no dan un taponazo en la búsqueda del factor confianza, van a padecer de anomia, aislamiento y ansiedad. Tienen ante sí tres armas que les apuntan: la ley, la opinión pública y su conciencia.

El liderazgo es confianza mutua amigos lectores. Un líder por la jerarquía de su cargo, orienta, toma decisiones y asume la responsabilidad de las mismas, pero si existe confianza, se facilita el cumplimiento de los objetivos, de la comunicación, se fortalece el compromiso y sentido de pertenencia, se desarrolla el respeto, se motiva y se alienta a cumplir mejor la misión asignada.

El gobernante debe comprender que si no construye “Confianza” mutua entre su gestión y la comunidad, no logrará desarrollar buena parte de su liderazgo, pues quizás cumpla algunas metas, pero jamás llegará a los corazones de la gente. Por todo esto todos a subirnos al autobús del progreso. 

Hay un camino que nos conduce a ese liderazgo y es ENRIQUE CAPRILES RADONSKI.

britozenair@gmail.com

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