Al gobierno le molesta que los ciudanos hagamos elucubraciones. Le causa un profundo disgusto que hagamos ejercicios de imaginación ¿sin darse cuenta? de que son ellos mismos quienes ponen en marcha nuestra gimnasia mental.
¿Cómo no especular, por ejemplo, sobre la enfermedad del Presidente? ¿Cómo no hacer conjeturas sobre si tiene o no cáncer, dónde lo tiene y cuán grave es si el Ministerio de Información no informa? La salud del Presidente de la República nos compete a todos... ¿por qué ponernos a jugar a las adivinanzas?
Yo me cuento entre quienes pensaron que lo del cáncer era un cuento. No chino, sino cubano. Porque ¡qué tumores tan oportunos! El primero apareció cuando Chávez caía y caía en las encuestas. El segundo, después del triunfo clamoroso de Capriles en las primarias. El primero detuvo la baja de la popularidad, incluso lo hizo subir. El segundo, volvió a hacerlo tema de interés nacional.
Hay apariciones y desapariciones; olas de rumores (sobre las cuales por qué no elucubrar que vienen de la "sala situacional" de Miraflores): que si está mal, peor, pésimo. Que si está en coma... Todo esto para que al final del rumor aparezca Chávez como un toro bravo, sin mayores indicios de estar enfermo, a no ser por la hinchazón característica del tratamiento con esteroides.
La cadena del lunes pasado también fue una invitación a las elucubraciones. El cambio de salón, el cambio de podio, el mismo odio, pero sin la fuerza anterior. El "carómetro", el "homenaje" de presentarse encorbatados quienes usualmente están inapropiadamente vestidos para ocasiones importantes, la resurrección de José Vicente Rangel, la dificultad para firmar, el haber escrito "justicip" en vez de "justicia", el final abrupto de la cadena (entiendo que cuando la repitieron estaba editada), el rictus del Presidente, que nunca sabremos si fue dolor o una emergencia escatológica de ésas que sin pudor nos ha narrado en cadena nacional. Porque el cuento de que fue un lagrimeo también lo elucubro, porque las lágrimas le hubieran rendido beneficios. Por primera vez consideré que lo del cáncer pudiera ser verdad, porque yo a Chávez no le creo nada.
Y esto es buscado: rumores que van, rumores que vienen, historias "pa'lante", historias "pa'trás", después no se quejen de las elucubraciones.
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a esto añado que si los run runes tienen algun informante, del entorno de Los cubanos, ya estos lo hubieran detectado y rerian hombres muertos. Y o sigo sin creer en su enfermedad
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