Henrique Capriles ha reiterado que en Pdvsa solo cambiará a su
presidente. Por su parte, el teniente coronel
ha declarado en varias
oportunidades que se “sentía miserable” porque hasta fines del 2002 no tenía
injerencia sobre los recursos humanos de la estatal petrolera y que ahora sí
podía destituir y nombrar a cualquiera a su libre albedrío. Capriles tiene el
punto de vista de un demócrata que tiene claro que no le corresponde al
Presidente de la República destituir, ni nombrar a los gerentes y demás
trabajadores de una empresa del Estado, sino solo designar a su Junta
Directiva. Por el contrario, el lenguatón procede siguiendo la norma del
totalitarismo, que considera que quien
detenta el mando tiene poder sobre vidas
y haciendas.
Según el Informe Anual del 2010 de Pdvsa, esta empresa cuenta
con 113.949 trabajadores, de los cuales 99.867 son propios (incluyendo unos
5.000 en empresas en el exterior) y 14.082 son contratados; esto da un total, en Venezuela, de 108.949, de los
cuales 15.871 realizan actividades no relacionadas con los hidrocarburos. Aunque
resulta difícil de entender, el mismo
Informe reconoce que la empresa no dispone de información del nivel educativo
de 30.682 de sus trabajadores.
Anteriormente, en la Pdvsa meritocrática, el número total de
trabajadores de la empresa en Venezuela, propios y contratados, era de 69.364.
Como se apreciará, el manejo del personal será complejo, pero
ello no le compete a Capriles como Presidente la República y él lo tiene claro.
Por estatutos debe designar a la Junta Directiva, la cual idealmente podría estar integrada por un presidente y
cinco directores internos que conozcan a profundidad el negocio y tengan dotes
gerenciales y por unos tres directores externos de cualquier área. Esta
directiva deberá evaluar los recursos
gerenciales y técnicos con los que cuenta. Seguramente se encontrará con
algunos buenos profesionales que sin duda deben permanecer en sus cargos;
también con personas que ocupan cargos gerenciales sin tener suficientes
credenciales, los cuales pueden ser jubilados si reúnen los requisitos o bien
negociarse su salida o traslado a otro cargo; igualmente habrá comisarios
políticos que ocupan cargos de gerencia,
a los cuales hay que respetarles
sus derechos laborales y propiciar su salida en buenos términos. Un punto
importante es asegurarle a la dirigencia sindical que se respetará en contrato
colectivo.
El siguiente reto es llenar cargos críticos para poder elevar la
producción y evitar que sigan ocurriendo accidentes con pérdidas de vidas, daño
económico y afectación al ambiente. Para
ello tendrá que acudirse a personal que fue despedido y que la empresa debe
recuperar, lo cual en algunos casos no será sencillo dado que muchos de ellos
están en el exterior disfrutando de excelentes condiciones socio-económicas.
Por otra parte, entre los lineamientos aprobados por la MUD y por Capriles está
el reconocimiento de los derechos laborales violados a los despedidos durante
el paro cívico del 2002. Como se apreciará la tarea para la nueva directiva es
compleja, pero con equilibrio y respeto a todos los trabajadores no dudamos que
podrá cumplirla. Estos puntos de vista los expresa como sugerencias quien se mantendrá en la
lucha hasta el 7 de octubre al frente de la Coordinación de Gente del Petróleo,
para aportar lo que esté a nuestro alcance para que Henrique sea el próximo
presidente. Tenemos claro que corresponderá a otros tanto la toma de
decisiones, como contribuir a la
recuperación de Pdvsa.
eddiearamirez@hotmail.com
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