Un veterano político, ya
fallecido, solía decir de los programas electorales de los partidos que esos
documentos no los leía nadie pero que su importancia residía en que se sepa que
existen. Bien, ya la MUD ha cumplido con esta condición. Presentó ante el país
los "Lineamientos para el Programa de Gobierno de Unidad Nacional".
Desde luego que falta mucho
para que "se sepa" que ese programa existe. Por ahora es de
conocimiento de los sectores políticos más enterados pero al vasto campo
popular todavía no ha llegado la información. Pero llegará, sobre todo cuando
las primarias arrojen el nombre del candidato unitario y este apoye su campaña
en ese programa.
Porque, a diferencia de lo
afirmado por nuestro veterano político, de ese programa no sólo es importante
que se sepa de su existencia, sino que es necesario que sus aspectos
fundamentales sean conocidos por los electores. Es un documento básico, uno de
los programas políticos más completos y sustanciales que hayan sido elaborados
en nuestro país.
Equipos que en conjunto
llegaron a sumar unos 400 especialistas de todas las materias que deben ser
abordadas en esta clase de papeles, trabajaron durante meses, de fructíferos
debates, en articular posiciones que pudieran servir de base para la alianza
cristalizada en la Unidad Democrática, en la cual, dicho sea de pasada, se
puede decir que existen muchas más posturas comunes, y hasta consensuales, de
lo que permitiría sospechar su heterogénea integración. Es, pues, un documento
unitario. La Unidad Democrática ya no sólo está materializada en la MUD y en la
organización de las primarias sino también en este programa. Debe entenderse
que este es un documento para la acción. Lo cual significa que sus principales
proposiciones deben no sólo ser levantadas por el candidato unitario sino
tienen que transformarse en consignas y en propaganda política. No es un
programa platónico sino la promesa, sólidamente fundamentada y sustanciada, de
que es posible no solamente derrotar a Chávez sino marchar hacia un país que
despegue en dirección al desarrollo y pueda vivir y progresar en paz. Eso tiene
que ser divulgado profusamente.
Queremos asomar, para
finalizar, algunas consideraciones sobre el post 12F. Una, atañe a la
integración del comando de campaña del candidato. Este también debe ser
concebido como una nueva e importantísima materialización de la unidad. Gente
para un buen comando sobra, de modo que la selección de sus integrantes debe
cumplir con la condición, sine qua non, de amplitud, que asegure la
participación y colaboración de todos los que deben estar. Las dificultades podrían
surgir del sectarismo. El candidato debe estar conciente de que el esfuerzo que
le dio el liderazgo de la oposición fue un esfuerzo unitario, de todos, y que
sin el mantenimiento de las condiciones para que el clima unitario sea vivo y
actuante es preciso derrotar la tentación sectaria.
De igual manera es de esperar
que el compromiso unitario no será vulnerado por aquellos candidatos que no
resulten seleccionados como el portavoz de todos. Los que no ganen son hoy
figuras de alcance nacional y su contribución a la campaña será, sin duda
invalorable. Muchas veces lo hemos dicho: la unidad es a largo plazo. Va mucho
más allá del 12F y del 7 de Octubre.
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