Por acto
de prestidigitación convirtió un delito contra el Estado y el asesinato de
compatriotas en epopeya patria. Vimos el Ejército vencedor, la Fuerza Armada
Nacional victoriosa, desfilar el pasado 4 de febrero en honor de los vencidos
insurrectos, violadores de la Constitución.
Es la primera vez en nuestra historia que se obliga a patriotas leales,
defensores de la ley y la democracia, a rendir homenaje a quienes se alzaron
contra la República.
En acto de
magia y demagogia, el prestidigitador convirtió el golpe de Estado en fecha
patria, la derrota la transformo en triunfo. Ahora el golpista se presenta como
demócrata, el responsable de muertes no pagadas se asoma como adalid, siendo
simplemente el “Héroe del Museo Militar”, donde se escondió mientras soldados y
oficiales de la patria, de un bando y otro, se dispararon a muerte aquel triste
4 de febrero, cuando comenzó la destrucción de la institucionalidad y el cambio
de valores.
Hugo
Chávez, Presidente de la República desde hace exactamente 13 años, pretende
renovar por seis años más su mandato a partir de enero de 2012, cuando ya
tendrá 14 cumplidos, en procura de 20 al frente de la República. A Chávez el 7
de octubre de 2012 le permitiremos con nuestro voto, abstención e indiferencia
que avance hacia 20 años de dominación personal y absolutista, o le ponemos
freno y abrimos camino a la alternativa democrática y al progreso real.
El
prestidigitador (como reza el diccionario, de presto y del latín digitus, dedo)
es un “jugador de mano”, “escamoteador, ilusionista, tramposo, histrión,
animador, fullero, hábil y engañador”.
Es demagogo quien “aparenta sostener los intereses del pueblo para
conquistar su apoyo”; es “charlatán, embaucador, tirano, halagador, adulón, aventurero,
maniobrero, astuto y sectario”. ¿Acaso no se nos presenta así el Presidente de
Venezuela?
Este mago
-para ser de los buenos y merecer el reconocimiento general- debería cambiar
delincuencia por paz social; barrios insalubres por urbanizaciones populares
con viviendas dignas; desempleo por trabajo estable y bien remunerado;
inflación por desarrollo; expropiaciones por producción y riqueza; debería
trucar confrontación por cooperación y solidaridad; compra de armas de guerra
por siembra de educación y valores positivos; palabras por hechos e ilusiones
por realidad.
Quizás el
más grave de los innumerables actos de prestidigitación del Presidente es
desaparecer la Constitución; es su truco preferido. La evapora como le da la
gana, la esfuma del escenario. Al
afirmar, por ejemplo, que “la Fuerza Armada Nacional es chavista” hace
desaparecer la Constitución, de tal manera, que el TSJ, la Fiscalía y la
Asamblea Nacional no ven el Art. 328, que a la letra reza: “La Fuerza Armada
Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia
política… está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de
persona o parcialidad política alguna”.
Si la FAN es chavista, como el Presidente sostiene, está para servirle a
él y no “al servicio exclusivo de la Nación”; si la FAN es chavista, está al
servicio de un hombre, siendo así que no puede estar al servicio “de persona o
parcialidad política alguna”.
Son
numerosas las razones para enjuiciar al Teniente Coronel Chávez Frías, que en
acto de magia convirtió un país en hacienda personal y una República en fuero
donde él solo decide, donde es él quien quita y pone a su antojo. En los
próximos días solicitaré su enjuiciamiento por ante el TSJ, a propósito de la
“FAN chavista”. No escapan a mi criterio los riesgos y la poca posibilidad de
éxito. No me amilano, construimos el gran expediente por el que será juzgado
tarde o temprano, probablemente más temprano que tarde.
E-Mail: pacianopadron@gmail.com
Twitter: @pacianopadron
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