Aunque está demostrado que
la trucha afecta la calidad del agua, deteriora el ecosistema de los páramos
merideños y ataca a otras especies autóctonas, el gobierno regional construyó
un parque dedicado a la trucha (Parque de la Trucha).
El discurso en torno a la
democracia, no sólo es inagotable. También es complejo dada la multiplicidad de
variables y valores, principios y criterios políticos, sociológicos, éticos,
morales y filosóficos que le otorgan consistencia y significado.
Aunque pareciera fácil
hablar en nombre de la democracia, por la inmediatez que prevalece en el
devenir de la política mal entendida y peor ejercida, resulta todo lo
contrario. Pero la tosquedad y la obstinación de quienes presumen de
gobernantes, en medio de realidades sociopolíticas profundamente
resquebrajadas, han propendido a acentuar los conflictos que asoman en
cualquier espacio y entre las más irritables e imperceptibles circunstancias.
Una referencia obvia, es
el caso venezolano. Particularmente, por causa de una violencia política que
viene maquinándose como expresión de un poder equivocado en cuanto al modo de
abordarse por parte de un sector gubernamental que carece del más elemental
sentido de conceptos que explican y fundamentan la vida democrática. Hacen caso
omiso de lo que pauta el artículo 6º de la Constitución de la República cuando
dictamina que el gobierno “será siempre democrático, participativo,
descentralizado, alternativo, pluralista y de mandatos revocables”.
Sin embargo el fervor por
revertir tan crasos males, ha motivado la naturaleza emocional de una población
mayoritaria a concienciar la importancia de la democracia como sistema político
y razón de procesos de gobierno que exalten las libertades y los derechos
fundamentales del individuo organizado social y políticamente. Ha sido,
precisamente, el férreo propósito de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), al
empeñarse en organizar los comicios que habrán definido las elecciones
primarias del 12-F como el evento político de mayor trascendencia en la vida
democrática del país.
Tan importante momento, no
debe analizarse con simpleza. Mucho menos vivirse con temor. Estas votaciones
de vital incidencia para el avivamiento político nacional, adquiere una
significación que va más allá de su implicación político–electoral. Denota primeramente
la capacidad de congregación de una sociedad animada por valores de
solidaridad, dignidad, justicia y responsabilidad en un marco de oportunidades
únicas que dan cuenta del riesgo de malograr un promisorio futuro el cual habrá
de ser cuna de las próximas generaciones de venezolanos. En segundo lugar,
representa la motivación generada por el sentido de pertenencia y de identidad
que cultural y socialmente caracteriza al venezolano que ha venido sintiéndose
desplazado toda vez que advierte la presencia de foráneos en puestos de trabajo
que por derecho soberano le son propios al venezolano. Y en tercer lugar,
expresa la vocación democrática de una población políticamente organizada que
sabrá jugarse su penúltima carta al momento de elegir de manera abrumadora el
candidato que bien derrotará la deliberada pretensión de desmantelar a
Venezuela con la absurda excusa de establecer un socialismo que humilla la
familia y desprecia la vida.
Por eso, hoy 12 de
Febrero, día de la juventud hidalga y valiente, hazle saber al país y al mundo
que tan representativa oportunidad de reafirmar la democracia no será en vano.
Al país político le sobran razones para decidirse por reconquistar la
democracia y votar con firme decisión.
VENTANA DE PAPEL
TRUCHA PELIGROSA
No es la primera vez que
se hace del conocimiento público, la amenaza que representa la trucha que
habita ríos y lagunas de la Cordillera de Los Andes.
La celebración del día
mundial de los Humedales, el pasado 2 Febrero, motivó a que miembros de la Red para
la Protección y Conservación de los Humedales Altoandinos expusieran problemas
que afectan tan delicada naturaleza. Entre estos, se habló de la trucha a
propósito de la campaña realizada por el gobierno local para proteger su pesca
indiscriminada. Sin embargo luce contradictorio que a pesar de tal esfuerzo por
protegerla, este pez extermina con las especies ictícolas de las lagunas, así
como la de ríos y quebradas donde ha venido reproduciéndose.
Con el apoyo de los
organismos adscritos a Insopesca tanto como a Inparques y truchiculturas de la
zona, se ha incentivado la colonización de estos espacios acuíferos y humedales
altoandinos por la trucha cuando se sabe que es depredadora de peces nativos y
de la fauna autóctona (ictiofauna) propia de estas aguas de clima templado.
Además de afectar la
calidad del agua que inclusive suele aprovecharse como fuentes de vertederos
naturales, igualmente deteriora el ecosistema de los páramos merideños. Aún
así, el gobierno regional construyó un parque dedicado a la trucha (Parque de
la Trucha) a desdén del hecho de saber que este pez impacta negativamente las
lagunas naturales andinas. Indudablemente, en estos espacios acuáticos y
hermosos humedales habita la trucha peligrosa.
AL CIERRE DE UNA PRIMERA
CAMPAÑA
Después de demostrarse el
carácter oneroso de una campaña electoral, llega a su primer término el
esfuerzo de quienes han buscado captar el voto de la población de pensamiento
democrático mediante el cual se escogerá el candidato que va a confrontar al
candidato–comandante–presidente el próximo 7 de Octubre. Aunque hay quienes
cuestionan el desembolso que estas movilizaciones han significado, sumado al
costo de la correspondiente propaganda política, hay otros que lo justifican.
Sin embargo, más allá de
lo que ello pueda reflejar, se tiene un problema que pocos consideran. El mismo
evidencia una penosa brecha entre el país que clama soluciones sin que las
mismas se concreten en el contexto de la manoseada excusa que habla de
insuficiencia de recursos, lo cual suele distinguir el populismo del siglo XXI,
y el país que luce un excitante colorinche que afea exageradamente calles y
avenidas, plazas y parques cuyo inimaginable costo económico es animado desde
las trincheras de un discurso que usurpa promesas y esperanzas incitadas a
manera de saludo cotidiano. En el fragor de estas realidades de prolífica
controversia, se alza un país que sigue siendo sacudido por la miseria y la
criminalidad. Pero así son las cosas al cierre de una primera campaña.
VERDADES DE UNOS, MENTIRAS DE OTROS
La igualdad como valor
político de un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, tiene
sentido en realidades donde el respeto, la honestidad y la dignidad configuran
los patrones morales alrededor de los cuales se moviliza la sociedad. Pero en
Venezuela, donde el acoso y el asedio se dan la mano con la violencia y la
intolerancia, eso es letra muerta.
Basta con que alguien,
aunque pueda estar acusado, imputado o señalado, sea nombrado en un cargo del
alto gobierno para que mágicamente sea investido de un halo inmaculado que en
lo inmediato lo exculpe de cualquier pecado cometido. A pesar de tener un
prontuario judicial allende los mares, vale cualquier coartada para validar la
mentira y hacerla creer toda una verdad.
El caso del cuestionado
ministro de la Defensa, pone en relieve la situación que acá se ilustra. O sea,
ninguna de las acusaciones hechas contra su persona en relación con problemas
de público conocimiento, tiene el valor necesario para convertirse en rigurosas
verificaciones demostrativas del grado de implicación penal. Así que en medio
del desastre que ha armado este gobierno, con el burdo pretexto del flaco
socialismo del siglo XXI, se tienen verdades de unos y mentiras de otros.
FERIAS SIN DEPORTE
No es que organizar unas
ferias tan concurridas es tarea sencilla. Pero lo que no debe aceptarse es que
siendo de categoría internacional, las XLIII Ferias del Sol o Carnavales
Taurinos de América hallan desestimado tan interesante oportunidad y haber
estimulado el deporte de calle a través de algún evento que llamara la
participación de una nutrida participación.
De manera que resulta
inconcebible que la organización de estas ferias de clase popular, desdeñó la
importancia de un acto deportivo de masas cuya logística no supera cualquiera
de los espectáculos masivos que forman parte de la programación oficial. Sobre
todo, en una ciudad cuya población se suma fácilmente a acontecimientos que
exalten la salud y el encuentro. Una caminata o una carrera de calle pudieron
resaltar como hechos propios de unas ferias con sabor a pueblo. Es
injustificable que la organización no contara con la realización de alguna
actividad deportiva de multitud. ¿Por qué ferias sin deporte?
amonagas@cantv.net
@ajmonagas
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA