Sin desperdicio de una sola
letra nuestra columna del pasado 20 de diciembre y el análisis publicado sobre
Diosdado Cabello y su designación el 11 de diciembre como Primer Vicepresidente
del partido de gobierno. No han pasado siquiera cuatro semanas -apenas 25 días- el ahora “mano dura” del
partido, es también el Presidente de la Asamblea Nacional. El mismo hombre
pragmático, realista, bregador y con equipos propios, en la posición desde ayer
lunes de decirle a todos los ministros, a todos los burócratas: “mira tú, ven
aquí, ven acá, ven a mí que tengo flor…”.
PRIMER VICEPRESIDENTE DEL PSUV. PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA NACIONAL CON MAYOR AUTORIDAD SOBRE SU PROMOCION QUE ACABA DE ASCENDER Y CON CLARA MAYORIA ENTRE LOS DIPUTADOS OFICIALISTAS |
Las primeras declaraciones
de Diosdado como Presidente de la Asamblea son perfectas, de librito: arengas a
favor del ídolo, del Jefe, pero a quien ahora puede públicamente mirar a los
ojos sin pestañear, cara a cara. Este operador del partido de gobierno (diciembre)
es el mismo que ahora (enero) revisará la letra chiquita de los créditos
adicionales, los grandes contratos petroleros, dispondrá de sistemas de
inteligencia y espionaje propios, de recursos, de una burocracia que nadie
audita y, extremadamente importante, con entrada franca, diurna y nocturna, al
Fuerte Tiuna.
Como si lo dicho fuera poco,
la campaña presidencial está por arrancar y Diosdado ocupa dos cargos de los
que prácticamente ahora resulta inamovible, a menos de que se quiera dar una
pésima señal política. Insistimos en lo que nos han señalado nuestras fuentes
en el chavismo: a Diosdado Cabello se le puede acusar de muchas cosas, menos de
ideólogo, no anda con teorías como la del “árbol de las tres raíces”, ni “la
isla de la felicidad”, ni que “todo empresario en un vende patria y
pitiyanqui”, ni que “el comercio regional se basará en una moneda que se llama
Sucre”. A Diosdado se le ha oído decir claro y reiteradamente -y los sistemas
de inteligencia de Miraflores así lo registran- “Yo no soy comunista”. ¿Será
verdad aquella teoría de que en efecto existió, existe y crece un chavismo sin
Chávez? ¿Tendrá esa unción algo que ver con la salud del caudillo? ¿Qué
análisis ha hecho Chávez para hacer este doble nombramiento? Por ahora, a
expertos y honestos chavistas (! los hay..!) gracias por la pertinencia y
validez de la información y los análisis compartidos. Estas fuentes nos señalan
que la sorpresiva designación de Diosdado como obvia “mano derecha” al momento
de iniciarse “la batalla de las batallas por la presidencial “ha llenado muchos
ambientes rojo rojitos de caras largas, diálogos pesados y el nerviosismo, como
la tos y el dinero, se hacen difíciles de esconder.
Apenas se supo la noticia,
los analistas de CNN hicieron un especial al respecto. En medio de una
discusión generada por Eva Golinger -la
panfletaria abogada internacional tarifada del chavismo- que acusaba de sesgada a la cadena de
noticias, el periodista interrogó a su audiencia: “¿Estamos ante el relevo?
¿Será el potencial candidato de la revolución bolivariana?”. Cerrando la
columna un destacado analista me llama dejándome estas cuatro interrogantes:
¿Pudo Diosdado cuidar la presidencia en el 2002 sin Baduel en Maracay, o pudo
hacer Baduel lo que hizo en Maracay de no haber contado con Diosdado en
Caracas?; Fidel, Fidel, ¿dónde está el asesor, la luz principal, el maestro de
maestros de Chávez, a la hora de este doble nombramiento? ¿También estará
enfriada la relación con Fidel? y, finalmente, ¿tú crees que estos nombramientos
de Diosdado son un síntoma de fortaleza o de debilidad en Chávez?
Decir que Diosdado Cabello
es el líder político del ala militar del chavismo es hoy por hoy un refrito.
Basta revisar la incompetente, pero compleja y sólida burocracia militar que
caracteriza hoy nuestra administración pública. Como observadores permanentes
de lo que ocurre en la banda chavista, no podemos pasar por alto que no habían
pasado 24 horas del ascenso de Cabello a la Presidencia de la Asamblea cuando
el propio Chávez anuncia la designación
del general Henry Rangel Silva como nuevo Ministro de la Defensa. ¿Alguna
relación entre uno y otro? ¿O ninguna? Alguien muy cercano al presidente me
indica fríamente: “…No cabe duda, son decisiones producto de la soledad.
Pareciera ir hondo, solo, hacia su propio laberinto…” ¿Por qué?, pregunto.
“Pues porque la designación de Rangel Silva es una provocación innecesaria a la
oposición y al país civil, al país independiente, apolítico, que nada tiene que
ver con nuestras luchas internas y al que necesitamos para ganar en octubre.
Recordemos que Rangel Silva es quien dice de manera muy imprudente el 8 de
noviembre del año pasado que “la Fuerza Armada Nacional no tiene lealtades a
medias sino completas hacia un pueblo, un proyecto de vida y un Comandante en
Jefe. Nos casamos con este proyecto de país…” Y segundo, Rangel Silva junto con
el general Hugo Carvajal es la permanente comidilla dentro de los cuadros
militares por sus supuestas vinculaciones con la narcoguerrilla”. El amigo se
refería a que ambos aparecen en la lista del Departamento del Tesoro de los
Estados Unidos, el cual, a través de su Departamento de Control de Activos
Extranjeros, aplica la famosa Ley Kingpin. Con la aplicación de esa Ley los
Estados Unidos -y con él la gran mayoría de los Estados democráticos del mundo-
tienen identificados a 1.070 ciudadanos de una gran variedad de países
sospechosos de ayudar, proteger o estar relacionados con narcotraficantes, por
lo cual se les bloquean todos sus bienes y propiedades ubicados en la
jurisdicción americana. Pero es tan fuerte y valorada esta Ley en los Estados
Unidos, que la misma señala que le está prohibido a cualquier tercero
vincularse, hacer negocios, manejar activos con las personas que se señalen en
el marco de su aplicación. Es tan grave el ser sospecho de vinculación que las
penalidades criminales están estipuladas entre 5 y 10 millones de dólares con
30 años de prisión.
Bueno, en esa lista del
Tesoro americano hay tres venezolanos con su respectivo numerito: 384, para
Hugo Armando Carvajal Barrios; 385, para Henry de Jesús Rangel Silva y 366,
para Ramón Emilio Rodríguez Chacín. Los tres aparecen con fecha 12 de
septiembre del 2008. De este asunto es lo que se viene hablando en cuarteles y
fuertes militares desde hace tres años y en medio de la enfermedad
presidencial, la lucha intestina dentro del PSUV, el inicio de la campaña, la
mala gestión de servicios, con una inflación que golpea dramáticamente a los
más pobres, la delincuencia desatada y encuestas -propias y ajenas- que ponen
en entredicho la permanencia en el poder de la opereta del Socialismo Siglo
XXI, viene el propio presidente a designar a Rangel Silva como ministro de la
Defensa. ¿Sabía Diosdado de la designación de Rangel? ¿Sabía Rangel de la
designación de Diosdado? ¿Hasta donde podrán apenas respirar Giordani, Jaua,
Maduro, Aristóbulo, Ramírez y demás
miembros de la corte mirafloriana si se formaliza una alianza dura
Cabello-Rangel Silva?.
Esta columna la escribo
desde Brasil. Dejo a usted, amable lector, la oportunidad de dar las respuestas
a todas las interrogantes que aquí nos hemos hecho. Yo, por ahora, me voy a
releer “Confidencias imaginarias de Juan
Vicente Gómez” de mi admirado profesor e historiador Ramón J. Velásquez (Ediciones Centauro, 1979), pues presiento
que en sus páginas voy a encontrar alguna luz para entender la dinámica de cómo
se nos están presentando los acontecimientos al comenzar este nuevo año.
Recomiendo su pronta y detenida lectura. Feliz año.
@NelsonBocaranda
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