Uno
imagina la escena: el Teniente Coronel Chávez se queja ante los suyos del
enésimo ataque recibido de parte de la
oposición, con lo que provoca este comentario de un innominado paniaguado
político suyo, allí presente, y seguramente uno de los escasos no enteramente analfabetos miembros de su
entorno: “¡No se preocupe por eso, Comandante
Presidente…! No vale la pena responder! ¡Usted està en capacidad de repetir lo
afirmado por un famoso romano: ‘Águila no caza moscas!’”.
Irrefrenable
repetidor de cosas oídas o leídas, Chávez retuvo la frase, y a partir de allí,
el mundo humano se dividió para él en dos especies: una inferior y virtualmente
universal, la de las moscas, y otra absolutamente individual, la de las
águilas, o mejor, la del águila, puesto que era su propia persona quien
monopolizaba esa condición.
La
presentación de la relación anual de su desempeño gubernamental antela Asamblea
Nacionalle ha proporcionado al hombre de cuartel que nos gobierna la
oportunidad para recurrir otra vez al
adagio latino. Esta vez, para aplicarlo
a la diputada y candidata a la candidatura presidencial María Corina Machado.
El
yaracuyano Manuel Rodríguez Cárdenas es autor de un nostálgico poema negroide
titulado Habladurías, en el que pone a un viejo negro, una noche y frente a un
fuego, a pintar a un grupo de sus iguales un país de ensueño, para lo cual
empezó hablando así: “Dicen que hay una tierra / para los negros / donde es
dulce y sabrosa la melaúra…”. Ello dio pie para que los que le escuchaban
suspensos, le cortaran el discurso, entusiasmados, para gritar: “¡Vámonos
pa´alla!”. Y en la medida en que el anciano proseguía el dibujo de una tierra
sin hambre, sin jefes civiles arbitrarios, sin serpientes venenosas… se
escenificaban nuevas interrupciones bajo el estribillo: “¡Vámonos pa´alla!”
EXPROPIAR ES ROBAR |
Con
cara de estatua griega de mármol, María Corina Machado había escuchado en la Asambleanacional durante más de ocho
horas la presentación hecha por Chávez dela Venezuelade hoy como la del país de
la melaúra, hasta que, sublevada por la extensión de la descarada mentira
contenida en sus afirmaciones, le interrumpió para evidenciar, en apenas tres
minutos, lo abiertamente contradictoria que la misma resultaba frente a la
verdad irrefutable de un país donde imperaban la escasez de alimentos, la
inseguridad… Y, de modo particularmente escandaloso, la práctica masiva e
indiscriminada de expropiaciones gubernamentales de propiedades privadas que
constituirían verdaderos robos.
“¿Usted
me está diciendo ladrón? le preguntó Chávez, en una primera reacción. En una segunda, con designio de quitarle
valor a los irrefutables argumentos de la diputada, se refirió al supuesto
porcentaje de popularidad (uno por ciento, según él) que le asignarían las
encuestas a María Corina en la carrera hacia la candidatura presidencial. Por
último, empleó contra ella esa suerte de trampa discursiva que puede llegar a
ser el argumento llamado en lógica ad hominem, que permite desviar la atención
del contenido de lo que se dice hacia la persona que lo dice, y afirmò, orondo:
“Aguila no caza moscas”. María Corina sería muy poca cosa como para que él,
Chávez, pantokrator bizantino, señor de Venezuela y parte de Paraguaná, se
ocupara de ella.
La
verdad verdadera -la verdad con
testigos, que diría el ex – Presidente colombiano Alvaro Uribe, y los testigos,
por cierto, fuimos millones- es que la audaz interrupción de María Corina hizo
el papel de una mosca introducida en la oceánica sopa de palabras servida por
Chávez ese día ala Asamblea y al entero país. Pocos se acordarán hoy de lo este
último dijo el viernes 13 de enero de 2012, día de muy mala suerte para él,
pero todos lo haremos de lo que en tres minutos María Corina Machado le
replicó, en plan antagónico. La frase: “Expropiar es robar” se está coreando hoy desdela Piedrade Cocuy
al Cabo San Román. Y si Chávez fue veraz – cosa muy rara en su práctica
política- en su alusión a porcentajes de preferencias políticas, hay buenas
razones para pensar que, al siguiente sábado 14, la popularidad de su audaz
contendora habría subido sustancialmente.
El
domingo 15, día en que María Corina presentó en Caracas, en un acto público de
grandes emociones, su programa de gobierno, centrado en la interesante
propuesta de un capitalismo popular (de paso sea dicho, la única francamente de
envergadura que hasta hoy ha provenido del sector de candidatos adversarios del
gobierno), tenemos la convicción de que
la adhesión a su candidatura debió aumentar todavía
más. El destino, hasta el próximo 12 de febrero, no sería
irremediablemente otro, según todo parece mostrar, que el de crecer. Y -¿por qué
no?- hasta el de ganar las programadas elecciones primarias de la oposición.
La
mosca de que habló Chávez está
resultando, pues, una de aquellas de las
que dijo el poeta español Antonio Machado (decir luego llevado a una por Joan
Manuel Serrat a una canción que recomendamos hoy volver a escuchar: Las
moscas), que eran a un tiempo, “familiares”, “amigas fieles” y “revoltosas”.
Por
eso advertimos, desde ya, al modestísimo Teniente-Coronel barinés doblado de
águila: ¡mosca con la mosca!
Post-scriptum
a propósito de águilas: en algún lugar leí hace tiempo que el Presidente norteamericano
Teodoro Roosevelt habría dicho que si a él le hubieran dado a escoger el animal
emblemático de su país, hubiera preferido que fuera el oso, de condición fuerte
y solitaria, y no el águila, porque a ésta caracterizaba la poca atractiva
condición de ser un ave carroñera.
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