No
quede duda alguna, comenzamos el año más importante de nuestra historia
democrática.
Muchos
venezolanos tenemos por delante dos grandes decisiones durante este año. En
febrero elegiremos al candidato que representará a las fuerzas de oposición en
las elecciones y en octubre escogeremos al presidente que nos gobernará por los
próximos 6 años.
Darle
continuidad de gobierno al chavismo representará haberles otorgado la
posibilidad de gobernar al país por no menos de veinte años. Hacer ganar a la
opción de oposición significaría la oportunidad de ser gobernados por una
opción diferente a lo vivido en los últimos 13 años.
Venezuela
está en nuestras manos, en manos de todos los venezolanos que acudiremos a las
urnas y expresaremos con votos nuestra manera de pensar, nuestro sueño de país
y nuestra genuina posición ante el futuro de la patria. Esto no lo resuelve el
imperialismo, el fidelismo ni ninguna de las instancias internacionales que nos
observan. A Venezuela sólo le podemos dar el rumbo los venezolanos.
Somos
los venezolanos los que resolveremos nuestro futuro en pleno uso de nuestra
herramienta de decisión representada por los votos. Somos nosotros, habiendo
abandonado una actitud apática, los que lograremos darle rumbo a nuestro manejo
político para que encaminemos a esta sociedad a logros superiores.
En
febrero tendremos la ocasión de demostrar la fortaleza de nuestra opción,
llenando masivamente los centros de votación, para demostrarnos a nosotros
mismos, de que tamaño es nuestra voluntad de cambio. Cada voto cuenta, cada
ciudadano en una cola de votación es una encuesta viviente. El gobierno
obligará a los empleados públicos a marchar, concentrarse o asistir a algún
lugar, para asegurarse de que no asistan a votar. Al resultado de ese día,
sumaremos esos votos contenidos por las vías de la autocracia gobiernera.
En
octubre asistiremos a las urnas para fijar posición sobre los que queremos para
nuestros hijos. No se deje impresionar por la propaganda oficial, las acciones
envolventes del gobierno, los gritos y el despliegue de recursos. Debajo de
cada piedra hay una madre que perdió un hijo, un trabajador que perdió su
puesto y un ciudadano indignado de ver a un funcionario derrochando dinero.
Debajo de cada piedra hay uno de los votos que lograron el 52% en las
elecciones de la Asamblea.
Ya
estamos tarde para incorporarnos al trabajo activo que requeriremos para
promover el cambio. No pregunte qué hacer, busque puesto en algún lugar y
comience desde ya a trabajar para garantizar que cada unos de nosotros suma a
favor de nuestra opción. Tenemos todas las oportunidades de lograr el cambio,
pero necesitamos trabajar activamente para asegurarlo.
Este
es el año Venezuela.
vienegrande@yahoo.es
@pereiralibre
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