Las últimas investigaciones
desarrolladas por el Instituto Subacuático de Economía Socialista han
establecido que no es Jorge Giordani, el hombre responsable de la planificación
y las finanzas de la Venezuela comunista de Hugo Chávez, el culpable de que el
país ande de banco de arena en banco de arena. No. El académico es apenas un
ejecutor, un mandadero, una especie de burócrata contratado para que de vez en
cuando asuma alguna vocería sin importancia.
Según el Instituto
Subacuático, Giordani, operador del submarino depende de las acciones de su
jefe el comandantepresidente del Celac, quien, además de amo de Venezuela y
todos los países de la periferia hambrientos de petróleo o platica, es el
verdadero diseñador y ejecutor de las políticas económicas que han colocado a
Venezuela entre los países más vulnerables del mundo, ni siquiera de la región
suramericana. No. Los pelantines del mundo. Y no faltaba más. Ningún país puede
aspirar a algo más que ser un latero internacional si se empeña en emular los
lineamientos que han hecho de Cuba un bodrio de país.
Las genialidades de Chávez
en esta materia, que a decir verdad son simplemente copias de las ocurrencias
de Fidel Castro por allá en los años 60, han logrado efectos milagrosos en un
país petrolero que atraviesa una excelente temporada de altos ingresos en razón
de lo único que produce más mal que bien: petróleo. El milagro consta en haber
transformado a Venezuela de un país pobre a un país hundido en la miseria y con
pocas posibilidades de salir de abajo, si se mantiene el machorreo chavista
como orientador general. La premisa de Chávez apunta a que mientras más plata
entra más feo está todo. Como en Cuba, aunque allá no entra sino la plata que
le manda Chávez como limosna disfrazada de acuerdo bilateral.
El Instituto Subacuático de
Economía Socialista, en razón de los grandes éxitos de la dupla Chávez-
Giordani en materia de volver más pobre a lo que ya es pobre, a pesar de tener
recursos para ser al menos una nación con una calidad de vida decente; ha decidido
enviar las claves del éxito a varias universidades de altísimo nivel. Espera el
Instituto que se abran cátedras para estudiar la economía y el progreso al
revés. Cómo hacer más pobre lo que ya es pobre, cátedra para Harvard, Yale o
Columbia, como mínimo.
VEAMOS LAS CLAVES.
1) Ejerza la presidencia de
su país como si se tratara de una feria televisiva. No trabaje nunca. Solo
dedíquese a hablar, cantar, echar cuentos y viajar a cada rato y a donde sea.
Insulte, mienta.
2) Si la agricultura de su
país más o menos cubre las necesidades internas, entonces confisque, expropie,
tome, invada, aprópiese de fincas, haciendas, hatos, terrenos. Cumplido este
paso, el segundo es fácil. Ponga una estatua de Marulanda, cómanse las vacas y
a beber. Ahí no crecerá ni una tuna. Otra opción es darle la finca a los
cubanos. Se robarán lo que queda.
3) Para industrias o
empresas, para el sector productivo en general, aplique la misma de arriba. No
olvide prometer mejoras salariales, mejores contratos, hacer la cadena
ofreciendo el cielo. Eso no falla. Pero la clave está es destruir la empresa y
además no cumplir a los trabajadores.
4) Confisque empresas
internacionales. No expropie. La clave es no pagar. Insulte y llévese al
Ejército el día del asalto a la planta o empresa y diga que es un acto de
soberanía y además ataque al país de donde es la empresa. Esto no falla. Nadie
invertirá ni una locha más nunca.
5) Declare la guerra a
países vecinos. Corra a sus empresarios. Persiga a quienes hacen negocios serios
y grandes con su país.
6) Ahogue al sector privado
de su país. Póngalos presos si es necesario.
7) Persiga a los medios de
comunicación. Así asegura la buena prensa que necesita todo país que requiera
inversiones.
8) Vístase de militar y diga
que su papá es Fidel Castro. Busque a los peores sátrapas del mundo y diga a
gritos que son sus amigos. Si hacen bombas atómicas mejor.
9) Suelte a todos los
malandros y asesinos del país. Que secuestren parejo todos los días. No ponga
preso a nadie y si caen presos déjelos libres.
10) Ataque el mercado de
capitales, ponga un buen control de cambio, explote el mercado paralelo.
Endeude, pero no invierta, en su principal industria. Si es petróleo seque los
pozos, si es hierro quiebra las empresas, si es oro entréguelo a las mafias o a
los militares.
Si hace esto bien, no
fallará. Su país será como Venezuela. Ese es el modelo. O Cuba, mucho mejor.
Twitter: @ejrl
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA