En horas de la noche, martes 4 de octubre 2011, sencillos y sentidos, pero merecidos, y ajenos a cualquier intervención oficial, han comenzado los honores post mortem por parte de su gente. Esa gente que reconoce en él, el gran presidente entre todos los demás, en el transcurrir de la democracia en Venezuela. Esa gente lo llevará por siempre en su recuerdo, por lo que su gestión significó. La obra de un hombre inolvidable, que comienza a ser entendida en su verdadera esencia.
“Habla Carlos Andrés Pérez”. Ese titular que encabezaba la entrevista que por fortuna pude realizarle, la última concedida en plenas facultades. Un texto histórico. Como si estuviera vivo, es de una vigencia absoluta. Asunto de ir línea a línea, para ser extrapolados a la reflexión obligatoria. Publicada un 20 de julio del 2003, en el diario 2001, lamentablemente el accidente cardiovascular el 27 de octubre de 2003, que lo aquejó tres meses después; interfirió en su capacidad para expresarse, aunque sin embargo, la misma vitalidad que lo caracterizó, su apremio, su vehemencia, su firmeza, estuvieron presentes cuando de la defensa o recuperación de la democracia se trató.
Los restos de Carlos Andrés Pérez, han llegado a su patria, a su país.
En horas de la noche, martes 4 de octubre 2011, sencillos y sentidos, pero merecidos, y ajenos a cualquier intervención oficial, han comenzado los honores post mortem por parte de su gente. Esa gente que reconoce en él, el gran presidente entre todos los demás, en el transcurrir de la democracia en Venezuela. Esa gente lo llevará por siempre en su recuerdo, por lo que su gestión significó. La obra de un hombre inolvidable, que comienza a ser entendida en su verdadera esencia.
El jueves 6 de octubre 2011, una vez sepultado cristianamente Carlos Andrés Pérez al lado de la tumba de su hija Thaís, quedará su lápida para conocimiento de las futuras generaciones, en ella inserta para la historia la clave de sus palabras, contenidas en textos, discursos, o respuestas. En esas palabras inevitablemente destinadas a trascender en los espacios de los tiempos.
Esas palabras capaces de mover los cimientos porque difícilmente no dejarán de retumbar los resquicios de los que aun, sienten temor y complejo supremo de lo que significa su presencia con su personalidad impetuosa y cautivadora. A pesar de su condición, sin cuerpo, en forma de restos.
Duro saber de su muerte aquel sábado 25 de diciembre de 2010. Me conforta el tesón de sus hijas (mención especial a Carolina) y esposa doña Blanca Rodríguez de Pérez, para vencer las barreras que se apostaron, y así hacer posible, como lo han hecho, traer sus restos al país por el que siempre luchó.
Era bueno dejarlo impreso y así hicimos una entrevista
Carlos Andrés Pérez, hace años, luego de marchar al exilio, consciente de la difícil situación de nuestra nación, me daba sus opiniones sobre los eventos previos al revocatorio que se llevaría a cabo un año después, el 15 de agosto del 2004. Le comenté que era bueno dejarlo impreso y así quedó en esa entrevista. Tan dispuesto, con ese ánimo para dar a conocer sus puntos de vista y de alguna manera aportar en la lucha por la democracia, en la que reconocía el valioso papel de las mujeres venezolanas, especialmente, no así de la dirigencia política.
Precisamente, porque caían (y todavía) en devaneos como aquel de salir a celebrar “Hay CNE” (no los menciono para evitar herir susceptibilidades), por parecerle inaceptable aplaudir una directiva impuesta por el régimen que no ofrecería garantía alguna al elector. Por cierto, en nuestros intercambios telefónicos o vía email, recuerdo incluso, me decía que “iba a halarle las orejas” a tal y cual.
En cuanto a esta especie de diálogo en exclusiva, me hizo saber que “para la solución de nuestra dramática crisis” que permitiera “devolverle a los venezolanos la convivencia democrática”, sin pretender que se “alarmen mis compatriotas”, como así dijo, mencionó “la aplicación del artículo 350 de la Constitución”. Pues estaba convencido que “La autocracia chavista no admite ni permite una salida que nos libre del camino que estoy señalando”. No estaba convencido del revocatorio. De hecho nos costó firmazos y más firmazos, más recontrafirmazos, todo un proceso traumático, que en efecto se perdió, nos lo robaron.
El ex presidente Carlos Andrés Pérez se sentía impotente además, por encontrarse en ese largo destierro que lo vio morir. Le afectaron los hechos del 11 de abril 2002. Evidente su deseo de estar junto a nosotros si bien le preocupaba ser factor de “perturbación”.
Lo que dice de Fidel Castro, tras dejar bien claro que su relación no fue ni de “complacencias ni blandenguerías con el tirano… Para Fidel Castro la presencia de Chávez ha significado un gran apoyo. Fidel se aprovecha de Chávez. El petróleo es uno de los ejemplos. A su vez Castro es el consejero de Chávez. Estoy seguro, como si lo estuviera oyendo, que le dice reiteradamente que no haga elecciones, que las revoluciones no se cuentan”.
Me es precioso mencionar, el otro encuentro, cuando nos reunimos en su oficina de la Torre las Delicias (antes de su segunda presidencia, no era aun ni candidato) para aquel diálogo que forma parte del libro La Otra Piel del año 1986, en esa grata ocasión me acompañó la escritora Norka Madrid de Armand. Juntas lo llevamos al plano de “lo nunca comentado”.
Con el tiempo, al releer sus opiniones, me impresiona su videncia, su claridad de entonces y firmes convicciones. Oportuno sacarlo de mis archivos y presentarlo a los lectores.
Martha Colmenares
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