La catástrofe, una de las causas para generar la condición de refugiado, se convirtió para este gobierno revolucionario en una gran oportunidad electoral, y su accionar, si acaso hay alguno realmente efectivo, no está dirigido a solucionar el problema de los afectados. Por mucho que los chavistas lloren en cámara y caminen de un refugio a otro con las cámaras de VTV, o en cadena, es notorio el proselitismo y el único interés por impresionar a un potencial número de electores.
Será a punta de maquetas |
Como en todo lo que hace el chavismo, su fin es ideológico y pragmático, es decir; en dos platos: busca adeptos o busca votos. Busca agradecidos o busca súbditos. No hay nada gratis. Siempre busca prensar a la víctima a objeto de que cuando se le pida devuelva el favor, o votando por micomandantepresidente o hablando en cámara sobre las virtudes del proceso. No es la única forma de pagar el favor recibido de la revolución, sea casita, empleo, misión, crédito o cupo en una universidad chavista. Se paga con votos, en principio. Pero esta gente sabe cobrar y además saben crear muy bien las condiciones para que los conejos no se le escapen.
Si usted es empleado público, debe estar agradecido de que el proceso lo mantenga ahí o que lo meta en alguna de las nóminas, especialmente las buenas, como la de Pdvsa. Pero ese 15 y último no es gratis. Usted debe ir a las marchas, debe cantar y bailar, debe aplaudir a micomandante, debe gritar histérico cuando vea a Elías Jaua, debe correr al balcón del pueblo para escuchar a micomandante cantando rancheras, debe colgar fotos del líder intergaláctico en su oficina, debe usar franela o chaquetón rojo, debe pasar escoba por las calles cuando se lo pidan, debe pintar de amarillo las orillas de las aceras que le pidan, debe inscribirse en el PSUV, debe aprenderse el himno del partido, debe convivir en las oficinas públicas con otros damnificados, debe llevarse bien con sus jefes militares, debe aceptar las amenazas con talante de sacrificado mártir de guerra y finalmente debe ir a votar, ser testigo, mover votantes, hacer las empanadas para los camaradas, pegar afiches, cargar cajas. Dejar que lo saquen de su casa en caso de que sean las cuatro de la tarde y no haya votado. Es decir, usted se convierte en esclavo del chavismo, en un damnificado político.
Casas de pura paja |
Y es lo que está ocurriendo con los damnificados por las lluvias, víctimas del agua, pero la desidia del gobierno que se pasó 12 años hablando paja y no construyó las soluciones habitacionales que requería el país y muy especialmente los pobres. Ser damnificado bajo el ala de este gobierno es casi como ser empleado público. La diferencia es que no le darán un empleo sino una casa o un apartamento un día de estos. Y para que no lo dejen fuera usted debe hacer todas las tares que ya se enumeraron para un empleado público. Mientras tanto recibe un techo en un centro comercial o en un hotel invadido, le llevan las tres comidas, le prestan médicos cubanos para que les regalen la pastillita azul, calarse los maltratos y abusos de los militares y morir callados, bien callados. Si protestan o hablan demasiado, chao casita.
Y lo pero es que, por los vientos que soplan, esas casas están más lejos que nunca. Las casas no se construyen con discursos ni cadenas. Mientras tanto, 53% de Venezuela, cree en que Chávez completará la Misión Vivienda.
Otros creen que será a punta de maquetas.
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