Producir 150.000 viviendas en Venezuela, en este año, usando la gerencia y los recursos que administra es poco menos que imposible. Si lo logra, prometo convertirme al chavismo.
150.000 viviendas, 12.500 por mes y más de cuatrocientas por día, es por lejos más, mucho más que lo que logramos hacer cuando en Venezuela había cemento suficiente, acero de construcción, maestros de obra portugueses, Bancos hipotecarios con un sistema fluido para financiar a los compradores y constructores, capacidad adquisitiva para lograr la movilidad social de los venezolanos y –más importante que eso- confianza en el país.
Construir esa cantidad de viviendas en toda Venezuela requiere de un plan rector que asigne usos a los terrenos urbanos, que considere que un urbanismo no es sólo una vivienda y que esos urbanismos deben acompañarse de escuelas, comercio, hospitales y el resto de los servicios que requiere la población. Haciendo cuentas de pulpero, esa cantidad de viviendas, a promedio grueso de 80 metros cuadrados, se convierten en 12 millones de metros cuadrados que al menos requieren de 8% de construcción adicional en servicios del edificio y circulación vertical y horizontal, eso es casi un millón de metros cuadrados adicionales. Si estimamos que cada unidad multifamiliar tendrá unos 60 apartamentos en promedio, estaríamos hablando de 2500 edificios en lo que resta del año: siete de esos edificios por día, sin dejar pasar un solo día, incluyendo el día del trabajador, el de la madre y el día que nos visita el niño Jesus. Chávez no sabe de lo que está hablando.
150.000 viviendas requieren de una previsión en vías de comunicación, agua potable, electricidad, manejo de aguas servidas, escuelas, comercios, centros de salud, parques para la recreación y más importante, plazas de trabajo en los lugares cercanos a esos urbanismos. Eso también requiere pulmón y trabajo parejo.
Toda la población de Guarenas y Guatire, nueva y vieja, incluyendo los complejos urbanos de clase media que se construyeron en los últimos veinte años, suma unas 400.000 almas. Las viviendas proyectadas por Chávez para este año, a promedio de 4 seres por vivienda, consolidará a 600.000 habitantes en total. En un año, en tan sólo un año.
Por último, si pensamos barato, a unos 300.000 mil bolívares por unidad (unos 70.000 verdes de cuatro treinta), se requieren unos diez mil millones de dólares –un tercio de las reservas internacionales- para construir sólo las viviendas, agregue veinte por ciento para los urbanismos y después chúpese una mandarina, pensando de dónde saldrá el dinero para esa misión, cuando PDVSA está a punto de emitir deuda por 3.000 millones de dólares porque no tiene dinero en caja para operar. Engañadores de viejitas.
Si Chávez lo logra, este año este país crecería no menos de 10% y ustedes queridos lectores, perderían a este escritor que se pasaría a las filas de la “revolución”. Promesa de hombre.
Enrique Pereira @pereiralibre
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