"Nos reprocháis, para decirlo de una vez, querer abolir vuestra propiedad. Pues sí, a eso es
a lo que aspiramos"
Marx/Engels, Manifiesto Comunista
Hay que multiplicar el capital politico del 26S y nuclearlo en torno a la defensa de un sistema de libertades públicas e individuales y hacer frente en todos los escenarios a la pretendida aniquilación del sector privado
Corren tiempos difíciles para todos los venezolanos. El proceso de destrucción que conduce el comandante presidente ha hecho caso omiso de los resultados electorales del 26S y fiel a sus dogmas, corre a la par de una feroz radicalización de tenor totalitario con la cual pretende dinamitar las bases del sector privado para implantar un modelo de afiliación comunista y ropaje democrático.
La ola de confiscaciones disfrazadas de expropiaciones que comenzó con las tierras agrícolas, y siguió con haciendas, televisoras, radios, cadenas de distribución de alimentos, bancos, comercios, supermercados, fábricas de envases de vidrio y ahora va por los conjuntos residenciales, no es otra cosa que la materialización de una vieja aspiración comunista, contenida en el propio Libro Rojo del PSUV, donde se define al partido: "como instrumento para ponerse al servicio del tránsito del capitalismo al socialismo, transformando progresivamente las relaciones de producción, de intercambio y de propiedad de los medios de producción para la liberación de la clase trabajadora, terminando con el control y monopolización de los medios de producción por la burguesía, transfiriéndolos al poder de los trabajadores y trabajadoras, a las comunidades y para sumarse a todos los pueblos del mundo en la tarea de enterrar al capitalismo y edificar un mundo nuevo, a la medida de una humanidad libre y plena. Esto implica la socialización de los medios de producción, la distribución racional de la tierra y de las riquezas, combatir la corrupción y el burocratismo".
No debe extrañanos que pronto la avanzada comunistoide arrase con otras instituciones. Lo peor de todo esto es la proverbial incapacidad que ha demostrado el Gobierno fagocitador, corrupto y botarate cuando asume tareas que antes estaban reservadas a los particulares: fundos y haciendas en el suelo, baja o nula producción, merma de la calidad de productos y servicios, subempleo, ineficiencia administrativa.
Datos de Conindustria indican "que el índice de escasez en los anaqueles de los mercados y supermercados sobrepasa 37%, debido al efecto de las expropiaciones". Carlos Machado Allison, experto en temas agrícolas, advierte que antes de esta arremetida expropiatoria Venezuela importaba 1.800 millones de dólares al año en alimentos, pero en el 2009 la cifra superó los 7.000 millones de dólares, lo que da una idea de la merma en la producción.
Frente a estas muy serias amenazas y el desconocimiento de la Constitución por la vía de los hechos, la oposición ha asumido un papel reactivo convocando una movilización contra las expropiaciones y en defensa de la propiedad privada. Bien por eso, aunque hay que ir más allá: hay que multiplicar el capital politico del 26S y nuclearlo en torno a la defensa de un sistema de libertades públicas e individuales y hacer frente en todos los escenarios a la pretendida aniquilación del sector privado porque es mucho lo que está en juego: no solo los derechos de las personas sino la propia integridad de la nación.
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA
a lo que aspiramos"
Marx/Engels, Manifiesto Comunista
Hay que multiplicar el capital politico del 26S y nuclearlo en torno a la defensa de un sistema de libertades públicas e individuales y hacer frente en todos los escenarios a la pretendida aniquilación del sector privado
Corren tiempos difíciles para todos los venezolanos. El proceso de destrucción que conduce el comandante presidente ha hecho caso omiso de los resultados electorales del 26S y fiel a sus dogmas, corre a la par de una feroz radicalización de tenor totalitario con la cual pretende dinamitar las bases del sector privado para implantar un modelo de afiliación comunista y ropaje democrático.
La ola de confiscaciones disfrazadas de expropiaciones que comenzó con las tierras agrícolas, y siguió con haciendas, televisoras, radios, cadenas de distribución de alimentos, bancos, comercios, supermercados, fábricas de envases de vidrio y ahora va por los conjuntos residenciales, no es otra cosa que la materialización de una vieja aspiración comunista, contenida en el propio Libro Rojo del PSUV, donde se define al partido: "como instrumento para ponerse al servicio del tránsito del capitalismo al socialismo, transformando progresivamente las relaciones de producción, de intercambio y de propiedad de los medios de producción para la liberación de la clase trabajadora, terminando con el control y monopolización de los medios de producción por la burguesía, transfiriéndolos al poder de los trabajadores y trabajadoras, a las comunidades y para sumarse a todos los pueblos del mundo en la tarea de enterrar al capitalismo y edificar un mundo nuevo, a la medida de una humanidad libre y plena. Esto implica la socialización de los medios de producción, la distribución racional de la tierra y de las riquezas, combatir la corrupción y el burocratismo".
No debe extrañanos que pronto la avanzada comunistoide arrase con otras instituciones. Lo peor de todo esto es la proverbial incapacidad que ha demostrado el Gobierno fagocitador, corrupto y botarate cuando asume tareas que antes estaban reservadas a los particulares: fundos y haciendas en el suelo, baja o nula producción, merma de la calidad de productos y servicios, subempleo, ineficiencia administrativa.
Datos de Conindustria indican "que el índice de escasez en los anaqueles de los mercados y supermercados sobrepasa 37%, debido al efecto de las expropiaciones". Carlos Machado Allison, experto en temas agrícolas, advierte que antes de esta arremetida expropiatoria Venezuela importaba 1.800 millones de dólares al año en alimentos, pero en el 2009 la cifra superó los 7.000 millones de dólares, lo que da una idea de la merma en la producción.
Frente a estas muy serias amenazas y el desconocimiento de la Constitución por la vía de los hechos, la oposición ha asumido un papel reactivo convocando una movilización contra las expropiaciones y en defensa de la propiedad privada. Bien por eso, aunque hay que ir más allá: hay que multiplicar el capital politico del 26S y nuclearlo en torno a la defensa de un sistema de libertades públicas e individuales y hacer frente en todos los escenarios a la pretendida aniquilación del sector privado porque es mucho lo que está en juego: no solo los derechos de las personas sino la propia integridad de la nación.
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