EL PROBLEMA SIGUE AHOGÁNDOSE EN LAS FALLAS ELÉCTRICAS. AUNQUE EL EMBALSE DEL GURÍ ESTÁ HASTA LOS TOPES. MIENTRAS EL PETRÓLEO BAJA, LA ECONOMÍA EMPEORA Y FIDEL CASTRO DEJA A TODOS CON LA BOCA ABIERTA
LA LUZ NO SE ENCIENDE
Aparte de las malas noticias económicas, que ya son cosas de todos los días –además de la criminalidad desatada, escenario permanente de la sociedad venezolana en todos sus niveles- la información permanente de la semana fue el grave problema eléctrico. Aparecieron noticias, principalmente de accidentes y apagones, prácticamente todos los dias.
Comenzó el sábado 4 con un apagón que dejó paralizado al Metro de Valencia por una falla en Planta Centro, gigante que no termina de arrancar, y seguían los problemas en la zona norte de Anzoátegui que venían desde el miércoles de la semana pasada, tras la explosión de una subestación en Barbacoa; el domingo 5 de septiembre un apagón enorme en Caracas, especialmente el sureste, y prolongado hasta el eje Guarenas-Guatire, que duró varias horas, y el lunes la Electricidad de Caracas empezó a hablar de investigación técnica “con el apoyo de los cuerpos de seguridad”.
Una nota de El Universal, el lunes 6, destaca “el caos eléctrico en el interior” e incluye declaraciones del propio ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez, que reconoce “una gran cantidad de transformadores que están sobrecargados…”. El martes 7 ya el gobierno empieza a acusar formalmente a la oposición de efectuar sabotajes, según informa Globovisión. Ese mismo día otra nota de El Universal destaca el tema en el cual han insistido todos los especialistas, la falta de mantenimiento, y hace ver que la política del gobierno, de “blindar” el servicio en Caracas –como gran centro de opinión e información, y potencialmente más conflictiva en protestas- simplemente no está funcionando. Ese martes 7 también se produjo un largo apagón entre los kilómetros 13 y 20 de El Junquito, y casi a media noche Corpoelec seguía diciendo que el problema se arreglaría en “dos o tres horas”.
El miércoles 8 los problemas siguieron apareciendo. Cadafe logra restituir parte del servicio eléctrico en Falcón, pero fue aguacerito de verano, los problemas continuaron durante la semana perjudicando a la capital, Coro, y a toda Paraguaná. El problema fue tan grave que hasta el diario oficialista Correo del Orinoco lo informó en nota destacada, una caída de 180 megavatios “que representa la totalidad del suministro eléctrico de la ciudad de Coro y de la península de Paraguaná”. En Coro por la noche se produjeron fuertes protestas de calle por vecinos que quemaron cauchos y bloquearon calles. El miércoles Paraguaná seguía sin electricidad.
Se informó ese miércoles que la Corporación Andina de Fomento había aprobado otros dos –tómese nota de esas palabras, “otros dos”, porque han sido varios- créditos por US $ 387.000.000.oo para “financiar el desarrollo de instalaciones eléctricas en el oeste de Venezuela” –el estado Zulia, con el detalle de que la planta termoeléctrica Termozulia III ya había recibido 600 millones de dólares previos de la CAF. O sea, por plata que no se diga. Ese mismo miércoles una nota en Tal Cual insiste en el tema de la ineficiencia como causa importante de las fallas, incluyendo en ella la falta de vigilancia.
Se destaca ese mismo miércoles, en El Universal, como parte del problema nacional, la obsolescencia e insuficiencia de los equipos de transmisión, como subestaciones y transformadores que deben facilitar el transporte de energía hasta un máximo de 80 %, según estándares internacionales, y sin embargo “la mayoría está trabajando a 110 % e incluso a 130 % en el oriente del país”.
El jueves sigue hablándose del tema de mantenimiento, como parte del “desorden” gubernamental por la falta de inversión a tiempo, razón por la cual están sufriendo fallas de servicio millones de venezolanos prácticamente todos los días. Señalan especialistas que el gobierno se ha estado ocupando de la generación, pero no de la distribución ni del mantenimiento: “los equipos están viejos y permanentemente sobrecargados, y por eso explotan”. El dirigente de Primero Justicia Ramón Muchacho se tomó la molestia de contar los apagones, y afirmó que en apenas doce meses –agosto 2009 a julio 2010- se habían producido en el país 1.020 apagones no programados que, sumados a los programados, dan un total de 1.718 caídas de servicio.
El mismo jueves se anunció que ya se habían comenzado a activar el resguardo de las instalaciones eléctricas, con funcionarios de gobernaciones, militares y Corpoelec; se informó que las líneas de transmisión serán vigiladas por miembros de la Milicia. Un directivo de la Electricidad de Caracas informó que desde la estatización de la empresa, se ha duplicado su capacidad de servicio con una inversión de US $ 2.000 millones, y un directivo del sindicato de esa compañía propuso una buena idea: que las plantas de uso en empresas y hogares no paguen impuestos, después de todo ayudan a los usuarios y contribuyen a ahorrar electricidad.
Y el jueves Paraguaná volvió a quedarse sin luz, el segundo gran apagón en la zona en tres días.
El viernes 10 el ministro de Defensa anunció que las principales estaciones y líneas eléctricas están siendo sobrevoladas por helicópteros militares, y que se han desplegado efectivos militares en las subestaciones del área metropolitana de Caracas. Pero ese mismo día, en El Nacional, se informa sobre otro de los problemas que contribuyen a colapsar una red exhausta y desgastada: las invasiones tan populares a lo largo de este gobierno. Los invasores se instalan en terrenos vacíos en los cuales por supuesto no hay electricidad, y en cuanto montan sus ranchos se conectan al poste más cercano; un incremento de consumo que no sólo recarga aún más las redes, sino que no se cobra y entra en las pérdidas de las empresas. A esto se añade una cuestión de la cual poco se habla: las dificultades de las familias de clases medias y populares para conseguir viviendas propias o alquiladas para los jóvenes que forman sus propias familias. Una gran cantidad simplemente amplía sus propias casas y apartamentos para dar cobijo a los hijos adultos o para alquilar y, obviamente, incrementan su consumo eléctrico.
Y para mantener la costumbre, ese viernes se produjo otro apagón en Los Naranjos, Cerro Verde, La Tahona y el Alto Hatillo, y se denunciaron constantes intermitencias en Los Chorros, Sebucán y Santa Eduvigis.
La larga relación muestra que la electricidad y su suministro a la población siguen siendo un problema de enorme gravedad para la sociedad en su bienestar, y para el gobierno en su imagen de eficiencia y en sus objetivos políticos. Un problema que no van a resolver de aquí al 26 de septiembre ni en los meses posteriores, porque hasta ahora el gobierno ha demostrado, no sólo que no hizo nada al menos hasta 2009, sino que lo que está haciendo ahora es poco, tardío, muy complejo y con gran ineficiencia.
EL PETRÓLEO SUBE Y BAJA… EN VENEZUELA BAJA LA PRODUCCIÓN
A lo largo de la semana se produjeron varias informaciones sobre el mercado petrolero. En el mercado internacional, particularmente los crudos livianos y de mayor precio por su calidad de mercado, suben y bajan con alternabilidad de días, en relación más a especulaciones bursátiles que a realidades del mercado.
La realidad la muestra la OPEP, que conoce bien todos los tipos de crudo, desde los livianísimos y altamente deseados de los árabes hasta los pesados y complicados de la Faja del Orinoco, mantiene extrema prudencia y no prevé alzas en la demanda, que es el verdadero marcador a tomar en cuenta. La recuperación de las economías en general, y especialmente de las que marcan diferencia, con la única excepción de China, es lenta, por no decir casi inmóvil. Y así está y parece que seguirá la demanda.
Si se mantiene la producción mundial, aunque no crezca mucho, y la demanda actual y próxima está satisfecha, los depósitos se van llenando. Y los precios siguen ahí. Suben unos centavos, bajan unos centavos, dependiendo especialmente de la relación dólar-euro que permite a unos cuantos especular, compran si el dólar baja, venden si el dólar sube.
Los especialistas coinciden –OPEP incluída- en que el precio petrolero se va a seguir sosteniendo alrededor de los 70/75 dólares, que es una cifra para muchos confortable y rentable.
Excepto en venezuela.
El precio promedio de la cesta petrolera venezolana, desde los livianos y cada vez menos explotados crudos del Zulia hasta los extrapesados de la Faja del Orinoco-, suele estar varios dólares por debajo de los marcadores líderes que dan vueltas entre 70 y 75 dólares por barril –la semana que terminó el 4 de septiembre estaba en un promedio de US $ 66,77, que es bastante más que el precio estimado por el gobierno para definir su presupuesto 2010. Pero la industria venezolana sigue teniendo varios problemas que la ahogan.
Además de la pérdida de una gran cantidad de especialistas a raíz de la decisión de Chávez de echar a la calle a 20.000 petroleros en 2002 –buena parte de los cuales están ahora transformando a la industria petrolera colombiana de un sector pequeño en una industria que se asoma a la competencia internacional, fortificando la extracción y explotación del crudo extrapesado del Canadá y regados en empresas petroleras de todo el mundo- falta que ahora se nota en la baja de eficiencia y en los constantes accidentes, Pdvsa se ha visto obligada a repartir su personal, su tiempo y mucho de su dinero en los más variados inventos sociales y políticos de Chávez –el más escandaloso de todos, el de las compras desordenadas y en exceso inmanejable de alimentos. Eso, sin contar con que los veintitantos mil especialistas echados, han sido sustituidos por alrededor de 70.000 trabajadores de todo tipo, franelas rojas incluidos, y sin comentar las presiones de cientos -¿quizás miles?- de quienes fueron dejados sin empleo por la estatización de proveedores y a los cuales se les ofreció, sin cumplimiento mayoritario hasta ahora, ingresar a la abultada nómina petrolera.
Hay que agregar los crecientes requerimientos de diesel y fuel oil para las plantas termoeléctricas, desde las grandes hasta las poco útiles y costosas plantitas cubanas, con lo cual miles de barriles de derivados no pueden venderse fuera del país a precios internacionales, sino dentro de Venezuela a precios de regalo con los cuales Pdvsa pierde hasta la camisa. Súmese el compromiso de petróleo a China, envíos que deberán llegar a los 100.000 barriles diarios, y que, puesto que no hay aumento de producción por parte de Pdvsa, salen de lo que se enviaba principalmente a Estados Unidos –no salen, lamentablemente, de los 100.000 improductivos barriles que se envían a Cuba y al micromercado de Petrocaribe. En 1962, dice una nota de Tal Cual del lunes 6, se extraían 3.200.000 barriles diarios de petróleo venezolano; en 2010, se están extrayendo 3.100.000 barriles diarios. O sea, como el cangrejo.
Para alcanzar una producción de 4,5 millones de barriles, de acuerdo a su plan de inversiones 2010-2015, Pdvsa necesita invertir US $ 252.000 millones, que, obviamente, no tiene ni parece que vaya a tener. La única salida es abrir puertas a los empresas extranjeras; no a las microempresas de países con intereses propagandísticos y políticos de Chávez, sino a los gigantes que realmente tienen esos recursos.
Ciertamente Pdvsa ha estado invirtiendo cada más recursos propios, decreciendo así sus aportes a los programas sociales chavistas, pero está lejos de lograr las sumas necesarias. Y esos gigantes, que saben lo que tienen, lo que tiene Venezuela y la realidad de la demanda mundial, están unos ya aquí y otros terminarán viniendo. Pero no tienen por qué ser generosos con su dinero. Y eso incluye a los chinos, que no han comprometido en Venezuela US $ 20.000 millones –la mitad, no se olvide, en yuanes que sólo sirven para hacer compras en China- por simple solidaridad.
Como detalle, una nota de Globovisión del viernes 10 informaba que la OPEP prevé un “ligero descenso de la demanda mundial de crudo en el segundo semestre de 2010” –ya estamos en el tercer mes de ese semestre.
Y LAS ANGUSTIAS DE SIEMPRE
La prensa de esta semana pasada estuvo prolífica, como siempre suele estarlo, con los problemas de la producción agrícola. El comentario –la queja, diríamos mejor- es mas o menos el mismo. Han bajado las áreas sembradas, han bajado los volúmenes de cosecha, han subido los salarios, han subido los costos de producción. Todo cambia excepto los precios que el gobierno regula. La producción agrícola desciende, el gobierno arregla el problema haciendo crecer las importaciones.
El jueves el Vicepresidente Jaua anunció la “adecuación” –manera socialista y política de decir “aumento”- de tres productos agrícolas: maíz, arroz y girasol. Siguen pendientes el azúcar, los otros granos, el café y diversos productos.
Ese mismo dia la ex ministra cubana de tan cuestionada actuación en la programación de compra de alimentos para Pdval, la señora Bárbara Castillo, y que ahora resulta haber sido transferida al aparentemente poco funcional Plan Café, habría planteado a los angustiados caficultores venezolanos, quejosos de los precios regulados y bajos, la misma idea que por décadas fracasó rotundamente en Cuba, la de entrenar estudiantes e integrantes de las milicias –que parece que van dando para todo- para que ayuden en la recolección de café, como una forma de bajar los costos, al menos según ella. Alguien debió haberle recordado a la ex ministra lo que ella debe saber muy bien: que lo de los estudiantes y otros ayudantes a cortar caña en Cuba no sólo no mejoró la producción, sino que la empeoró.
La información apareció en El Nacional de este viernes, pero ya el lunes el mismo diario había advertido que la producción nacional de café había caído 41,3 % en 9 años.
LA ECONOMÍA, PEOR
A lo largo de la semana la economía venezolana tuvo información constante. Toda mala. Es simple, no alcanzan los dólares, el gobierno bajó el otorgamiento de divisas para importaciones al mismo país al cual ha impulsado a ser un importador de casi todo, productos e insumos no vienen, los precios suben.
En información del lunes 6 el ministro de Planificación y Economía, el incombustible Jorge Giordani, soltaba uno de sus tradicionales discursos de optimismo. Más o menos dijo que estos tiempos duros y de economía deprimida son una especie de gimnasio en el cual la economia saca musculatura –es decir, producción y el aparato productivo- y así se está fortaleciendo. O sea, que va a mejorar. El jueves Descifrado citó al presidente del BCV, Nelson Merentes, pronosticando que para 2012 y 2013 el índice inflacionario venezolano se reducirá 10 % y después caerá a un solo dígito, y que “la economía saldrá a la superficie a partir del cuarto trimestre de este año –o sea, después de las elecciones parlamentarias- y mantendrá a partir de entonces un crecimiento sostenido”.
PERO PARECE QUE NADIE LES CREE.
Declaraciones de especialistas como DF Maza Zabala, Manuel Rodríguez Mena, Orlando Ochoa, la Cepal (Globovisión, martes 7), la Academia de Ciencias Económicas (el mismo día), Jorge Botti, presidente de la comisión de economía de Fedecámaras (Globovisión, miércoles 8), el Financial Times (jueves 9), la cesta alimentaria, cuyo costo sigue creciendo mes a mes y las familias que viven de uno a tres salarios mínimos que nbo les alcanzan, muestran claramente que no le creen a Giordani, ni a Merentes ni a Chávez.
Barclays Capìtal, en cambio, mostró un optimismo que en el fondo es pesimismo económico (El Universal, viernes 10). Piensan que “si Chávez es derrotado en la próxima cita electoral no es descartable que se mueva hacia el centro, ya que el socialismo del siglo XXI no es popular entre los venezolanos”. Eso puede ser mucho creer, pero aún en esa circunstancia prevén una devaluación en 2011 en busca de bolivares, pues no contemplan alzas sustanciales del petróleo. Según Barclays, Chávez estaría simplemente preparando medidas en función de dar más bolívares al gobierno en beneficio de su propia candidatura presidencial en 2012.
Menos confianza se produce cuando Chávez nombra a un teniente coronel presidente de los bancos Bicentenario y del Pueblo, y a Giordani director del BCV.
LOS CHINOS EN COLOMBIA
Este martes una noticia pasó un poco por debajo de la mesa (El Nacional). Nada menos que el ministro de Defensa de China visitó Bogotá con una gran sonrisa, 1 millón de dólares de regalo para adquisiciones militares y el compromiso de intercambiar instructores y provisión de material logístico. No somos internacionalistas, pero 1 millón de dólares no da para muchas armas, pensamos que lo que cuenta es el símbolo y el mensaje a Washington de que “ya estamos aquí también, Mr. Obama” donde cada día hay más petróleo; y este mensaje también puede ser hacia Miraflores –especulación nuestra.
PATRIA, CÁRCEL O BAJO TIERRA
Nuevamente el ya famoso general Benavides, de la Guardia Nacional, estremeció al país, esta vez no por un discurso a sus guardias nacionales fortaleciéndolos en su disposición a reprimir, sino porque dijo el martes (El Nacional) que el destino de los criminales sólo tenía dos salidas: o la cárcel o bajo tierra, es decir, presos o muertos. Explicó que no se debían contar, entre las estadísticas de mortandad venezolana, a los delincuentes caídos en enfrentamientos con los cuerpos policiales.
Y SE ARMÓ EL ZAFARRANCHO.
Se acusó al militar de estar prácticamente dando permiso a policías y guardias nacionales para ajusticiar a los delincuentes, que no es ésa la solución del gravísimo problema de la criminalidad desatada, etc. Todas esas críticas tienen razón, hay muchas formas y métodos, que además poco o nada se aplican en Venezuela, para el control de la delincuencia, empezando por la falta de programaciones –y su cumplimiento- sociales y económicas a mediano y largo plazo, el mejoramiento del sistema judicial, la transformación a fondo de las cárceles, la depuración en profundidad y la reconstrucción de los cuerpos policiales.
Pero hay otra circunstancia, al mismo tiempo. Que eso que dijo el general lo cree mucha gente; no asesinos, sino simples vecinos que mueren todos los días a manos de la delincuencia. El tema no es sencillo y el general Benavides ha terminado por expresar, en un mismo planteamiento, el fracaso del gobierno en estos once años y la desesperación de los ciudadanos victimizados.
FIDEL Y LOS DELFINES
Se adelantó un poco por internet, como de costumbre, pero la cosa reventó el miércoles cuando El Nacional reprodujo unas desconcertantes declaraciones –desconcertantes porque venían de quien venían- de Fidel Castro hablando de los judíos como pudiera hacerlo un judío; reconoció la feroz, injusta y permanente acusación de haber matado a Dios que los ha llevado a padecer persecuciones, prisiones, torturas, muerte y humillaciones por más de 2.000 años; pidió que no se les injuriara más y además se lo recomendó nada menos que a Ahmadinejad, a quien le aclaró, además, que el Holocausto que el iraní niega efectivamente se produjo y no hay nada que se le pueda comparar –de paso advirtió que la guerra nuclear puede venir porque Irán no va a echar para atrás en el tema nuclear.
El jueves Castro fue más allá, porque dijo que el modelo cubano ya no le sirve ni siquiera a Cuba. Eso ya fue el no va más.
Castro dejaba colgados de la brocha nada menos que a Ahmadinejd con lo de los judíos –Chávez, días antes, había negado ser enemigo del pueblo judío y anunció un encuentro con dirigentes de la comunidad en Venezuela- e inmediatamente después a Chávez, con lo del modelo comunista que tánto se ha empeñado en promover e instalar en Venezuela.
El sábado Fidel Castro trató de enmendar la plana y aseguró, en un discurso en la Universidad de La Habana, que el periodista lo había malinterpretado, y que a lo que él se refería como modelo que ya no sirve, era al capitalismo. Pero a esas alturas ya todo el mundo se había leído la entrevista original en The Atlantic Review y, encima, Castro mismo reconoció la seriedad del periodista –el prestigioso columnista de esa revista Jeffrey Goldberg- y aclaró que había reproducido sus frases tal como él las había dicho, que lo único malo era que había sido malinterpretado. Goldberg, por su parte, insistió en que no había malintepretado nada, y que la frase era textual.
Por si fuera poco, si en Cuba nadie se había enterado, con el discurso aclaratorio más de uno se enteró, y la entrevista debe andar circulando por ahí. En Irán y Venezuela, silencios absolutos. Las declaraciones del dirigente cubano fueron hechas en una entrevista a Goldberg –traductora y grabadora incluídas- en un parque de La Habana el lunes, durante una presentación privada para Castro de un show de delfines.
AHORA, SEGUIRÁN LAS ESPECULACIONES.
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