Respetada colega y amiga
MERCEDES MONTERO:
Muy acertado tu análisis y más acertado aún que lo hayas completado con los anexos que envías. Sólo queda recordarte que la condición de 'presos políticos' es más extensa que esas listas de 29 ó 31 'retenidos de conciencia', porque políticamente estamos presos en este 'ex-país' (Agustín Muñoz dixit) todos a los que se nos han conculcado nuestros derechos ciudadanos, civiles y humanos, por parte de este régimen, forajido y neocomunista.
En esa condición están, en primera fila, los más de 18.000 trabajadores petroleros, expulsados ilegalmente de PDVSA y de empresas contratistas por el simple hecho de ejercer un derecho constitucional: Plegarse a una huelga nacional, convocada simultáneamente por la CTV, Fedecámaras y otras organizaciones civiles, en defensa de valores corporativos que ellos consideraron violados, como la meritocracia y demás procesos que fueron burdamente violentados por los 'directores rojitos' nombrados por H.Ch.F. para penetrar y desmantelar una de las más importantes y productivas industrias a nivel mundial, con el único propósito de 'meter mano' en la administración de la empresa y utilizar los 'petrodólares' para su proyecto político personal.
Estos miles de trabajadores petroleros no están retenidos en Ramo Verde ni en los tenebrosos calabozos del SEBIN, pero son tan presos políticos como aquellos que sí lo están, porque a esos miles de trabajadores petroleros que firmaron en 2003 el 'referendum consultivo, el des gobierno que preside 'El Héroe del Museo Militar' les niega derechos laborales, les roba sus haberes en cajas de ahorro y les'desaparece' sus expedientes petitorios en el Ministerio del Trabajo. A esos venezolanos se les niega sus derechos humanos al convertirles es una 'secta de trabajadores parias', a quienes las empresas nacionales o extranjeras que operan en el país no pueden contratar, so pena de perder los contratos con 'la industria'.además de permanecer desde entonces en un limbo legal (El Ministerio del Trabajo no se ha pronunciado en todos estos años por sus solicitudes de 'calificación de despido patronal' a la que tienen derecho -y de paso 'desapareció' los expedientes introducidos), y les aplica un vergonzoso 'aparteid laboral' no sólo en la industria petrolera privada y estatal en Venezuela, también en Bolivia, Ecuador y Argentina, cuyos gobiernos chulos cumplen con ese 'aparteid' y lo ejecutan para asegurarse las provisiones de petrodólares que maneja a su antojo el Innombrable que controla a voluntad -por ahora- todos los poderes públicos del Estado.
Ellos y nosotros, mi querida Mercedes, vivimos y padecemos los efectos sociales y psicológicos de una diáspora, que como la de los judíos, los ha llevado hacia los confines más alejados del planeta, separando familias y desmembrando hogares. Padres petroleros que ven marchar a sus hijos hacia el exterior porque no pueden garantizarle la continuidad de sus estudios universitarios, o la posibilidad de una vida estable para su independencia. Hijos que con lágrimas despiden a sus padres en los aeropuertos internacionales porque van en búsqueda de nuevos horizontes más allá de nuestras fronteras. Abuelos y tíos que se reúnen semanalmente para compartir noticias, fotos y videos de esos 'legionarios' que están fuera del país porque el pito de Chávez y la ignominia de Ramírez les truncó las esperanzas un nefando domingo, desde el mediático 'Aló Presidente'.
Todos los que por alguna razón quedamos en Venezuela también somos presos políticos. Somos miles los silenciosos y políticamente 'transparentes' presos que tiene Chávez.
Y tan sólo te he mencionado los otros presos políticos que provienen de la industria petrolera. A ellos debes añadir los miles de jóvenes, que bajo la figura de exilados políticos, han tenido que emigrar de Venezuela para construirse un futuro estable que merecen, porque las políticas económicas del neocomunismo chavista son tan restrictivas con el inversor privado que se ha diezmado, literalmente, la planta industrial y operativa del país, llevándola de 16.500 empresas medianas y grandes que operaban a finales de 1998, a menos de 6.000 en la presente fecha.
Un ejemplo de la fuga de talento la puedes observar en el IVIC y en el INTEVEP. Ambos centros de investigación de alto nivel científico han sido desmantelados. El IVIC ha perdido el reconocimiento internacional y el talento humano que hicieron de ese instituto el único en latinoamérica comparable al M.I.T. El INTEVEP, desde cuyos laboratorios surgió la Orimulsión (ahora en manos chinas) y mucha de la tecnología con patente internacional para el manejo y recuperación de crudos pesados y extrapesados, fue desmantelado y cerrado.
Como colofón, respetada colega, sólo me queda decirte que el régimen neocomunista de Hugo Chávez quiere transformar al país en una gran cárcel, siguiendo las directrices de Fidel Castro, el cadáver insepulto que ha subyugado a Cuba hace más de 50 años. Lo hace al negarnos el acceso libre a las divisas internacionales. Lo hace cuando estrangula los procedimientos para renovar un pasaporte venezolano. Y lo seguirá haciendo por múltiples vías, hasta que un día 'x' con el hambre y el desespero a cuestas, los civiles -(mas no los militares que vocean la inconstitucional arenga 'patria, socialismo o muerte... venceremos')- salgamos a la calle a derrocar a este régimen putrefacto, tan podrido como los miles de contenedores de 'Pudreval', y reinstauremos una nueva 'res-pública', es decir, un nuevo 'asunto-de-lo-público' basado en valores liberales, con independencia genuina y comprobable de los poderes públicos, con un Estado restringido a lo que debe hacer en virtud de la voluntad de los ciudadanos, y con un Gobierno encargado a exclusividad de gobernar, de hacer cumplir las leyes y de salvaguardar la integridad territorial. Mientras tanto, querida Mercedes, ..¡Todos somos presos políticos en Venezuela!
Andrés Simón Moreno Arreche
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