El refrán dice que cuando el río suena, piedras trae; y la conseja popular nos enseña que Chávez padece una obsesión edípica con la Cuba castrista, a la que llamó mar de la felicidad. Chávez, en su plan socialista, promete a los venezolanos la máxima felicidad para el "pueblo", es decir, sus borregos. Esa máxima felicidad es la que el bien llamado "Chacumbele" por Petkoff, insiste en imponernos. Leamos un nota de Mauricio Vicent, del diario El País, España, (04/05/2010, El Nacional) sobre el estado actual de la felicidad cubana.
"Un trabajador cubano dormita sobre una carretilla... otro, sentado en un pedrusco, se limpia las uñas con un alambre. Sólo un tercero da unos golpes de cincel en un murete, tampoco demasiados. La escena es de estos días, y esta brigada estatal que trabaja en las afueras de la Habana es representativa de lo que sucede en todo el país; en la Cuba socialista uno puede comer en una cafetería de 10 mesas atendida por 20 empleados, hay empresas con tantos inspectores y vigilantes como obreros y la plantilla nacional de dirigentes supera las 380 mil personas, casi 9% de los trabajadores estatales" (negritas mías).
"Raúl Castro lo admitió hace tiempo: los salarios no alcanzan. Obviamente, ganar el equivalente a 17 dólares al mes no estimula la productividad, pero el problema de las nóminas infladas no es menos grave. El 4 de abril, el presidente cubano reconoció que en el sector estatal sobran 1 millón de puestos de trabajo. Una barbaridad: esto representa 1 de cada 4 cubanos que trabaja para el Estado".
"Si durante medio siglo el pleno empleo ficticio fue un emblema de la Revolución, como la educación y la salud, hoy lastra la economía y entrampa la salida de la crisis. Con 11,2 millones de habitantes y una fuerza laboral de 4,9 millones de personas de las que más de 4 millones trabajan en el sector estatal-, Cuba se encuentra en una encrucijada. Un millón de trabajadores sobrantes es un grave problema político, pero hacer esta reconversión es de necesidad imperiosa, advierten los economistas".
"El Gobierno ha adelantado que las soluciones del pasado no son una opción. Antes, a los trabajadores cesantes se les enviaba a casa con una prolongada garantía salarial o se les ofrecía la posibilidad de estudiar, cobrando el sueldo completo. Esto se acabó".
"La salida, según la mayoría de los analistas, es de cajón: el Gobierno debe extender la iniciativa privada y fomentar cooperativas y Pymes en los sectores que el Estado es incapaz de administrar con eficiencia".
En Venezuela, los cubanos están hasta en la sopa: tienen en sus manos la base de datos de los venezolanos y el colmo llega hasta tener asesores claves en la FAN, como lo denunció con el Gral. Antonio Rivero. La ceguera autoritaria de Chávez no le permitirá hallar la salida de cajón que menciona el periodista español. El acoso a las empresas Polar, a los hacendados, comerciantes, mataderos, frigoríficos y todo aquel que tenga una actividad productiva lo demuestra rotundamente.
"Un trabajador cubano dormita sobre una carretilla... otro, sentado en un pedrusco, se limpia las uñas con un alambre. Sólo un tercero da unos golpes de cincel en un murete, tampoco demasiados. La escena es de estos días, y esta brigada estatal que trabaja en las afueras de la Habana es representativa de lo que sucede en todo el país; en la Cuba socialista uno puede comer en una cafetería de 10 mesas atendida por 20 empleados, hay empresas con tantos inspectores y vigilantes como obreros y la plantilla nacional de dirigentes supera las 380 mil personas, casi 9% de los trabajadores estatales" (negritas mías).
"Raúl Castro lo admitió hace tiempo: los salarios no alcanzan. Obviamente, ganar el equivalente a 17 dólares al mes no estimula la productividad, pero el problema de las nóminas infladas no es menos grave. El 4 de abril, el presidente cubano reconoció que en el sector estatal sobran 1 millón de puestos de trabajo. Una barbaridad: esto representa 1 de cada 4 cubanos que trabaja para el Estado".
"Si durante medio siglo el pleno empleo ficticio fue un emblema de la Revolución, como la educación y la salud, hoy lastra la economía y entrampa la salida de la crisis. Con 11,2 millones de habitantes y una fuerza laboral de 4,9 millones de personas de las que más de 4 millones trabajan en el sector estatal-, Cuba se encuentra en una encrucijada. Un millón de trabajadores sobrantes es un grave problema político, pero hacer esta reconversión es de necesidad imperiosa, advierten los economistas".
"El Gobierno ha adelantado que las soluciones del pasado no son una opción. Antes, a los trabajadores cesantes se les enviaba a casa con una prolongada garantía salarial o se les ofrecía la posibilidad de estudiar, cobrando el sueldo completo. Esto se acabó".
"La salida, según la mayoría de los analistas, es de cajón: el Gobierno debe extender la iniciativa privada y fomentar cooperativas y Pymes en los sectores que el Estado es incapaz de administrar con eficiencia".
En Venezuela, los cubanos están hasta en la sopa: tienen en sus manos la base de datos de los venezolanos y el colmo llega hasta tener asesores claves en la FAN, como lo denunció con el Gral. Antonio Rivero. La ceguera autoritaria de Chávez no le permitirá hallar la salida de cajón que menciona el periodista español. El acoso a las empresas Polar, a los hacendados, comerciantes, mataderos, frigoríficos y todo aquel que tenga una actividad productiva lo demuestra rotundamente.
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