El Gobierno de Honduras a la opinión pública nacional e internacional reitera su posición de respetar letra por letra, punto por punto, el Acuerdo Tegucigalpa/San José suscrito el 30 de noviembre del 2009, como resultado del Dialogo Guaymuras. Así mismo, reiteramos nuestro compromiso de continuar con el proceso que ya ha sido iniciado conforme a los puntos convenidos en dicho Acuerdo.
1. El Gobierno de Hondura suscribió el acuerdo, de buena fe, confiando lograr “La reconciliación nacional y el fortalecimiento de la democracia en Honduras”, y continúa comprometido en su total cumplimiento. El acuerdo fue finalmente logrado, como culminación de un largo proceso de diálogo y de negociación, bajo acertada mediación de distinguidos funcionarios del Gobierno norteamericano y de la Organización de Estados Americanos, OEA. Es necesario recordar, que varias veces, durante el proceso de diálogo tanto el Secretario General Jose Miguel Insulza como el Gobierno de Estados Unidos, expresaron que ambos respetarían cualquier acuerdo al que llegasen las partes.
2. Sorpresivamente y mientras se arreglaba la forma de integrar el “Gobierno de Unidad y de Reconciliación Nacional”, una vez iniciado el proceso para dar cumplimiento al punto Numero 5 e instalar la Comisión de Verificación contemplada en el punto número 6, nos enteramos que una de las partes, por diferencias, declara el acuerdo “letra muerta” y unilateralmente decide retirarse del mismo, negándose a ofrecer las propuestas para la integración del Gabinete de Reconciliación.
3. Este desacuerdo lo utiliza la otra parte como pretexto para retirarse unilateralmente del proceso de cumplimiento del acuerdo y declararlo fracasado. Este cambio de actitud de una de las partes, coincide con los pronunciamientos del Grupo de Río, especialmente de los países del ALBA, quienes se muestran escépticos al acuerdo al preguntarse ¿cómo el señor Zelaya había sido capaz de suscribir dicho documento?, conminándolo a declararlo fracasado.
4. No es inusual que surjan distintas posiciones de cómo dar cumplimiento a los puntos de aplicación del acuerdo, pero la buena fe se demuestra, resolviendo los desacuerdos dentro del marco del arreglo. Para ello se convino en una Comisión de Verificación cuya labor consiste, entre otras, en alentar las conductas de las partes a mantenerse dentro del marco del Acuerdo y ayudar a resolver las diferencias que se produzcan. El proceso que ahora se desarrolla es liderado por la Comisión de Verificación, no para renegociar el acuerdo, como algunos pretenden hacer, sino para hacer valer el cumplimiento del mismo. Se espera de los miembros de esta alta Comisión de Verificación, no tomar partido por ninguna de las partes, ni ofrecer declaraciones que tiendan a complicar más los desencuentros, y menos celebrar que una de las partes se retire unilateralmente del acuerdo. De igual manera son inaceptables las apreciaciones desatinadas que dio sobre nuestra constitución, quien se ofreció como mediador del conflicto, e inesperado que un gestor imparcial tome partido para justificar el rompimiento del Acuerdo logrado en Tegucigalpa.
5. Respetuosamente solicitamos a la OEA y a los miembros de la comunidad internacional, mantenerse dentro de los parámetros del acuerdo, atendiendo los ofrecimientos de apoyo, particularmente a los contenidos en el punto número 3 “Sobre las elecciones generales y el traspaso de Gobierno” y el número 7, “Sobre la normalización de las relaciones del la República de Honduras con la comunidad internacional”. Ambos puntos hicieron que las partes llegasen a un acuerdo, que se logró. Nuestro país no debe ser castigado porque una de las partes dispusiese declararla fracasada unilateralmente, intentando manipular su contenido y las fechas límites dispuestas en el cronograma de cumplimiento del Acuerdo. El Señor Zelaya está tratando de actuar como “víctima”, cuando en realidad su papel protagónico es ser el “verdugo” del mismo, con el comportamiento errático que lo caracteriza. Pretende nuevamente sentar en el banquillo de los acusados a la única parte que sí está cumpliendo el acuerdo y que está comprometida con el cumplimiento del mismo.
6. El Gobierno de Honduras reitera su disposición de proseguir con el cumplimiento del acuerdo, e insta a la otra parte a que retorne al marco del mismo, a fin que pueda darse cumplimiento a la conformación del Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional, sin buscar pretextos para romper un acuerdo sobre cuyo contenido tienen dudas después de haberlo suscrito.
7. No puede ni debe la Comunidad Internacional, bajo ningún pretexto, alentar que una de las partes, unilateralmente, disponga romper un acuerdo que se suscribió bajo la tutela de la OEA y el beneplácito de quienes quieren la paz para Honduras, bajo cualquier pretexto, sólo porque después dispone que no le conviene, atendiendo presiones de “fuerzas extrañas” que pretenden prolongar la crisis cuya solución reiteramos es una “solución hondureña”
8. Nuevamente hacemos un respetuoso llamado al Congreso Nacional a continuar con las consultas ya iniciadas y seguir adelante en el proceso de la toma de decisión como lo indica el Punto 5 del acuerdo e instamos a las partes consultadas a proceder diligentemente con sus opiniones.
Finalmente, recordamos a los hondureños y a la comunidad internacional, que no estamos en un proceso de negociación o de renegociación, sino que, estamos en un proceso de verificación del cumplimiento de los puntos del acuerdo suscrito. La solución de los hondureños debe de ser respetada y sujeta a nuestro derecho interno. Continuamos exhortando al Señor Zelaya a proseguir con el proceso ya iniciado y acordado. Le recordamos que todavía está a tiempo de demostrar que verdaderamente está comprometido con el acuerdo y la reconciliación del pueblo hondureño.
Tegucigalpa, Honduras., 08 de Noviembre de 2009
José Bergher
josebergher@cantv.net
1. El Gobierno de Hondura suscribió el acuerdo, de buena fe, confiando lograr “La reconciliación nacional y el fortalecimiento de la democracia en Honduras”, y continúa comprometido en su total cumplimiento. El acuerdo fue finalmente logrado, como culminación de un largo proceso de diálogo y de negociación, bajo acertada mediación de distinguidos funcionarios del Gobierno norteamericano y de la Organización de Estados Americanos, OEA. Es necesario recordar, que varias veces, durante el proceso de diálogo tanto el Secretario General Jose Miguel Insulza como el Gobierno de Estados Unidos, expresaron que ambos respetarían cualquier acuerdo al que llegasen las partes.
2. Sorpresivamente y mientras se arreglaba la forma de integrar el “Gobierno de Unidad y de Reconciliación Nacional”, una vez iniciado el proceso para dar cumplimiento al punto Numero 5 e instalar la Comisión de Verificación contemplada en el punto número 6, nos enteramos que una de las partes, por diferencias, declara el acuerdo “letra muerta” y unilateralmente decide retirarse del mismo, negándose a ofrecer las propuestas para la integración del Gabinete de Reconciliación.
3. Este desacuerdo lo utiliza la otra parte como pretexto para retirarse unilateralmente del proceso de cumplimiento del acuerdo y declararlo fracasado. Este cambio de actitud de una de las partes, coincide con los pronunciamientos del Grupo de Río, especialmente de los países del ALBA, quienes se muestran escépticos al acuerdo al preguntarse ¿cómo el señor Zelaya había sido capaz de suscribir dicho documento?, conminándolo a declararlo fracasado.
4. No es inusual que surjan distintas posiciones de cómo dar cumplimiento a los puntos de aplicación del acuerdo, pero la buena fe se demuestra, resolviendo los desacuerdos dentro del marco del arreglo. Para ello se convino en una Comisión de Verificación cuya labor consiste, entre otras, en alentar las conductas de las partes a mantenerse dentro del marco del Acuerdo y ayudar a resolver las diferencias que se produzcan. El proceso que ahora se desarrolla es liderado por la Comisión de Verificación, no para renegociar el acuerdo, como algunos pretenden hacer, sino para hacer valer el cumplimiento del mismo. Se espera de los miembros de esta alta Comisión de Verificación, no tomar partido por ninguna de las partes, ni ofrecer declaraciones que tiendan a complicar más los desencuentros, y menos celebrar que una de las partes se retire unilateralmente del acuerdo. De igual manera son inaceptables las apreciaciones desatinadas que dio sobre nuestra constitución, quien se ofreció como mediador del conflicto, e inesperado que un gestor imparcial tome partido para justificar el rompimiento del Acuerdo logrado en Tegucigalpa.
5. Respetuosamente solicitamos a la OEA y a los miembros de la comunidad internacional, mantenerse dentro de los parámetros del acuerdo, atendiendo los ofrecimientos de apoyo, particularmente a los contenidos en el punto número 3 “Sobre las elecciones generales y el traspaso de Gobierno” y el número 7, “Sobre la normalización de las relaciones del la República de Honduras con la comunidad internacional”. Ambos puntos hicieron que las partes llegasen a un acuerdo, que se logró. Nuestro país no debe ser castigado porque una de las partes dispusiese declararla fracasada unilateralmente, intentando manipular su contenido y las fechas límites dispuestas en el cronograma de cumplimiento del Acuerdo. El Señor Zelaya está tratando de actuar como “víctima”, cuando en realidad su papel protagónico es ser el “verdugo” del mismo, con el comportamiento errático que lo caracteriza. Pretende nuevamente sentar en el banquillo de los acusados a la única parte que sí está cumpliendo el acuerdo y que está comprometida con el cumplimiento del mismo.
6. El Gobierno de Honduras reitera su disposición de proseguir con el cumplimiento del acuerdo, e insta a la otra parte a que retorne al marco del mismo, a fin que pueda darse cumplimiento a la conformación del Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional, sin buscar pretextos para romper un acuerdo sobre cuyo contenido tienen dudas después de haberlo suscrito.
7. No puede ni debe la Comunidad Internacional, bajo ningún pretexto, alentar que una de las partes, unilateralmente, disponga romper un acuerdo que se suscribió bajo la tutela de la OEA y el beneplácito de quienes quieren la paz para Honduras, bajo cualquier pretexto, sólo porque después dispone que no le conviene, atendiendo presiones de “fuerzas extrañas” que pretenden prolongar la crisis cuya solución reiteramos es una “solución hondureña”
8. Nuevamente hacemos un respetuoso llamado al Congreso Nacional a continuar con las consultas ya iniciadas y seguir adelante en el proceso de la toma de decisión como lo indica el Punto 5 del acuerdo e instamos a las partes consultadas a proceder diligentemente con sus opiniones.
Finalmente, recordamos a los hondureños y a la comunidad internacional, que no estamos en un proceso de negociación o de renegociación, sino que, estamos en un proceso de verificación del cumplimiento de los puntos del acuerdo suscrito. La solución de los hondureños debe de ser respetada y sujeta a nuestro derecho interno. Continuamos exhortando al Señor Zelaya a proseguir con el proceso ya iniciado y acordado. Le recordamos que todavía está a tiempo de demostrar que verdaderamente está comprometido con el acuerdo y la reconciliación del pueblo hondureño.
Tegucigalpa, Honduras., 08 de Noviembre de 2009
José Bergher
josebergher@cantv.net
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