La periodista española Noelia Sastre, escribía hace poco más de un mes en el diario ABC un artículo que tituló “El Hombre fuerte del aparato represor de Chávez, nuevo Embajador en España”. Allí dejaba desnudo a este personajillo baboso, gris, rastrero que sólo en una tiranía ha podido alcanzar poder. Noelia Sastre hace un verdadero recorrido por la asquerosa vida de este cancerbero, ávido de víctimas que ofrecerle al amo que le ha hecho un esbirro conocido.
Así, en la crónica publicada el 18 de junio pasado, se resalta como la Asamblea Nacional venezolana aprobó la designación del esbirro Isaías como nuevo embajador en España, y cuya razón primordial fue la actuación durante lo que califican de “golpe de Estado” que derrocó a Chávez el 11 de abril de 2002 y su restitución al Poder, dos día después. Eso por supuesto es la visión de quien le resulta muy difícil entender que en ese nombramiento no hay consulta ni aprobación alguna. Que esa Asamblea Nacional es un tarantín donde Chávez da barniz de legalidad a sus tropelías y que Isaías Rodríguez fue a Madrid porque a Chávez le dio la gana que fuera y punto…
Piensa la periodista española que aquí en Chavezuela hay independencia de Poderes y que Isaías Rodríguez se sometió a ellos. Juzga claro por su condición de ciudadana de un país donde funciona la independencia de poderes y aunque España sea una monarquía, realmente allí existe una democracia, un Estado con normas y el nombramiento de un nuevo embajador que sustituyera al otro lacayo del militarote, Alfredo Toro Hardy, fue al Consejo de Ministros del 30 de abril para el plácet a la designación del tristemente famoso lloroso fiscal, al que el gran gorila le premió con la embajada en Madrid, su adulancia y su incondicional complicidad.
Haciendo un maravilloso recuento de la aberrante actuación de este esbirro, en el caso Anderson, Noelia Sastre elaboró perfectamente el perfil de este emblemático espécimen de la fauna chavista. Los españoles pudieron conocer los vericuetos de una historia siniestra urdida para involucrar opositores y para sembrar terror en la disidencia. Danilo Anderson está bajo tierra, su asesinato está impune. Isaías espera que la truculenta historia montada para hacer de ese caso un show capitalizable, se olvide con la distancia y el tiempo… Danilo Anderson es un borroso recuerdo de un templete de llantos y mentiras, mientras que el hipócrita y ladino Isaías es un pomposo representante del Gran Gorila que disfruta las delicias de la apetecida embajada en España. Se rodea de sus afectos a los que ha colocado previamente en la capital española, para hacerse más grata su estadía.
Pero a esa prebenda robolucionaria por supuesto que hay que corresponderle con el servilismo que exige el déspota. Así, aprovechando la visita de Moratinos, que afanoso vino a ver que le siguen chupando al gorila rojo, aparece el quejoso Isaías, igualando a su predecesor en la embajada, reclamándole a la prensa española que no se le arrodille a Don Hugo…
Quizá moqueando, Isaías Rodríguez, exigió al diario El País que deje las agresiones “injustas” contra el Gobierno venezolano, luego que el rotativo publicara un reportaje en el que se califica a nuestro país de ser un “narcoestado”. Ya vendrán otros diarios y otros periodistas merecedores de reclamos de esta neotiranía que pretende no ser tocada ni con el pétalo de una rosa. Se da el lujo este farsante, este pillete de calificar al diario El País y a Antonio Caño, su corresponsal en Washington de falta de etica y poca seriedad. La acusación la hace quien pretendió inculpar inocentes en la muerte de Danilo Andderson y monto un tinglado donde su “Testigo estrella” era un forajido colombiano, mentiroso y truculento.
Pero así son estos castrochavistas. Unos cínicos sin vergüenza alguna que poco les importa acusar, descalificar, satanizar… “Que El País publique como fidedignas la calificación de Venezuela como un ‘narcoestado’ y se acuse, a las autoridades venezolanas de falta de colaboración en la lucha antidrogas, es una infamia y una clara demostración que los códigos de ética están ausentes de quien redactó y publicó la noticia”. Lo dice el baboso Isaías, el socio de Geovanny Vásquez, la “Estrella” que esgrimió contra empresarios, periodistas, policías, abogados. Contra inocentes a los que asesinó o persiguió y que muchos tuvieron que exiliarse para salvar sus vidas.
Debería Moratinos, en vez de estar arrastrándosele a Chávez aquí, exigir más respeto a la prensa española y a sus periodistas. Pero bien merece este personajillo el mote de desatinos…
ebruzual@cantv.net
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ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, MOVIMIENTO REPUBLICANO MR, REPUBLICANO, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO,POLÍTICA, INTERNACIONAL,
Así, en la crónica publicada el 18 de junio pasado, se resalta como la Asamblea Nacional venezolana aprobó la designación del esbirro Isaías como nuevo embajador en España, y cuya razón primordial fue la actuación durante lo que califican de “golpe de Estado” que derrocó a Chávez el 11 de abril de 2002 y su restitución al Poder, dos día después. Eso por supuesto es la visión de quien le resulta muy difícil entender que en ese nombramiento no hay consulta ni aprobación alguna. Que esa Asamblea Nacional es un tarantín donde Chávez da barniz de legalidad a sus tropelías y que Isaías Rodríguez fue a Madrid porque a Chávez le dio la gana que fuera y punto…
Piensa la periodista española que aquí en Chavezuela hay independencia de Poderes y que Isaías Rodríguez se sometió a ellos. Juzga claro por su condición de ciudadana de un país donde funciona la independencia de poderes y aunque España sea una monarquía, realmente allí existe una democracia, un Estado con normas y el nombramiento de un nuevo embajador que sustituyera al otro lacayo del militarote, Alfredo Toro Hardy, fue al Consejo de Ministros del 30 de abril para el plácet a la designación del tristemente famoso lloroso fiscal, al que el gran gorila le premió con la embajada en Madrid, su adulancia y su incondicional complicidad.
Haciendo un maravilloso recuento de la aberrante actuación de este esbirro, en el caso Anderson, Noelia Sastre elaboró perfectamente el perfil de este emblemático espécimen de la fauna chavista. Los españoles pudieron conocer los vericuetos de una historia siniestra urdida para involucrar opositores y para sembrar terror en la disidencia. Danilo Anderson está bajo tierra, su asesinato está impune. Isaías espera que la truculenta historia montada para hacer de ese caso un show capitalizable, se olvide con la distancia y el tiempo… Danilo Anderson es un borroso recuerdo de un templete de llantos y mentiras, mientras que el hipócrita y ladino Isaías es un pomposo representante del Gran Gorila que disfruta las delicias de la apetecida embajada en España. Se rodea de sus afectos a los que ha colocado previamente en la capital española, para hacerse más grata su estadía.
Pero a esa prebenda robolucionaria por supuesto que hay que corresponderle con el servilismo que exige el déspota. Así, aprovechando la visita de Moratinos, que afanoso vino a ver que le siguen chupando al gorila rojo, aparece el quejoso Isaías, igualando a su predecesor en la embajada, reclamándole a la prensa española que no se le arrodille a Don Hugo…
Quizá moqueando, Isaías Rodríguez, exigió al diario El País que deje las agresiones “injustas” contra el Gobierno venezolano, luego que el rotativo publicara un reportaje en el que se califica a nuestro país de ser un “narcoestado”. Ya vendrán otros diarios y otros periodistas merecedores de reclamos de esta neotiranía que pretende no ser tocada ni con el pétalo de una rosa. Se da el lujo este farsante, este pillete de calificar al diario El País y a Antonio Caño, su corresponsal en Washington de falta de etica y poca seriedad. La acusación la hace quien pretendió inculpar inocentes en la muerte de Danilo Andderson y monto un tinglado donde su “Testigo estrella” era un forajido colombiano, mentiroso y truculento.
Pero así son estos castrochavistas. Unos cínicos sin vergüenza alguna que poco les importa acusar, descalificar, satanizar… “Que El País publique como fidedignas la calificación de Venezuela como un ‘narcoestado’ y se acuse, a las autoridades venezolanas de falta de colaboración en la lucha antidrogas, es una infamia y una clara demostración que los códigos de ética están ausentes de quien redactó y publicó la noticia”. Lo dice el baboso Isaías, el socio de Geovanny Vásquez, la “Estrella” que esgrimió contra empresarios, periodistas, policías, abogados. Contra inocentes a los que asesinó o persiguió y que muchos tuvieron que exiliarse para salvar sus vidas.
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