* ROBERT CARMONA-BORJAS ESCRIBIÓ: "ELECCIONES Y SELECCIONES"
Mientras el régimen bolivariano y Hugo Chávez enfrentan serios problemas afuera, por su alianza con el terrorismo de las FARC y otros movimientos desestabilizadores de la región y de otras latitudes, en su obsesión de expandir el rechazado proyecto socialista del siglo XXI, por lo demás incomprensible y contradictorio; adentro, los revolucionarios montaron otro circo para seleccionar a los candidatos a las Gobernaciones y Alcaldías, que se presentarán en las elecciones regionales de este año.
Los bolivarianos, desesperados ante la derrota inminente de noviembre próximo, decidieron equivocadamente, desde luego, aunque no tenían otra alternativa, escoger sus candidatos mediante la odiosa técnica autoritaria de la selección a dedo, un proceso que contraría abiertamente las reglas democráticas por las que los bolivarianos han sentido siempre el mayor desprecio. Una “elección” que no fue más que una “selección” de peones del proceso, aquellos que probablemente cumplan por algún tiempo las instrucciones de las esferas superiores. Un procedimiento chocante que rechaza la mayoría de los “sacrificados” y “meritorios” miembros del PSUV que tenían alguna esperanza en el ya fracasado proceso.
El régimen hizo uso ilegitimo y grosero de los recursos del Estado, de los recursos de todos los venezolanos, sin que nadie protestara, menos aún el “independiente” y “autónomo” Contralor General de la República quien estaba seguramente sumamente ocupado, “ejerciendo sus funciones”, en perfeccionar la elaboración de la Lista Russian , por la que se hacen las inhabilitaciones caprichosas, irregulares e inconstitucionales que confirman el deterioro del estado de derecho y de la democracia venezolana.
De manera inconcebible, los numerosos medios de comunicación del régimen se pusieron a la disposición de las “autoridades” del PSUV para promover el acto en el que según las cifras del General Müller Rojas y otros dirigentes rojos rojitos, habrían participado más de 2 millones de venezolanos. Un engaño más al que nos tienen acostumbrado los bolivarianos, aunque no tengan más el efecto que una vez pudo tener en la sociedad venezolana.
Además de las evidentes irregularidades en la organización, del abuso grosero del poder que aún detentan, los revolucionarios promovieron el evento como un “modelo” de elección de candidatos, invitando incluso a “observadores imparciales”, aunque desconocidos, para que constataran la “perfección” del proceso de “selección” de candidatos, lo que nadie pudo comprobar, ni siquiera el CNE, que no tuvo ninguna participación en la organización y realización del acto, según declararan sus autoridades. Un modelo particular que termina con las aspiraciones de algunos ilusos revolucionarios que creían todavía en las “bondades” del proceso. Una nueva burla de la “inteligencia” bolivariana.
Algunos beneficiarios tenían la esperanza, la ilusión, de elegir sus candidatos, pero el poder de Miraflores, fue más fuerte. Los candidatos escogidos fueron los seleccionados, tiempo atrás, por el cogollo del partido, evocando las peores épocas de la tan criticada cuarta república. Los cogollos de épocas anteriores eran, al menos, colectivos; el cogollo del Partido Único reposa en su único líder, Hugo Chávez, quien decide, apoyado en los situacionales y conforme a las instrucciones que aún recibe de la Habana, quienes pueden ser candidatos de la revolución.
Los venezolanos en general y los cada vez menos revolucionarios bolivarianos, en particular, desprecian los procedimientos totalitarios. Eso no lo quiere entender el monocogollo bolivariano y sus asesores, que insiste en cometer errores que salvo cuando el agua le llega al cuello, anuncia rectificación, como es el caso de la rechazada Ley sobre Inteligencia y contrainteligencia, otra aberración revolucionaria, intolerable y rechazada por la inmensa mayoría de los venezolanos. No habrá rectificación. Los seleccionados son los candidatos y punto. Los excluidos sabrán lo que hacen. Los electores también. El rechazo en noviembre será tan contundente, como el que expresó el pueblo cuando le dijo No a las aspiraciones y ambiciones de Hugo Chávez, en diciembre de 2007.
La oposición, sin los recursos ni los medios que detenta el oficialismo, gana terreno y se organiza democráticamente alrededor de los candidatos con verdadero respaldo popular, muy distintamente al espectáculo montado por los revolucionarios en el proceso de “selección” de sus candidatos.
Robert Carmona-Borjas
rcb@arcadiafoundation.org
Globovisión
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