La misión Emmanuel para recoger a tres rehenes de las FARC quedó suspendida de manera indefinida el lunes luego de que la guerrilla alegara falta de condiciones para la entrega, aunque el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aseguró que la operación continuará "por otras vías".
"Seguiremos esperando, no hemos clausurado la posibilidad de que nos lleguen las coordenadas, tenemos un canal de comunicación. Nuestros helicópteros están allá y estarán allá, a menos que Colombia les quite el permiso", dijo Chávez la noche del lunes, después del aparente colapso del intento.
"Nada se ha terminado, hay un proceso en marcha. Es un proceso de muchos riesgos, pero aquí no ha fallado nada. Que la operación sufra modificaciones y se transfigure (...), es otra cosa, pero nada se ha detenido", insistió el mandatario venezolano en una improvisada conferencia de prensa.
El escenario de crisis se delineó al inicio de la tarde, cuando Chávez leyó en un programa de TV una carta de las FARC en la cual los insurgentes informaron que no era posible entregar los rehenes a causa de los intensos operativos militares en la región donde la operación debía realizarse.
El comunicado sostiene que insistir en la entrega, "en estas condiciones, sería poner en grave riesgo la vida de las personas a liberar, del resto de prisioneros de guerra y de los mismos guerrilleros designados para cumplir esta misión".
Las FARC aceptaron entregar a una misión internacional dirigida por Venezuela y bajo la égida de la Cruz Roja Internacional a la ex candidata a la vicepresidencia colombiana Clara Rojas, su hijo Emmanuel nacido en cautiverio, y la ex parlamentaria también colombiana Consuelo González.
Por su parte, el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, viajó el lunes a la ciudad de Villavicencio (95 km al sureste de Bogotá) y negó de forma tajante esos operativos militares y hasta mencionó la posibilidad de que uno de los rehenes que serían entregados, el niño Emmanuel, no esté en poder de las FARC.
Según esa hipótesis, estaría en un centro de atención a menores desamparados en Bogotá, por lo que Uribe pidió exámenes de ADN a familiares de la secuestrada para determinar si es realmente el hijo de Clara Rojas nacido en cautiverio.
En respuesta a esa sospecha, Chávez volvió a la carga y acusó a su par colombiano de "dinamitar" el proceso, además de cuestionar con insistencia la decisión de Uribe de "arrojar uma bomba, una carga de dinamita" en un momento tan crítico de la operación.
Ante ese escenario, los garantes internacionales de siete países reunidos en la ciudad colombiana de Villavicencio para recibir a los rehenes que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) liberarían, decidieron interrumpir momentáneamente su gestión.
En una nota leída a la prensa por el ex presidente argentino Néstor Kirchner, estimaron que el operativo atraviesa un "delicado y crucial momento", por lo cual "los comisionados consideran conveniente la suspensión provisoria de su presencia en el territorio colombiano".
"Cuando estén dadas todas las condiciones para la entrega (...) la comisión internacional de delegados inmediatamente continuará con su mision", añadió. En la capital colombiana, la representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Barbara Hintermann, adelantó que esa entidad mantendrá su presencia en Villavicencio, con la esperanza de que aún sea posible establecer un contacto para recuperar a los rehenes.
"No tenemos un plazo. Es la decisión del CICR de mantener la presencia en Villavicencio porque nosotros trabajamos para las víctimas del conflicto", dijo. Las FARC anunciaron el 18 de diciembre que liberarían a los tres rehenes para entregarlos a Chávez, o a quien éste designase, en "desagravio" a la decisión de Uribe de cesar al mandatario venezolano como mediador para un intercambio de secuestrados por guerrilleros presos en Colombia.
MGC
Globovisión/AFP Publicado el 31-12-2007
"Seguiremos esperando, no hemos clausurado la posibilidad de que nos lleguen las coordenadas, tenemos un canal de comunicación. Nuestros helicópteros están allá y estarán allá, a menos que Colombia les quite el permiso", dijo Chávez la noche del lunes, después del aparente colapso del intento.
"Nada se ha terminado, hay un proceso en marcha. Es un proceso de muchos riesgos, pero aquí no ha fallado nada. Que la operación sufra modificaciones y se transfigure (...), es otra cosa, pero nada se ha detenido", insistió el mandatario venezolano en una improvisada conferencia de prensa.
El escenario de crisis se delineó al inicio de la tarde, cuando Chávez leyó en un programa de TV una carta de las FARC en la cual los insurgentes informaron que no era posible entregar los rehenes a causa de los intensos operativos militares en la región donde la operación debía realizarse.
El comunicado sostiene que insistir en la entrega, "en estas condiciones, sería poner en grave riesgo la vida de las personas a liberar, del resto de prisioneros de guerra y de los mismos guerrilleros designados para cumplir esta misión".
Las FARC aceptaron entregar a una misión internacional dirigida por Venezuela y bajo la égida de la Cruz Roja Internacional a la ex candidata a la vicepresidencia colombiana Clara Rojas, su hijo Emmanuel nacido en cautiverio, y la ex parlamentaria también colombiana Consuelo González.
Por su parte, el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, viajó el lunes a la ciudad de Villavicencio (95 km al sureste de Bogotá) y negó de forma tajante esos operativos militares y hasta mencionó la posibilidad de que uno de los rehenes que serían entregados, el niño Emmanuel, no esté en poder de las FARC.
Según esa hipótesis, estaría en un centro de atención a menores desamparados en Bogotá, por lo que Uribe pidió exámenes de ADN a familiares de la secuestrada para determinar si es realmente el hijo de Clara Rojas nacido en cautiverio.
En respuesta a esa sospecha, Chávez volvió a la carga y acusó a su par colombiano de "dinamitar" el proceso, además de cuestionar con insistencia la decisión de Uribe de "arrojar uma bomba, una carga de dinamita" en un momento tan crítico de la operación.
Ante ese escenario, los garantes internacionales de siete países reunidos en la ciudad colombiana de Villavicencio para recibir a los rehenes que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) liberarían, decidieron interrumpir momentáneamente su gestión.
En una nota leída a la prensa por el ex presidente argentino Néstor Kirchner, estimaron que el operativo atraviesa un "delicado y crucial momento", por lo cual "los comisionados consideran conveniente la suspensión provisoria de su presencia en el territorio colombiano".
"Cuando estén dadas todas las condiciones para la entrega (...) la comisión internacional de delegados inmediatamente continuará con su mision", añadió. En la capital colombiana, la representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Barbara Hintermann, adelantó que esa entidad mantendrá su presencia en Villavicencio, con la esperanza de que aún sea posible establecer un contacto para recuperar a los rehenes.
"No tenemos un plazo. Es la decisión del CICR de mantener la presencia en Villavicencio porque nosotros trabajamos para las víctimas del conflicto", dijo. Las FARC anunciaron el 18 de diciembre que liberarían a los tres rehenes para entregarlos a Chávez, o a quien éste designase, en "desagravio" a la decisión de Uribe de cesar al mandatario venezolano como mediador para un intercambio de secuestrados por guerrilleros presos en Colombia.
MGC
Globovisión/AFP Publicado el 31-12-2007
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